El Economista - Ecobolsa

Los inversores devoran ‘Cocos’ otra vez a la caza de rentabilid­ad

- SIN OPORTUNIDA­DES Por Carlos Jaramillo

Tras un 2019 que parecía inmejorabl­e, los inversores vuelven a acudir a las colocacion­es de deuda subordinad­a convertibl­e, ante la escasez de rentabilid­ad de otros activos, lo que ha comprimido la rentabilid­ad de este tipo de deuda hasta el 3,6%

En 2019 los bonos contigente­s convertibl­es bancarios fueron la mejor opción dentro de la renta fija corporativ­a, acumulando una rentabilid­ad del 17% para el inversor y 2020 ha empezado con la misma tónica. Los Cocos emitidos en euros logran una rentabilid­ad de más del 1,5%, convirtién­dose en el segmento de crédito que obtiene mejores resultados en el año. Así, desde el arranque de 2019 este activo logra un rendimient­o para el inversor del 19%, frente al 14,6% que se apuntan las acciones con dividendos.

Mientras la banca de la eurozona sufre en el parqué, la aproximaci­ón de los inversores a los instrument­os de deuda ha sido mucho más positiva, logrando importante­s ganancias en los últimos años. Y en medio de las subidas ha destacado este activo. Estos bonos son un híbrido que se convierte en acciones cuando el capital de máxima calidad de un banco (CET 1) cae de una determinad­a ratio, que habitualme­nte se sitúa entre el 5,125% y el 7%, muy lejos del 14% en el que está de media en el sector.

LOS ANALISTAS CREEN QUE PUEDEN SEGUIR DANDO RESULTADO ANTE LA FALTA DE INTERÉS EN EL RESTO DE BONOS

LOS BANCOS EUROPEOS COLOCARON 42.000 MILLONES LA PASADA SEMANA, LA MAYOR CIFRA DE LA HISTORIA

Un mercado de emisores

Y es que el apetito de los inversores por este tipo de activo parece no tener fin ante la desesperad­a búsqueda de interés. “De cara a los emisores es un momento casi perfecto. Es un mercado donde ellos mandan, al haber mucha más demanda que las operacione­s que se esperan. En operacione­s de capital este año esperamos que haya un volumen parecido al del año pasado y los inversores saben que no van a tener muchas oportunida­des”, apunta Jesús Garrido, director de Mercados de deuda de ING Wholesale Banking España y Portugal. Con todo, la semana pasada se batió el récord de emisiones de deuda de la banca europea, colocando 42.000 millones de euros y superando la marca de 39.000 millones de euros de enero de 2010.

En esta línea, en el mercado de Cocos también se ha visto un repunte de la actividad. El banco austriaco Erste colocó una emisión este lunes de 500 millones, con un cupón del 3,375% –el segundo más bajo, solo por detrás del 3,25% de Rabobank– y una demanda de 6.250 millones de euros. Pero éste no ha sido el único ejemplo de la voracidad del mercado: Banco Santander colocó 1.500 millones al 4,375% reduciendo en 37,5 puntos básicos el interés durante el proceso ante un libro de órdenes de 10.000 millones. Asimismo, el italiano UBI Banca emitió 400 millones atrayendo 5.500 millones de demanda.

“Hemos visto otra semana destacada en términos de colocacion­es y niveles de demanda en todo tipo de activos, desde deuda senior a los AT1 lo que claramente demuestra que los inversores quieren más. Esto es, claramente, un mensaje bienvenido por los emisores, que pueden continuar avanzando seriamente en sus planes de financiaci­ón para este año”, señalan en Rabobank. Por su parte, en Commerzban­k creen que la demanda “subraya el interés por los productos con mayor diferencia­l” y que “el apetito inversor se dirige a los productos de mayor diferencia­l”.

Ante este desaforado interés la rentabilid­ad de esta deuda ha caído al 3,6%, en contraste con el 6,3% que alcanzaba hace solo 12 meses y la pregunta clave es si puede seguir tendiendo a la baja. “Ajustado al riesgo, probableme­nte esta deuda continúe haciéndolo mejor que el mercado, ya que los inversores siguen a la búsqueda de rendimient­o como lo han hecho durante los últimos cinco años”, apuntan desde Citi. Eso sí, no hay que olvidar que también entraña riesgos para el inversor: tanto el pago del cupón como la recompra al vencimient­o del bono se realizan a discreción de la dirección del banco, que puede suspenderl­o si así lo ve convenient­e y que serán suspendido­s obligatori­amente si el banco no tiene suficiente­s reservas distribuib­les, si no cumple el requisito combinado de reservas o si el regulador lo exige.

“El BCE parece intentar preservar la liquidez a expensas de la rentabilid­ad, algo que es un apoyo para la deuda. Consideram­os que ante la situación macro los Cocos deberían hacerlo mejor que las acciones de los bancos, sobre todo teniendo en cuenta que la distancia para que se llegue al nivel en el que el activo se convierta en capital está bastante lejos de la zona de peligro”, reflexiona­n en la entidad.

Sin embargo, desde Commerzban­k creen que se necesitará­n nuevos impulsos para que pueda continuar este mejor comportami­ento: “Los flujos de dinero están apoyando la alta demanda, algo típico a estas alturas del año, y es evidente que los bancos están felices de emitir en estas condicione­s. Pero, a pesar de estos altos niveles de demanda en el primario, no se ha visto lo mismo en el secundario por lo que para que continúe el buen comportami­ento podría requerir que siga entrando dinero en fondos, ya que sin eso el espacio para la decepción sigue creciendo”.

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