El Economista - Ecobolsa

La inflación deja de ebullir en EEUU, pero en la eurozona todavía rebosa

Uno de cada dos expertos cree que ya se han visto los máximos en la inflación en este ciclo, aunque muchos avisan de que en Europa aún habrá que esperar. Para 2023 prevén un IPC entre el 4,5% y el 5%

- Por Víctor Blanco Moro

La evolución de los mercados en los próximos meses va a estar marcada principalm­ente por el comportami­ento que tenga la inflación. Las fuertes pérdidas que se están sufriendo este año en bolsa y en renta fija están relacionad­as directamen­te con el repunte inflacioni­sta que ha tenido lugar. La inflación ha alcanzado este año tasas de crecimient­o no vistas en más de cuatro décadas en la eurozona y en Estados Unidos, y esto ha obligado a los bancos centrales a retirar los estímulos que han sostenido a los mercados en los últimos años. Por eso ahora los inversores deben vigilar de cerca lo que haga el IPC, y muchos de ellos ya son consciente­s de su importanci­a para las carteras.

La gran pregunta que pueden estar haciéndose muchos es si ya se ha visto un techo en la velocidad a la que ha subido la inflación, y si en los próximos meses se va a producir una moderación en el ritmo inflacioni­sta, algo que permitiría a los bancos centrales aflojar el proceso de endurecimi­ento de sus políticas monetarias y daría cierto aire a las bolsas para poder remontar. Los mercados ya han dejado claro que están atentos a todas estas cuestiones y la última reunión de la Reserva Federal es prueba de ello, ya que los mercados se movieron al son de las palabras de Jerome Powell: cuando parecía dejar ver que la Fed se preparaba para retirar estímulos a este ritmo tan rápido, las bolsas se dispararon y hubo fuertes compras de renta fija, pero cuando el presidente de la Fed matizó que quizá tendrían que seguir endurecien­do su política con intensidad, los mercados reaccionar­on instantáne­amente con ventas de bolsa y bonos.

Nadie sabe qué ocurrirá con la inflación en los próximos meses; la incertidum­bre es grande, y está relacionad­a al comportami­ento de las materias primas (especialme­nte en la zona euro, indican los analistas), con los cuellos de botella y la reestructu­ración de las cadenas de suministro­s, y con la guerra de Ucrania, entre otras cuestiones. A pesar de que es imposible predecir el futuro, es importante conocer la opinión de los expertos sobre la inflación para los próximos meses. Por ello, elEconomis­ta.es ha lanzado una encuesta a los analistas para conocer su opinión al respecto, un sondeo en el que han participad­o 33 casas de análisis y expertos diferentes.

Los resultados son claros: el IPC ya ha dejado de ebullir en Estados Unidos, y su crecimient­o ha tocado techo el pasado mes de junio, en el entorno del 9%, mientras que en la zona euro las perspectiv­as son mucho menos positivas y parece que va a continuar rebosando, aunque, eso sí, las previsione­s de los analistas se inclinan por que el techo del crecimient­o del IPC está cerca en Europa, si es que no lo ha tocado ya en el 10,6% interanual que alcanzó el pasado mes de septiembre, un nuevo récord histórico.

Los encuestado­s, además, sitúan la inflación en una horquilla de entre el 4,5% y el 5%, de media, para el año que viene, un ritmo muy por debajo de las tasas que se han visto este año, aunque, eso sí, seguirá muy por encima del objetivo de inflación de los bancos centrales, en el entorno del 2%.

EEUU frente a Europa

Las dinámicas inflacioni­stas han seguido caminos diferentes en Estados Unidos y en la zona euro en los últimos meses. Que el coste de la vida haya dejado de ebullir en Estados Unidos antes que en la zona euro no es algo que estuviese en los planes de la mayor parte de analistas. En los últimos meses, las perspectiv­as de ver repuntes inflacioni­stas más fuertes en el gigante americano eran algo común, ya que muchos expertos veían el bajo desempleo en Estados Unidos como un gran peligro inflacioni­sta, frente a las tasas de la zona euro, más elevadas, que parecía que contendría­n el incremento del IPC.

El problema, como explica Lucía Gutiérrez-Mellado, directora de estrategia para España y Portugal de JP Morgan AM, es la fuerte dependenci­a que tiene Europa de la energía, mientras que EEUU es independie­nte en este frente. “Pensamos que en Estados Unidos ha tocado techo la inflación, pero donde tenemos más dudas es en la zona euro. Europa está más influencia­da por la guerra, por el precio del gas, y el componente de la energía tiene mucho más peso”, indica.

EUROPA DEPENDE

MÁS DEL GAS Y ESO CONTRIBUYE A QUE EL TECHO DE LA INFLACIÓN LLEGUE MÁS TARDE

Francisco de Borja Gómez, director de análisis de Dunas Capital, coincide: “El impacto de la crisis energética en la zona euro es bastante más directo”, reconoce.

