La prima de riesgo de la bolsa frente a la deuda es la mayor en una década
La expectativa de rentabilidad de la bolsa frente al activo ‘sin riesgo’ se eleva a 10 puntos, superando los niveles de la crisis de deuda de 2011 y la amenaza de recesión de 2018
El bombardeo sobre Dresde doce semanas antes de la capitulación nazi es uno de los capítulos más negros de la II Guerra Mundial. Con cuatro ataques aéreos entre el 13 y el 15 de febrero de 1945 los aliados dejaron caer cerca de 4.000 toneladas de explosivos sobre la conocida como Florencia del Elba. Desde entonces y a pesar de que la ciudad ha renacido de sus cenizas, el nombre de Dresde todavía se asocia al término de destrucción. Sin olvidar el drama humano, al igual que en la crisis del coronavirus, el mercado ha acabado igual de devastado que la capital de Sajonia tras 17 sesiones de asedio bajista a medida que se activaban todas las alertas de recesión económica ante la propagación de la pandemia y se iniciaba una feroz batalla por las cuotas de mercado del petróleo entre Arabia y Rusia.
El Covid-19 ya se sitúa entre las mayores crisis bursátiles que se recuerdan, especialmente después de que las medidas para contener la expansión de la enfermedad hayan entrado esta semana en una nueva fase desconocida, tanto en Europa como en EEUU, con el consecuente impacto económico. En este contexto de incertidumbre en el que aún resulta imposible cuantificar los daños, nadie se atreve a asegurar un suelo real capaz de poner fin a los fuertes y continuados desplomes en los parqués ni a dibujar la forma –en
o en U–que tendrá la recuperación. De hecho, desde la crisis financiera de 2008 no existía tanta divergencia de opinión entre analistas, gestores y expertos, aunque si en algo parecen estar de acuerdo es que las bolsas están descontando una recesión, sea o no cierta, y que la renta variable está a precios muy atractivos.
VConcepto de prima de riesgo
La historia ha demostrado que el mercado, al igual que ocurrió con el corazón histórico de Dresde, tarde o temprano se reconstruirá, pese a que la sangría en las bolsas también esté poniendo a prueba la resistencia de los inversores más avezados. Y aunque las últimas sesiones estén resultando una auténtica catástrofe para aquel que está invertido, también se trata de una oportunidad excepcional para el que cuenta con liquidez, ya que la prima de riesgo que ofrece hoy la renta variable en el largo plazo se encuentra en máximos de una década.
¿Qué quiere decir esto? La noción actual de prima de riesgo que muchos españoles aprendieron en la anterior crisis económica se refiere al indicador que mide la confianza que los inversores depositan en la economía de un país –en el caso los países de la eurozona se toma como referencia a Alemania– y se calcula a partir de la diferencia –en puntos básicos– del interés que se paga, por ejemplo, por el bono español a 10 diez años y el bund a 10 años , y que se sitúa en el entorno de los 120 puntos.
Pero el concepto clásico de prima de riesgo se define como la recompensa que obtiene un inversor que adquiere un activo con riesgo en vez de hacerlo en uno con menos peligro. Habitualmente se ha utilizado para comparar la rentabilidad o interés de un activo con riesgo, como la renta variable, frente a la del activo sin riesgo, como son la deuda alemana o la estadounidense.
De hecho, el bono americano ha sido el único activo que en medio de la hecatombe de esta semana ha cumplido este papel, aunque tampoco estuvo exento de una amplia volatilidad. El T-Note a 10 años registró un