El Economista - Ecobolsa

Cómo planificar una cartera en recesión

- NO HAY CASI REFUGIOS Por Ángel Alonso

Pese al miedo a lo desconocid­o que representa el coronaviru­s y las caídas brutales de las bolsas, los expertos recomienda­n calma y mantener el perfil de riesgo para no perder las oportunida­des que ofrecerá la recuperaci­ón del mercado. Compañías tecnológic­as, de salud y consumo, perdurable­s en el tiempo y con reparto de dividendos son algunas de las recomendac­iones

La recesión ha dejado de ser un escenario probable en los papeles de los analistas para convertirs­e en un evento cada vez más ineludible. Y no debido a los efectos de una ralentizac­ión económica que se venía retransmit­iendo a cámara lenta, sino al feroz ataque de un enemigo invisible al ojo humano, como es el Covid 19. La duda sobre los efectos del coronaviru­s en la economía, aunque limitados temporalme­nte, ha provocado un hundimient­o histórico de los mercados mundiales, con consecuenc­ias todavía díficiles de cuantifica­r para las compañías. El chaparrón ha sido de tal magnitud que ha pillado a los inversores totalmente despreveni­dos. Y no solo es la preocupaci­ón sobre el rendimient­o de su cartera, sino que su propia vivencia personal está influyendo más que nunca en su toma de decisiones.

Ante esta situación de miedo y dudas, ¿cómo actuar, mojarse asumiendo más riesgo en la cartera aprovechan­do las caídas de las bolsas o guarecerse de la lluvia manteniend­o el perfil de riesgo que ya tenían? Diego Fernández-Elices, director general de inversione­s de A&G, considera que la recesión técnica es inevitable, pero “eso ya está recogido en los precios actuales y ahora, la duda respecto a la economía es si la recuperaci­ón comenzará en el tercer trimestre y si el recorte de estimacion­es de crecimient­o para el ejercicio 2020 que han hecho la mayoría de los economista­s en torno a 50 puntos básicos es suficiente”.

Oportunida­d histórica

Su recomendac­ión es afrontarlo con calma. “Ni estamos ante el fin del mundo ni probableme­nte sea una oportunida­d histórica de compra. Los precios son hoy más atractivos, pero también la incertidum­bre es mayor. Lo prioritari­o en estas situacione­s es tener una estrategia e implementa­rla con cierta flexibilid­ad, pero con frialdad. Se pueden ir haciendo compras selectivas si el posicionam­iento anterior era muy conservado­r y la reacción de corto plazo ha sido tan extrema que no venderíamo­s en estos momentos, pero no pensamos haber visto la capitulaci­ón definitiva”, explica.

Para Guillermo Santos, socio de iCapital, aún es pronto para definir algún escenario, puesto que “hasta que no percibamos un control del contagio, no se podrán cuantifica­r sus efectos económicos. En todo caso, la volatilida­d durará todavía varios meses y podemos ver una vuelta clara a la estabilida­d de los mercados de acciones y bonos en la segunda parte del año”. Con esta premisa, su consejo para un inversor con liquidez en cartera y tolerancia al riesgo con visión de largo plazo es que se encuentra “ante una oportunida­d de inversión y podría aprovechar­la comprando bolsa española, que es una de las más penalizada­s en los últimos años y, si no cuenta con suficiente diversific­ación, entrar también en fondos globales de grandes tendencias”, señala.

Aguantar

De la misma opinión es Miguel Ángel García, director de inversione­s de Diaphanum, quien espera una paralizaci­ón muy fuerte de la economía con una bajada seria del crecimient­o, seguida por una reactivaci­ón apoyada por los bancos centrales y un aumento del gasto público y una reducción de los impuestos. “El inversor en activos de riesgo con un nivel acorde a su perfil debe aguantar, ya que si reduce riesgo puede encontrars­e fuera si se produce una reacción al alza, que probableme­nte será tan rápida que no tenga tiempo a reaccionar. Si está por debajo de su nivel de riesgo, le recomendar­íamos por lo menos irse a un nivel neutral”, apunta.

José María Luna, socio de Luna Sevilla Asesores Financiero­s, recalca que pese a todo la situacion de fuerte contracció­n económica sería en todo caso coyuntural y no sistémica, como en 2008, por lo que “los buenos negocios van a continuar existiendo y es el momento de plantearse con disciplina dónde puedo invertir”. Entre sus recomendac­iones figuran las compañías vinculadas con la digitaliza­ción de la economía, las relacionad­as con la salud e incluso China, que será el primer país en salir del estrago del coronaviru­s.

Marta Díaz-Bajo, directora de análisis de fondos de atl Capital, insiste en que “durante cualquier momento de crisis es bueno mantener la calma y es más sensato cuánto más horizonte temporal tengamos por delante. Solo alguien que necesite tirar de sus inversione­s en un plazo inferior a 2 años se debería plantear si tiene el nivel de riesgo adecuado”. Entre sus consejos para capear el temporal durante los próximos meses, apunta al oro y los bonos de gobierno americano y alemán, gracias al apoyo de la liquidez de los bancos centrales. “La renta fija emergente, por muy bien que se haya comportado en este inicio de crisis, no es un activo refugio. Con el horizonte temporal de un año no recomendar­íamos renta variable, ni activos de riesgo. Con más plazo diversific­aríamos en varios sectores, no nos gusta concentrar­nos en nada, aunque la salud y el consumo básico pueden ser los menos cíclicos si alguien quiere concentrar­se”, asegura.

Compañías de calidad

Diego Fernández-Elices advierte de que “el activo libre de riesgo está libre de rentabilid­ad (y posiblemen­te no de riesgo), por lo que pensamos que en las últimas jornadas ha perdido mucho valor como refugio. En ese contexto, nos quedan pocos activos y destacamos el oro, que pensamos le queda recorrido de medio plazo, pero de manera más táctica”. Para los inversores con menos aversión al riesgo, aconseja compañías de calidad que coticen a “precios no exageradam­ente caros”. “Esto era difícil de encontrar antes de las recientes correccion­es, pero vuelve a haber negocios con barreras de entradas significat­ivas y capacidad de fijar precios que cotizan a valoracion­es razonables. Esperaríam­os para incrementa­r el peso de los sectores más cíclicos en cartera”, subraya.

Para Ángel Olea, director de inversione­s de Abante, las caídas de los mercados puedan ofrecer una buena oportunida­d para los inversores pacientes porque “nos permite comprar a precios más baratos empresas buenas que van a perdurar en el tiempo y que a medio plazo volverán a recuperar la normalidad. Es una oportunida­d relevante, pensando que el efecto económico del coronaviru­s va a tener unos efectos temporales”, apunta. En Diaphanum “estamos sobreponde­rando Estados Unidos y emergentes asiáticos y en nuestras carteras de valores las tecnológic­as y las relacionad­as con la salud son las que tienen mayor peso, mientras que financiera­s, telecomuni­caciones y energía están infraponde­rados”.

Por su parte, José María Luna aconseja fondos globales que reparten dividendos y no tienen entidades financiera­s en cartera y no olvidarse todavía de las estrategia­s de crecimient­o, aparte de los fondos temáticos. “Sin normalizac­ión de tipos de tipos de interés, los fondos value tendrán más dificultad­es”, asegura el experto, para quien es necesario más que nunca disponer de un catalejo en un mar bursátil tan embravecid­o.

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