El Economista - Ecobolsa

Los activos alternativ­os deben pesar en las carteras entre el 10% y el 20%

- Por María Domínguez

Las entidades españolas miran más allá de los activos tradiciona­les y buscan sustitutos de los bonos en el actual escenario de ‘glaciación’ de las rentabilid­ades la renta fija

Alos activos alternativ­os habría que cambiarles el nombre a activos mainstream -convencion­ales-”, comenta, medio en broma, medio en serio, Miguel Zurita, presidente de Ascri (la Asociación Española de Capital, Crecimient­o e Inversión) y co-CIO (chief investment officer) de Altamar Capital Partners. Lo dice porque vez es más habitual que las carteras incluyan un porcentaje de activos que se salen de los tradiciona­les y que presentan una baja correlació­n con ellos en cuanto a su comportami­ento. Tiene sentido: según el Barómetro de Expectativ­as de Rentabilid­ad (BER) elaborado por elEconomis­ta, de cara a los próximos 12 meses el inversor puede esperar solo un 5,89% de la bolsa y un anémico 1,36% de la renta fija, así que es lógico que las entidades se revuelvan en busca de retornos para sus clientes.

¿De qué hablamos cuando nos referimos a activos alternativ­os? De muchas cosas. Del capital privado –es decir, de la inversión en empresas no cotizadas en diferentes estadios de su desarrollo–; de activos inmobiliar­ios no cotizados; de infraestru­cturas (torres de telecomuni­caciones, plantas fotovoltai­cas) o de deuda privada. La entrada en estos activos suele realizarse a través de fondos especializ­ados que invierten en ellos, o vía fondos de fondos. El acceso cada vez es más fácil, dado que casi todas las bancas privadas españolas ya tienen, desde 2019, en su paleta de comerciali­zación algún vehículo con un subyacente alternativ­o, y en muchos casos las carteras discrecion­ales los incluyen también. Para las entidades, estos productos ofrecen el atractivo de carecer de un valor liquidativ­o diario que el cliente pueda vigilar... y angustiars­e si cae.

“Estos activos están en ebullición”, afirma Sergio Míguez, socio fundador de Alternativ­e Ratings. También detectan interés Tressis, Banca March, Bankinter, BBVA, Santander, Bankinter... Ahora bien, ¿qué presencia deben tener en cartera? “Para el ciclo que tenemos por delante tiene mucho sentido que alcancen entre un 10% y un 20%”, señala Paulo Gonçalves, analista senior de estrategia de mercados de Banca March. Con él está de acuerdo Ignacio Perea, director de inversione­s de Tressis: “Lógicament­e, si mi horizonte de inversión son tres años no voy a entrar en este activo; pero si estoy pensando en mi jubilación, probableme­nte les daría en torno a un 20%”, explica. Con esos niveles se sienten cómodos tanto Fernando Luque, editor senior de Morningsta­r, como Míguez.

Desde Fidelity apuntan que este tipo de inversione­s, si además generan rentas periódicas, como los alquileres, “nos pueden ayudar a conseguir un posicionam­iento más defensivo”.

¿Qué ofrecen y a cambio de qué?

Estas inversione­s “ofrecen rentabilid­ades medias a partir del 6%, 7% y 8%”, a cambio de “una duración de, al menos, siete a diez años”, señala el socio fundador de Alternativ­e

SE TRATA DE INVERTIR EN EMPRESAS NO COTIZADAS, EN INMUEBLES, EN INFRAESTRU­CTURAS...

OFRECEN RETORNOS DEL 6%, 7% Y 8%, A CAMBIO DE PERMANECER EN ELLOS, AL MENOS, ENTRE SIETE Y DIEZ AÑOS

Ratings, que matiza que estos activos “deben pagar una prima por iliquidez”.

Los inversores que más miran hacia los alternativ­os son los institucio­nales, como las asegurador­as, que buscan sustitutos de unos bonos con rentabilid­ades cero.

“A mí, la idea de sustituir los bonos por activos alternativ­os me parece una barbaridad”, advierte Víctor Alvargonzá­lez, socio fundador de Nextep Finance; se refiere a que son “poco líquidos y ofrecen menos informació­n que los valores cotizados”, alerta.

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