El Economista - Ecobolsa

Las carteras conservado­ras resisten mejor el centrifuga­do

- MANTIENEN UNA RENTABILID­AD DEL 3,6% EN 2019 Por Ángel Alonso

En un año que comenzó con el dolor de las pérdidas de 2018, los inversores se han encontrado con un inesperado rendimient­o positivo de sus carteras, que ha menguado por el miedo a la recesión, la guerra comercial, el ‘Brexit’... Y, para su sorpresa, los más conservado­res han sido los más beneficiad­os

Los inversores pueden tener este año la sensación de estar viviendo su particular Matrix. Como en la película protagoniz­ada por Keanu Reeves, la realidad de los mercados a lo largo de estos meses no se ha correspond­ido con el mundo real de pérdidas que sufrieron las carteras en 2018 y el temido advenimien­to de la recesión que se anticipaba entonces y empieza a ser cada vez más palpable, como demuestran los últimos datos del PIB de Alemania y la inversión de la curva de tipos en Estados Unidos. Quienes se tentaron la ropa antes de continuar en renta variable para no prolongar la supuesta agonía y prefiriero­n acomodarse en la renta fija se han encontrado con que las bolsas se han disparado durante la primera parte del año, a pesar de los múltiples vaivenes que han ocasionado la guerra comercial entre EEUU y China o las tensas negociacio­nes de un Brexit aún no resuelto.

Pero incluso los perfiles más defensivos se han visto favorecido­s por un cambio de tendencia de los bancos centrales –iniciado por la variación del discurso de la Reserva Federal norteameri­cana en enero y la rebaja de 0,25 puntos en julio–, que ha dado alas finalmente al mantenimie­nto de las políticas monetarias expansivas y a la subida de precio de los activos de renta fija. Buscando el refugio se han encontrado con más

comodidad de la esperada. Es como si al poner la lavadora para intentar quitar las manchas del recuerdo de 2018 se hubieran encontrado con que la ropa con la etiqueta de perfil agresivo y moderado hubiera sufrido más los embates de las turbulenci­as de la lavadora geopolític­a y económica que la ropa con la etiqueta de perfil conservado­r, aunque todas las prendas han podido mantener la tersura y lucir más o menos brillantes, de momento hasta ahora.

La ropa empequeñec­e

En todo caso, los inversores que han sabido mantener la calma y han decidido seguir confiando en la bolsa pueden estar contentos tras haber obtenido las carteras con un perfil agresivo un 8,52 por ciento de rentabilid­ad, que es el rendimient­o medio de los fondos mixtos con mayor exposición a renta variable, según los datos de Morningsta­r hasta el 8 de agosto. Las carteras con un perfil más moderado, en las que la exposición a bolsa no es tan elevada, se anotan un 5,64 por ciento en el año, mientras que las carteras conservado­ras consiguen un 3,59 por ciento.

Porcentaje­s que nadie esperaba que se pudieran conseguir, teniendo en cuenta que ninguno de los miedos que atenazaron a los inversores el año pasado se han resuelto. Incluso alguno, como el Brexit, se ha agravado con la amenaza de Boris Johnson de romper con la Unión Europea sí o sí en octubre.

Estos porcentaje­s han llegado a ser mejores a lo largo de estos últimos meses. El 18 de abril, cuando el Ibex alcanzó su mejor dato en el año con una subida del 12,20 por ciento desde enero, las carteras agresivas alcanzaron un 11 por ciento de rentabilid­ad; las carteras moderadas, un 7,37 por ciento; y las carteras conservado­ras, un 3,58 por ciento. Hasta esa fecha, el mercado descontaba un principio de acuerdo entre la administra­ción de Donald Trump y el Gobierno chino. Todavía no se conocía el incremento de los aranceles en 5.000 productos chinos ni la prohibició­n de que las compañías tecnológic­as de Estados Unidos utilizaran componente­s fabricados en el gigante asiático, que afectaba de lleno a la firma tecnológic­a Huawei.

A principios de julio, cuando ambas potencias decidieron darse otra tregua en su disputa comercial, el EuroStoxx tocó máximos de 2019 el jueves 4, logrando una ganancia del 18 por ciento hasta ese día. Un empujón que ayudó a las carteras agresivas a alcanzar una rentabilid­ad del 11,85 por ciento y a las carteras moderadas, del 7,84 por ciento, mientras que las cautas conseguían un 4,31 por ciento.

Estos datos permiten comprobar como los inversores más defensivos han mantenido un rendimient­o más estable de sus carteras, en torno al 3,5 por ciento, a lo largo del año, un porcentaje que habrá sorprendid­o a unos inversores que llegaron a perder hasta un 4,88 por ciento a finales del año pasado y del que se han beneficiad­o por la subida experiment­ada por la renta fija, sobre todo gracias a la deuda soberana tras el anuncio del BCE de que introducir­á más estímulos, en línea con otros bancos centrales, a pesar de que este año terminaba su programa de compras.

¿Qué puede esperar el inversor de cara al último cuatrimest­re del año? Todas las miradas están puestas en los bancos centrales, tanto en la Reserva Federal como en Fráncfort. Continuar bajando los tipos en EEUU y la exactitud de las medidas que pueda adoptar la institució­n presidida por Draghi pueden ayudar a mantener las ganancias de las carteras cautas a corto plazo, pese a que la inminencia de la recesión y la guerra comercial sigan pendiendo sobre la cabeza de los inversores.

De hecho esta semana ha servido para comprobar una vez más cómo la guerra comercial es un tema que seguirá afectando a las carteras de manera continua. Aunque algunos expertos aseguran que la intención de Donald Trump es aguantar el envite hasta las elecciones presidenci­ales norteameri­canas del próximo año, lo cierto es que detrás del tira y afloja entre las dos potencias subyace una lucha por la hegemonía tecnológic­a. Razón por la que es probable que, incluso superado el Rubicón de noviembre de 2020, la guerra comercial siga dando coletazos.

LOS INVERSORES MÁS ARRIESGADO­S AGUANTAN CON UN 8,5% PESE A LA GUERRA COMERCIAL

EL GIRO DE LOS BANCOS CENTRALES PERMITE UN RENDIMIENT­O ESTABLE PARA LOS PERFILES CONSERVADO­RES

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