La fórmula para evitar congelarse en la glaciación de la renta fija
Los gestores ‘activos’ de deuda aseguran que como mínimo podrán arañar hasta un 1,5% de rentabilidad, descontada la comisión de gestión a la TIR de las carteras de sus fondos
Los inversores en fondos de renta fija se enfrentan a un dilema de cara a los próximos meses. Buscando refugio en los activos de deuda se han encontrado este año con una revalorización extraordinaria gracias a la acción, de nuevo, de los bancos centrales, cuando a principios de 2019 nadie descontaba que se pudiera rascar nada. Pero esta rentabilidad, que ha alcanzado de media el 2,29 por ciento en los fondos españoles de esta categoría, va a ser difícil de mantener, por el escaso margen de recorrido que tienen los bonos soberanos o de grado de inversión con mayor calificación, si no ocurre nada en los mercados que los vuelva a impulsar.
Los fondos que acumulan mayores volúmenes patrimoniales tienen menos capacidad de maniobra por su tamaño, lo que les impide realizar cambios importantes en la cartera a medio plazo sin que se resienta su comportamiento. De hecho, su estrategia suele ser conservadora, sin desviarse excesivamente de sus índices de referencia. En cambio, fondos de tamaño más reducido tienen más facilidad para rotar sus carteras e incluso invertir en determinados tipos de activos de manera más flexible.
Y en estos fondos de renta fija con una estrategia mucho más activa por parte de sus responsables, las expectativas de rentabilidad no van a superar de media los 100 o 150 puntos básicos respecto al rendimiento esperado de sus carteras y descontando la comisión de gestión. Esto no sería nada sorprendente al tratarse de fondos de renta fija, si no fuera por que los inversores buscadores de refugio han podido quedar deslumbrados por la bacanal de deuda que han tenido este año. Y podrían llevarse un chasco al comprobar que no solo no se va a repetir sino que incluso pueden no ganar nada y hasta perder dinero si las condiciones de mercado no cambian.
Qué se puede esperar
En general, los gestores reconocen que, en el contexto actual de tipos de interés, lograr rentabilidades positivas va a ser más complicado. Para analizar los retornos que puede esperar el inversor en este tipo de productos, cabe destacar la siguiente ecuación: la TIR (tasa interna de rentabilidad) menos la comisión que cobra el fondo más el alfa que genere el gestor (la rentabilidad que consigue por encima de lo que haga el mercado, representado por su índice de referencia) será igual al retorno que consiga el inversor del fondo. Pero sin olvidar, como recuerda Ignacio Dolz, director de soluciones de inver