El mejor refugio en un mercado oscuro es el largo plazo
Ante el momento actual de mercado buscar alternativas se vuelve complicado, especialmente cuando la inversión está guiada por el pánico y algunos de los tradicionales activo refugio no funcionan. Por ello, los expertos aconsejan basar las decisiones en un horizonte temporal amplio
La luz es uno de los elementos fundamentales para el ser humano. Por eso, no es de extrañar que ante la pérdida de la misma muchas personas entren en pánico, perdiendo su capacidad racional de actuación. Algo similar es lo que está ocurriendo en el mercado. Las caídas sin fin que se están viendo en las últimas sesiones a raíz de la pandemia del Covid-19 crean en muchos inversores lo que podríamos denominar bursátilfobia, es decir, miedo a no saber qué hacer en esta situación. Los expertos coinciden en señalar que atemorizarse es normal, el problema viene cuando basamos nuestras decisiones de inversión en estas emociones.
A este respecto, en periodos como el actual ganan relevancia los llamados activos refugios, aquellos que en momentos de incertidumbre se comportan normalmente mejor que otra clase de activos más arriesgados, como la bolsa. En esta lista podemos encontrar desde materias primas como el oro, pasando por divisas como el yen, a bonos gubernamentales de las economías que ofrecen más seguridad como Estados Unidos. Pero ni siquiera todos estos refugios están funcionando como se espera ante la crisis del coronavirus Covid-19 y la guerra petrolera que están protagonizando Arabia Saudí y Rusia.
¿Qué hacer entonces? “El mejor refugio, en el largo plazo, es diversificar, tratando de mantener carteras con diferentes fuentes de retorno con bajas correlaciones (o negativas) entre ellas, utilizando estrategias que no sean unidireccionales. Una cartera diversificada con visión de largo plazo y ajustada al perfil y necesidades de cada cliente es la única forma de optimizar las inversiones”, indica Tomás García-Purriños, de Morabanc.
Y es que una de las consecuencias del pánico vendedor generalizado es que muchas compañías con buenos fundamentales y sólidos modelos de negocio también se están viendo afectadas, pero su valor sigue estando ahí.
“Intentando no mirar la volatilidad en el muy corto plazo, podríamos encontrar algunos activos interesantes para posicionarse en el contexto actual. Si hablamos de compañías, algunas opciones serían: comprar empresas de corte más defensivo, que han sufrido un mayor castigo o con buen dividendo que no se vea amenazado. Los inversores aguantan mejor las pérdidas si el producto le reporta buenas rentas al cliente”, explica Victoria Torre, de Singular Bank.
A este respecto, en el Ibex 35 se pueden encontrar atractivas rentabilidades por dividendo de compañías que, de momento, no generan dudas sobre su política de retribución. Además, con las fuertes caídas han aumentado los rendimientos. Es el caso de Inditex, cuyos pagos en 2020 han pasado de rentar un 3,6% a un 4,8% (ver gráfico). Lo mismo ocurre con Endesa, un clásico de los dividendos atractivos. Si cuando arrancó el año la rentabilidad de su retribución de 2020 era del 6,3%, ahora se sitúa en el 7,8%.
Entre los diez valores del Ibex más grandes, Telefónica ofrece un 9%, seguida de Banco Santander y Naturgy con más de un 8%. Por su parte, BBVA y Aena superan el 7% y 6%, respectivamente, mientras que Iberdrola, Ferrovial y Amadeus sobrepasan el 4%, 3% y 2%, en cada caso.
A las altas rentabilidades por dividendo de empresas saneadas, Victoria Torre añade las megatendencias “alejadas por definición del ciclo económico a corto plazo, aunque no de los vaivenes de la bolsa”, y “mantener la sobreponderación en renta fija de gobiernos a largo plazo (EEUU y Unión Económica y Monetaria de la Unión Europea) como factor de diversificación y descorrelación”.
Bert Flossbach, cofundador de Flossbach von Storch, explica que “esperamos que las medidas destinadas a frenar la propagación del virus tengan un impacto significativo en el crecimiento y en las cifras de las empresas. Esto puede causar incertidumbre. Pero la inversión debe ser un proyecto a medio y largo plazo. Nuestro principio primordial es la diversificación”.
La liquidez como alternativa
Para esa comunidad inversora que no quiere oír hablar del largo plazo, Juan José Fernández-Figares, de Link Securities, tiene otra alternativa: “A estas alturas, para un particular, el único activo refugio que se me ocurre es la liquidez”. Tomás García-Purriños coincide en que “si ya es tarde para diversificar, entonces sólo cabrían estrategias de reducción de riesgo para adaptar la cartera a nuestro perfil. Esto es, reducir posiciones. Evidentemente, esto no quiere decir que haya que vender indiscriminadamente”. Eso sí, el experto recuerda: “La parte negativa es, obviamente, que si el mercado recupera estaremos fuera”.