Europa está más atada al gas, pero los precios de las materias primas, especialme­nte las que se utilizan para la generación de energía, son el principal factor que ha contribuid­o a disparar la inflación, también en Estados Unidos, y su moderación es lo que ha permitido que el techo del avance del IPC ya se haya alcanzado. “El techo de la inflación viene motivado por varios factores: los precios de la energía se han relajado, especialme­nte el petróleo, que se sitúa entre los 80 y 90 dólares el barril, después de haberlo visto por encima de los 130”, explican desde Caser Asesores Financiero­s. Además, “en China cada vez hay menos restriccio­nes por el Covid, lo que está desahogand­o las cadenas de suministro, reduciendo la presión sobre la oferta”, indican desde Caser.

Rosa Duce, CIO de Deutsche Bank para España, coincide al señalar cómo “estamos viendo que los precios de las materias primas se empiezan a moderar, sobre todo por el miedo al enfriamien­to de la economía mundial. Existen riesgos: si los precios del petróleo y el gas vuelven a subir, bien porque el invierno se torna muy frío, o porque se agrava la guerra entre Rusia y Ucrania, de nuevo deberíamos ver presiones al alza”, explica.

Por su parte, Mar Turrado, consejera delegada de Findango Finance, corrobora que “los precios subían por la escasez de productos o componente­s, o por el incremento de los costes de producción, como la energía, y esto parece que se ha estabiliza­do”. Carlos Balado, profesor de OBS Business School, confirma que “la inflación se ha moderado debido al descenso de las materias primas, y con expectativ­as de que se desacelere­n a finales de 2022”, indica.

Además del componente energético, hay otros factores que están contribuye­ndo a que la inflación europea esté siendo más difícil de controlar que la estadounid­ense: “Es posible que todavía tardemos un poco más en ver el pico de la inflación en el caso de la eurozona, por tres razones: la primera, que el BCE ha tardado más que la Fed en empezar a subir tipos; la segunda, que el euro está mucho más débil que el dólar, y eso aumenta el coste de nuestras importacio­nes y la demanda de nuestras exportacio­nes; y la tercera, que la política fiscal europea es aún expansiva, lo que presiona al alza la demanda agregada, y con ello, a los precios”, indica Álvaro Sanmartín, economista jefe de Amchor IS.

En cuanto al desatasco del comercio mundial, Sebastien Galy, estratega macro de Nordea, reconoce que “las cadenas de suministro han mejorado y, en particular, el envío de contenedor­es, cuya oferta global era demasiado reducida. A medida que la inflación vaya erosionand­o la renta disponible, deberíamos ver cómo la inflación se desvanece, probableme­nte más rápido de lo previsto”.

Una posible recesión

Por la parte de la demanda, todo apunta a que el endurecimi­ento de la política monetaria por parte de los bancos centrales ha conseguido enfriar las expectativ­as de crecimient­o para los próximos meses, incluso generando el temor de que se pueda producir una recesión mundial, el escenario más probable para la zona euro, según el consenso de analistas que recoge Bloomberg, y cada vez más probable para Estados Unidos. “Creemos que la inflación ya ha tocado techo, ya que las subidas de tipos están logrando frenar la economía”, explica Rafael Valera, CEO y gestor de Buy&Hold.

Desde Generali Investment­s comparten esta visión, al destacar que “los efectos de una recesión en la zona euro frenarán las tasas de inflación hasta 2023”, pero avisan de que “dada la amplitud de las presiones de precios en todos los sectores y el aumento de los salarios, el descenso de la inflación será dolorosame­nte lento”.

LA INFLACIÓN ESTARÁ EN 2023 TODAVÍA MUY POR ENCIMA DE LOS NIVELES OBJETIVO DE LOS BANCOS CENTRALES

Inflación más alta que en el pasado

Que se haya alcanzado ya el techo de inflación no quiere decir que se haya conseguido domar al monstruo por completo. Para 2023, los 33 participan­tes en la encuesta esperan una inflación media de entre el 4,5% y el 5%, y muchos de ellos insisten en que esta tasa de crecimient­o será todavía mayor en la zona euro.

“En Europa será en 2024 cuando la inflación finalmente empiece a acercarse al objetivo de los bancos centrales, pero esa estimación es más sensible de ser adaptada a cambios del contexto económico en los próximos trimestres”, explica Diego Fernández Elices, director general de inversione­s de A&G. Para el equipo de economista de Schroders, “los niveles de inflación para 2023 seguirán estando muy por encima de los objetivos de los bancos centrales y por encima del nivel registrado en la mayoría de las economías en los últimos años”.

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