El riesgo es que el horneado perfecto logrado en el año acabe chamuscado
El inversor se enfrenta prácticamente a los mismos riesgos que al inicio del ejercicio, con unas valoraciones más exigentes en bolsa y un interés pírrico o negativo en la deuda como refugio
Si durante los dos primeros trimestres del año las ganancias para el inversor fueron fulgurantes, en el tercer trimestre el MSCI World ha pasado por una montaña rusa que le dejaba a final de septiembre prácticamente en el mismo lugar en el que acabó junio –un 0,6 por ciento por debajo–. Mientras, la renta fija ha dado una pequeña alegría al inversor, con el Bloomberg Barclays Global-Aggregate Total Return Index generando ganancias del 0,7 por ciento. Con los ingredientes que el mercado ha dado este año al inversor, la tajada lograda en 2019 es muy suculenta y, en opinión de los analistas, hay más que perder que ganar de aquí a que acabe el ejercicio.
De momento, octubre ha arrancado a la baja en las bolsas mundiales ante las señales de ralentización, pero las principales referencias conservan jugosos retornos en lo que va de año. El MSCI World se apunta una subida del 13 por ciento, el Stoxx 600 logra un rendimiento del 12 por ciento y el S&P 500 se revaloriza el 16 por ciento. Mientras, el retorno de la renta fija europea alcanza el 7,6 por ciento en el corporativo y el 10 por ciento en el soberano. Al otro lado del Atlántico, el crédito logra ganancias del 13,5 por ciento y los treasuries consiguen números verdes de algo más del 8 por ciento.
“Los mercados estaban flirteando cerca de máximos históricos. Pero la escalada de la guerra comercial sigue pesando sobre el sentimiento de mercado, mientras que las bajadas de tipos apoyan las valoraciones de los activos de riesgo. Los datos macro apuntan a una desaceleración, ya que el sector manufacturero ha entrado en territorio de recesión y los servicios van a la baja. Creemos que el primero debería empeorar en el corto plazo y que el crecimiento toque suelo a principios de 2020. Por tanto, es probable que se revisen a la baja las estimaciones de beneficio ante un crecimiento balbuceante y con los aranceles golpeando los márgenes”, indican en Lyxor Asset Management. Al principio del año se señalaban tres grandes riesgos para las bolsas en este 2019: la situación en Italia, el Brexit y el enfrentamiento comercial entre Estados Unidos y China. Lo cierto es que de estos tres nubarrones solo se ha despejado el primero –que era el de menor relevancia de todos–. Mientras, la situación entre Reino Unido y la UE sigue embrollándose y en la guerra comercial todavía no se vislumbra un acuerdo ni siquiera parcial.
Mismos riesgos, más caros
El inversor afronta prácticamente los mismos riesgos de fondo pero con unas valoraciones más exigentes tanto en la bolsa como en la renta fija. Si el MSCI World arrancó el año con un multiplicador de beneficios de 2019 de 13,3 veces. Ahora este se sitúa en las 14,5 veces para 2020, lo que implica una expectativa de rentabilidad del 6,8 por ciento. Y hay analistas que advierten sobre que las rebajas de estimaciones todavía están por llegar: “El consenso espera un aumento del bpa del 10 por ciento, mientras que nosotros prevemos un 4, lo que implica que llegarán más bajadas. Y las regiones más vulnerables son Europa y emergentes”, indican en Citi.
Por su parte, la renta fija probablemente ya se ha comido gran parte del recorrido que dibujaba para los próximos años, lo que ha deprimido las expectativas de rendimiento. Según datos de Bloomberg, estas están en el 0,16 por ciento para la deuda soberana europea y en el 0,68 por ciento en el crédito. En Estados Unidos, esta sube hasta el 1,61 por ciento en el soberano y al 2,86 por ciento. Eso sí, el diferencial existente se borraría si el inversor de la eurozona quisiese cubrir la divisa.
Así las cosas, para muchos el refugio se ha convertido en una bomba de relojería –aunque se lleva avisando durante años de que esta va a estallar y nunca lo ha hecho del todo–, las bolsas están más caras que al arran