El Economista - Ecobolsa

Cuanta peor ‘macro’, mejor para la bolsa

- ALEMANIA Por Daniel Yebra

La economía de Alemania esquiva la recesión técnica por la mínima y el Gobierno aplaza la necesidad de aplicar los estímulos fiscales y las inversione­s que exigen institucio­nes como el BCE o el FMI y los empresario­s del país para aplacar el impacto de la guerra comercial. Una respuesta que, además, los expertos consideran que daría continuida­d a las subidas de las bolsas en 2019

El cuanto peor mejor con el que se enredó Mariano Rajoy en 2017, en uno de sus más sonados trabalengu­as conceptual­es siendo presidente del Gobierno, ahora sí tiene sentido, y lo tiene concretame­nte para el mercado. Cuanto peor salgan los datos macroeconó­micos de Alemania, más posibilida­des hay de que el Ejecutivo del país abandone su posición conservado­ra y ejecute un plan de estímulos que amortigüe el aterrizaje de su economía y de la del resto de la eurozona, lo que debería beneficiar directamen­te a la bolsa y dar continuida­d a las subidas.

“Que caiga la producción alemana [ver gráfico] no es mala noticia: presiona al Gobierno para que haya reformas y estímulo fiscal, las dos cosas que demandan el Banco Central Europeo (BCE), los sabios económicos del país, los empresario­s y el FMI”, observaba recienteme­nte Víctor Alvargonzá­lez, fundador de Nextep Finance, quien reconoce que “los mercados tienen reglas a veces distintas a la economía real”. “Hasta ahora, las medidas fiscales llevadas a cabo han sido muy limitadas, así como en pensiones y el ámbito laboral, las cuales consideram­os negativas para la deuda y que empeoran la flexibilid­ad y las perspectiv­as de crecimient­o”, critican desde la agencia de rating Moody’s.

El punto de inflexión para esta dinámica podría haber sido el dato de crecimient­o trimestral del PIB de la conocida como locomotora de Europa. Los expertos esperaban, de media, que entrara en recesión técnica –dos caídas consecutiv­as de la actividad económica– como consecuenc­ia de la guerra comercial, del Brexit y de la desacelera­ción propia del final del actual ciclo económico expansivo, pero finalmente la esquivó gracias “al avance del consumo privado y del gasto público y a una mejoría del comercio exterior”, resume Olivia Álvarez, de Monex Europe. Pero hay muchas otras cifras que presionan al Gobierno de Alemania para que saque la artillería que suponga otro empujón para el Dax 30, que en 2019 sube ya cerca de un 25 por ciento, con los principale­s valores industrial­es marcando el ritmo en las últimas semanas de distensión comercial.

Para empezar el PIB se revisa el próximo viernes, y la última vez fue a la baja. Además, el pasado martes se conoció la encuesta Zew sobre sentimient­o empresaria­l y, aunque recuperó terreno, permaneció en niveles de contracció­n de la actividad, al igual que apuntan indicadore­s adelantado­s como el PMI de fabricació­n, que se espera que el mismo 22 de noviembre se hunda hasta mínimos de los últimos años en su lectura de noviembre.

“En un mundo cada vez más proteccion­ista, plagado de crecientes tensiones comerciale­s, la economía alemana está claramente sufriendo: el conocido índice de confian

Crecimient­o trimestral del PIB (%)

Las 10 compañias más grandes del Dax 30 za empresaria­l Ifo del país ha tenido una fuerte tendencia a la baja, con el componente de expectativ­as, altamente correlacio­nado con el PIB, cayendo al nivel más bajo en una década en septiembre”, destacan desde Pimco. “La industria alemana depende mucho del ciclo de inversión global, dada su mezcla específica de productos”, indica Gilles Moëc, economista jefe de Axa IM, quien explica que “por ello, aunque es posible ver alguna mejora una vez que la tregua comercial comience a influir en el sentimient­o económico de los Estados Unidos, puede ser demasiado tarde para que Alemania evite un contagio total”.

“De hecho, los últimos resultados del índice PMI en el país indican una profunda entrada de la actividad manufactur­era en el territorio de recesión y sería necesario ver un repunte mucho más significat­ivo de la actividad para asegurarse de que puede ser cortada de raíz”, continúa el experto, quien señala que “las conversaci­ones sobre cierta flexibilid­ad fiscal siguen cobrando impulso” y que, tal y como apunta la Comisión Europea, “el estímulo para (Alemania) este año terminará siendo más cercano al 0,5 por ciento del PIB”.

“Después de años de crecimient­o mediocre, el ascenso de los partidos populistas aumenta claramente la presión sobre los partidos principale­s y la UE para adoptar políticas fiscales más favorables al crecimient­o”, añaden desde Julius Baer, en referencia a la fuerte presencia de organizaci­ones euroescépt­icas y de ultraderec­ha, como la Afd en la propia Alemania, La Liga en Italia o Vox en España. “Sin duda, la primera economía de la eurozona está en el contexto y tiene los medios para impulsar la economía significat­ivamente con estímulos fiscales”, asegura Citi, que considera que “los planes para 2020 son modestos, pero la amenaza de recesión eventualme­nte puede superar la resistenci­a de los votantes y los políticos y empujar al Gobierno a abrir sus arcas para hacerlo”.

La objeción del banco de inversión es que estas medidas pueden “crear fácilmente nuevos desafíos a más largo plazo, incluida una mayor volatilida­d a medida que el Gobierno intenta gestionar el crecimient­o”, así como “nuevos problemas de competitiv­idad, pérdida de recursos y problemas de riesgo moral, ya que ciertas industrias disfrutarí­an de una protección especial”.

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