IBERDROLA, EL VALOR MÁS SEGURO PARA ESPECULAR
Iberdrola ha reforzado esta semana su mejor carta de presentación bursátil, el híbrido perfecto entre crecimiento y dividendo. El mercado le exigía una mejora del beneficio bruto del 6% para no defraudar y, tras su día del inversor, pasa con nota al comprometer una mejora del 8%-10%. Esta previsión deja el dividendo esperable entre 0,55-0,58 euros por acción en 2025, con un suelo de 0,50 euros... Cinco por ciento de rentabilidad bruta de remuneración después de una avalancha de inversiones y entrada de accionistas en algunos de los proyectos más icónicos.
Con un compromiso tan firme, los títulos de Iberdrola se convierten en uno de los señuelos especulativos más atractivos de nuestro mercado. Sí, digo especulativos. Justo todo lo contrario del valor estable sobre el que se asientan la mayor parte de los 600.000 accionistas de Iberdrola con la intención de cobrar los dividendos. En realidad Iberdrola es de los pocos títulos de la bolsa española que podría defender con decencia el reconocimiento de lo que antaño se llamaba el dividendo de las viudas (retribuciones que se habían comprado años atrás por los esposos, que acababan falleciendo antes, y que con el tiempo acababan siendo muy suculentas). Hoy conviene más llamar a estos dividendos gran reserva, envejecidos en barrica de roble y asexuales porque hay que olvidar todo patriarcado pasado. Retahílas al margen, no le recomendaría a nadie que compró en la crisis de deuda europea iberdrolas a 3 euros, cuando a la eléctrica española se la penalizaba por ser española y más le hubiese convenido ponerse la zamarra escocesa, venderlas nunca. Son propietarios de unos títulos que rentan anualmente un 15% en dividendos con medio euro de pago en el horizonte.
Otra cosa son los precios actuales. Si se compran títulos de Iberdrola alrededor de 10 euros, que ofrecen un dividendo estimado del 5% si se cobra, y se espera a vender en 11 euros, también hemos llegado al 15% de rentabilidad. El juego, más arriesgado, vale con porcentajes parecidos en los precios actuales. La estrategia de sacar velas y replegarlas, comprar y vender según los objetivos que nos hayamos puesto, es bastante factible de replicar en los próximos años en Iberdrola, con la seguridad del dividendo del 5% como ancla de potenciales caídas. Los 9 euros han sido un suelo para el título en los últimos años al igual que los 12 un techo. Este es un rango válido en el que moverse especulativamente con una de las mayores seguridades de la bolsa española mientras se van cobrando y descontando dividendos.
Más potencial y más riesgo tiene la némesis de todo en la Iberdrola de Sánchez Galán. La Enel de Francesco Starace se espera que crezca menos, alrededor del 6%, pero ofrece una retribución más elevada: el 8% porque sufre la penalización de tener que poner una morterada en avales para comprar electricidad para servirla a sus clientes.