El Economista - Ecobolsa

La bolsa turca ya protege contra el IPC

- Por Sergio M. Fernández

El principal índice bursátil del país, el Bist 100, sube en el año un 92% en euros y un 143% en la divisa local. Un porcentaje superior al Índice de Precios de Consumo de octubre en Turquía, que se situó por encima del 85%. No obstante, los expertos están preocupado­s con que la hiperinfla­ción del país del Bósforo no se modere en el corto plazo y provoque la espantada de los inversores extranjero­s

Puede que los bancos centrales de Occidente estén preocupado­s por la inflación en este momento pero el incremento de los precios en Europa o en Estados Unidos se quedan cortos al lado de los indicadore­s de Turquía este 2022. Por el momento, nadie ve techo a la hiperinfla­ción del país del Bósforo, cuyo IPC en octubre escaló hasta el 85,5%, según los datos oficiales, lo que implica alcanzar cotas no registrada­s desde 1998. Sin embargo, la bolsa de Turquía ha conseguido batir en lo que va de año al auge de los precios en el país ya que el Bist 100 no solo sube un 143% en el año en la divisa local, sino que en euros –registra un avance del 92%– también supera al IPC de octubre.

Que la bolsa turca se mantenga en verde en el año no solo es una proeza en sí misma si se compara con la evolución de la renta variable mundial, con el MSCI World perdiendo en 18,4% en 2022. Al cierre de ayer no hay un índice de referencia que avance tanto en el año como el Bist 100 con las subidas de tipos de interés y los miedos a una recesión a escala global como marco. Y como bolsa de un país emergente, ni el principal índice bursátil de la India ni el brasileño (que avanza un 4,7% en el año) se aproximan al comparable turco. Mucho menos los selectivos rusos que han perdido la inversión occidental como respuesta a la invasión de Ucrania.

Mientras el alza de los precios ha sido lo habitual en el país con Erdogan al frente, el banco central turco ha decidido recortar los tipos de interés de referencia en el país, a la contra del resto de responsabl­es de la política monetaria mundial. En octubre los tipos de referencia cayeron al 10,5% y el propio presidente de Turquía ya manifestó su interés en alcanzar antes del cierre del 2022 una tasa de un único dígito. Y es que el Banco

Central Turco achaca a la crisis geopolític­a energética y a la guerra de Ucrania la subida de los precios, aunque la inflación empezó a escalar en el Bósforo antes de que se produjera la pandemia. Para el director de calificaci­ones soberanas de Scope Ratings, Dennis Shen, la actitud de las institucio­nes turcas puede suponer un problema en el largo plazo con la depreciaci­ón de su moneda –retrocede un 46,5% frente al dólar en el año– y con el 58% de la deuda en moneda extranjera, según Shen.

Por contra, para el gerente de deuda corporativ­a de mercados emergentes en Union Investment Privatfond­s GmbH, Sergey Dergachev, es un buen momento para atraer inversores a Turquía por el alto rendimient­o de las compañías del país en las últimas semanas dado que el coste de asegurar su deuda se ha reducido más que en otros emergentes a pesar de las peores tasas de inflación.

La mitad del Bist sube más de un 85%

Por el momento, los inversores nacionales y extranjero­s han optado por refugiarse en la renta variable turca para evitar esta hiperinfla­ción. Como ejemplo, más del 45% del selectivo (que incluye a cien compañías turcas) avanzan en euros más que el IPC hasta octubre (en torno a dos tercios con la divisa nacional). Y solo un 4% cotiza por debajo de lo anotado el primero de enero.

Existen valores incluso que multiplica­n por más de tres su valor en el mercado este 2022. Entre las capitaliza­das turcas más grandes destaca Turkish Airlines, que aspira a posicionar­se entre los tres operadores aéreos que más mercancía muevan por el aire de cara a 2025 (ahora se situaría como el cuarto con más cuota de mercado, según el analista de Bloomberg, Conroy Gaynor). Pero el rápido crecimient­o y el escaso seguimient­o del mercado a la bolsa turca hacen difícil ver el alcance de su particular rally. Como ejemplo, entre las capitaliza­das del país con un seguimient­o mínimo de ocho firmas de inversión los potenciale­s se sitúan bajo el 20%.

Por otra parte, no existen demasiados vehículos que permitan aprovechar­se del tirón turco en 2022. Solo existen dos fondos de inversión especializ­ados en la renta variable disponible­s a la venta en España con un peso de compañías turcas predominan­te. Se trata de los fondos HSBC GIF Turkey Equity AC y BNP Paribas Turkey Equity N R, y ofrecen una rentabilid­ad en lo que va de año del 116,1% y del 80,8%, respectiva­mente. Porcentaje­s más modestos que el Bist 100.

Otros, con menor exposición a compañías del Bósforo, según recoge Morningsta­r, acumulan rendimient­os negativos en lo que va de ejercicio. Es el caso de DNCA Emerging Europe Equity I/A Eur (con un 14% de la cartera en valores afincados en Turquía) o Evli Emerging Frontier B (13,6% de

exposición), que pierden en el año un 39,4% en el primer caso y un 5,3% en el segundo.

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