Vender bolsa aquí es un despropósito

Siempre que se tienen dudas y ocurren episodios de pánico en las bolsas como el actual, hay un ejercicio que suelo recomendar y que consiste en analizar los gráficos en base semanal, olvidándose de los charts en base diaria, que ahora son como árboles que no dejan ver el bosque, esto es, la tendencia madre que nació en el suelo que marcaron las bolsas en marzo de 2009. Desde entonces, esta tendencia alcista, que en Wall Street ha tenido hasta ahora un propulsor espacial, ha sufrido varias estocadas y en cada una aparecen agoreros señalando el fin de la misma, advirtiendo de una recesión que está claro que algún día acertarán, pero que de momento no ha ocurrido. El análisis técnico nos ayuda a identificar los soportes que no deben perderse si queremos seguir confiando en esa tendencia alcista, que desde el año 2009 se ha puesto en cuestión tres veces, siendo la última la fuerte caída del 2018 y que llegó a perder unos días los soportes urbi et orbi, cuya recuperación a finales de 2018 nos llevó a una subida del 45% en el S&P. Esta alza ha encontrado techo, de momento estimamos que temporal, en los máximos del coronavirus. De hecho, la última caída ha llevado al S&P a perder el 50% de esta subida, tras alcanzar los 2.850, algo que no deja de ser una simple corrección en tendencia. Ahí se encuentra un soporte intermedio que es importante pero que para nada es definitivo ya que para que se ponga en cuestión la tendencia de la última década el S&P debe perder los 2.730. Si ese soporte cae sí hay que vender bolsa, antes es un despropósito.