¿Alternativos? Déles un 10% de su cartera
La dificultad para arañar rentabilidad con los activos tradicionales lleva a los inversores a buscar otras vías para obtener rendimientos atractivos. Dirigen la mirada a empresas no cotizadas, fondos inmobiliarios e infraestructuras, que prometen retornos que pueden rondar el 7 por ciento, el 8 por ciento o el 9 por ciento a cambio de permanecer invertido al menos entre siete y 10 años
Una persona que invierta todo su patrimonio en bolsa aspira, como mucho, a obtener una rentabilidad del 5,8 por ciento el próximo año, de acuerdo con el Barómetro de Expectativas de Rentabilidad (BER) de elEconomista. Los pronósticos para la renta fija, pese a haber mejorado tímidamente, siguen siendo desoladores: para la deuda global, la previsión es del 1,4 por ciento, y para la europea ronda el 0,2 por ciento.
Con este panorama, el dinero mira, necesariamente, más allá de los activos tradicionales. Y está encontrando respuestas en los alternativos, como el capital privado (la inversión en empresas no cotizadas en diferentes estadios de crecimiento), los fondos inmobiliarios, las infraestructuras o los préstamos directos. Opciones que, de media, ofrecen rentabilidades de en torno a un dígito alto a cambio de una permanencia de años.
“Estamos viviendo un momento de euforia en estos activos”, explica Sergio Míguez, socio fundador de Alternative Ratings. “Observamos un interés creciente de los inversores con los que trabajamos –instituciones y family offices– por buscar retornos más altos”, comenta. El aluvión de alternativos que se está produciendo está provocando una cierta “democratización” de este tipo de inversiones, añade: “Estamos asistiendo a una oleada de lanzamientos de estos activos, en los que los tickets mínimos rondan en ocasiones de 150.000 euros; ya no son prohibitivos”.
En noviembre, Bankinter anunció la creación de Bankinter Investment, una nueva marca dentro de la pata de banca de inversión de la entidad, que ya ha movilizado más de 3.000 millones de euros hacia activos alternativos en tres años y que espera “más que duplicar” esa cifra en los tres próximos ejercicios, hasta superar los 8.000 millones.
Desde el banco señalan que impulsan esta actividad como propuesta “para los clientes institucionales y de altos patrimonios en un entorno complicado para la inversión más tradicional”. Para ello han creado ya un fondo para invertir en renovables, dos socimis (Atom, que invierte en hoteles, y Ores, que lo hace en centros comerciales); o, más recientemente, el fondo Titán, que invertirá en infraestructuras en el norte de Europa.
¿Pero qué son?
“VIVIMOS UN MOMENTO DE EUFORIA EN ESTE TIPO DE ACTIVOS”, AFIRMA SERGIO MÍGUEZ, DE ALTERNATIVE RATINGS
TAMBIÉN SE ESTÁN ‘DEMOCRATIZANDO’: EL ‘TICKET’ MÍNIMO HA BAJADO Y PUEDE SER DE 150.000 EUROS
No existe una definición consensuada sobre este tipo de activos; una opción sería definirlos “como todo aquello que salga del universo de activos tradicionales, y que además presente una baja correlación con ellos, menor liquidez y menor conocimiento”, señalan en un informe de Afi (Asesores Financieros Internacionales) y Aberdeen Standard Investments publicado a finales de septiembre.
Se trata de inversiones ilíquidas que, según explica Míguez, ofrecen habitualmente rentabilidades medias “a partir del 6, 7 u 8 por ciento” a cambio de una duración de al menos siete a 10 años. “Se trata de activos sofisticados: torres de telecomunicaciones, plantas fotovoltaicas, compañías privadas, préstamos privados... y dirigidos a profesionales”. Dentro de este universo también encontramos los préstamos directos, que permiten invertir en diferentes tipos de deuda: senior, subordinada, convertible...
Casi todas las bancas privadas españolas ya tienen en 2019 en su paleta de comercialización algún vehículo con un subyacente alternativo. Para las entidades, tienen el atractivo adicional de que carecen de valor liquidativo diario que el cliente pueda vigilar.
¿Qué peso conviene darles en cartera? Fuentes de BBVA explican que sus soluciones de gestión discrecional tienen entre un 5 y un 15 por ciento de su patrimonio en alternativos, y que están en proceso de lanzar su tercera solución en capital privado. Santander, por su parte, creó hace unos meses un equipo de alternativos que ha ido reforzando.
Más allá de los vehículos de las grandes entidades, entre las principales gestoras que canalizan este tipo de inversiones en España están Portobello, Miura o Altamar. Recientemente resonó el nombre de Balboa Ventures, sociedad de capital riesgo de Arcano, cuya salida a bolsa ha sido cancelada.
Javier Hombría, profesor del máster en Bolsa y Mercados Financieros del IEB pone de relieve que quien entre en estos activos “no solo debe tener un perfil de largo plazo, sino también una cierta tolerancia al riesgo, dada su iliquidez”. Hombría duda de hasta qué punto los inversores son conscientes de que dependen de que se abran ventanas de liquidez para deshacer sus posiciones.
¿Cuánto dinero mueven en España?
Los expertos consultados coinciden en que es muy complicado calcular cuánto dinero captan los alternativos en España, pero algunas fuentes del mercado apuntan a que la mitad de esa cifra va a lo que se denomina capital privado; es decir, a la inversión en compañías, tanto el capital riesgo (que es la aportación de capital a empresas en fases tempranas) como el private equity (dirigido a compañías en crecimiento o consolidadas).
Según los datos de Ascri (Asociación Española de Capital, Crecimiento e Inversión) en 2018 las gestoras españolas levantaron (de family offices, de fondos de pensiones, de aseguradoras...) 2.376 millones de euros; es lo que se denomina fundraising, cantidad que se invierte en los siguientes tres a cinco años.
Partiendo de la premisa de que esta cifra supondría la mitad de todo lo captado en inversiones alternativas por las gestoras españolas el año pasado, la cifra total podría rondar los 4.800 millones de euros. La otra mitad se habría dirigido a esos otros activos comentados, que en gran parte son inmuebles e infraestructuras. Lo que es cierto, por otro lado, es que la mayor parte de la inversión en empresas no cotizadas en España todavía procede de inversores internacionales.
Prueba de que la inversión en empresas no cotizadas está creciendo es que, según los datos de Ascri, la inversión en empresas no cotizadas (que es el paso posterior al fundraising) casi se ha triplicado entre 2014 y 2018 (ver gráfico). “Estamos observando que la capacidad inversora de las gestoras nacionales ha aumentado gracias al impulso del fundraising”, explica Ángela Alférez, directora de estudios de Ascri. Se están creando nuevas gestoras, tanto de private equity como de capital riesgo, y al mismo tiempo gestoras internacionales están abriendo oficinas en España, añade.