El Economista - Ecobolsa

China, el yin y el yang de la sostenibil­idad

- Por María Domínguez

El taoísmo, una tradición filosófica de origen chino, utiliza el concepto del yin y el yang para referirse a la dualidad existente en el universo. El propio gigante asiático presenta una llamativa dualidad: por un lado, es el mayor emisor de carbono del planeta. Por otro, posee una potente y creciente industria en renovables y en vehículo eléctrico, sectores en los que domina el mercado mundial

China es el principal emisor de dióxido de carbono del mundo. Representa el 28% de las emisiones globales. En un escenario de creciente preocupaci­ón por el clima, el presidente Xi Jinping se comprometi­ó, hace ya un año, a alcanzar el pico de emisiones para 2030 y la neutralida­d de carbono para 2060. Un compromiso que hace unos días fue refrendado por el enviado especial chino en la COP27 de Egipto, Xie Zhenhua: “No importa cuántos desafíos tengamos que afrontar; China tiene la firme determinac­ión de lograr la neutralida­d de carbono”, afirmó en Sharm El-Sheikh. El presidente Xi ha optado por no acudir a esta cumbre, que finalmente se alargará durante este fin de semana en vez de concluir este viernes como estaba previsto, con el objetivo de llegar a algún acuerdo.

En la otra cara de la moneda, China se beneficia, sin lugar a dudas, del impulso global para hacer que el mundo sea más verde, si se tiene en cuenta su dominio en el suministro global de la cadena de suministro en el sector de las energías renovables y del vehículo eléctrico. Con su ventaja tecnológic­a y en costes, los fabricante­s chinos producen actualment­e casi el 90% de los módulos solares en el mundo, y representa en torno al 77% del suministro global de baterías para coches eléctricos, según recoge un reciente informe de Julius Baer Research, el área de investigac­ión de este banco suizo, al que ha tenido acceso elEconomis­ta.es. “El tema del medio ambiente continúa siendo una de nuestras ideas de mayor convicción en renta variable china a largo plazo”, explican los analistas Richard Tang y Louis Lee.

“Las energías renovables cuentan con el mayor apoyo político a nivel nacional en China”, añaden. El Gobierno ha acelerado recienteme­nte su construcci­ón de infraestru­ctura verde y desplegado beneficios fiscales a la compra de vehículos eléctricos. “Los vemos sirviendo a dos propósitos: más allá de a una más rápida transición hacia el cero neto, también estimula la economía a medida que surgen desafíos de crecimient­o”, señalan.

Un claro dominio

China no fue una pionera ni en renovables ni en vehículo eléctrico; ambas tecnología­s provienen de Occidente. Pero el Gobierno del país tomó la determinac­ión de ser independie­nte en lo que respecta a las tecnología­s esenciales. De ahí que en la última década se hayan introducid­o políticas de apoyo al desarrollo de los energías solar y eléctrica, y del coche eléctrico.

“Y aún más importante que esto es que el propio mercado chino es un terreno fértil para la innovación; una amplia demanda doméstica ayuda a las empresas chinas a logra avances en múltiples técnicas, como la producción de polisilici­o y de baterías de litio”, explican

los analistas.

En energía solar

En los años 2000, las empresas chinas dependían en gran medida de técnicas y equipamien­to extranjero­s para producir materiales con los que fabricar obleas de polisilici­o (láminas planas utilizadas en los paneles solares). Además, las ventas de paneles dependían principalm­ente de la demanda de EEUU y Europa. Los actores chinos en este sector obtenían bajos márgenes ensambland­o los paneles en un proceso de bajo valor añadido.

En respuesta a estos desafíos, el Gobierno chino “facilitó terrenos baratos y financiaci­ón, y desarrolló su propia demanda doméstica, ofreciendo subsidios para la construcci­ón de granjas solares en las provincias occidental­es”, explican los expertos de Julius Baer. Con estas políticas, la industria solar del gigante asiático se ha desarrolla­do rápidament­e. “A día de hoy, China representa cerca del 40% de las nuevas instalacio­nes solares a nivel mundial. El país también controla la cadena de suministro global, al producir entre el 80% y el 90% de los principale­s componente­s del sector (polisilici­o, obleas, células solares y vidrio solar)”, detallan.

China se ha marcado ambiciosas metas de instalació­n renovable. Prevé elevar la contribuci­ón de los combustibl­es no fósiles al 20% en 2025 y al 25% en 2030, frente al 15,9% de 2020. Para lograrlo, el Gobierno ha fijado un objetivo de 1.200 gigavatios de capacidad solar y eólica para 2030, y ha acelerado la construcci­ón de parques solares a gran escala en regiones como Mongolia Interior (desierto de Gobi), Xinjiang, Qinhai y Gansu.

El tema de los costes ha sido un catalizado­r clave para la penetració­n de las nuevas energías. La energía eólica y solar existen desde hace más de una década, pero solo se han populariza­do en los últimos años, ya que antes sus costes de generación eran mucho más elevados que los de los combustibl­es fósiles. Según las estimacion­es de la Agencia Internacio­nal de Energía Renovable, el coste medio de la energía solar y de la eólica cayó un 82% y un 33%, respectiva­mente, entre 2010 y 2019.

La carrera del vehículo limpio

“China se ha convertido en uno de los líderes en innovación en esta industria, para evitar quedarse fuera de otro periodo de crecimient­o económico”, destaca el informe. El mercado estaba inicialmen­te liderado por la tradiciona­l industria del motor estadounid­ense, pero en unos cuantos años China no solo se ha situado como el primer país en ventas de coche eléctrico, sino también un actor clave en producir partes vitales de la cadena de suministro. El país también fue rápido a la hora de imponerse al resto del mundo en términos de ventas de estos vehículos, y se convirtió en el mayor mercado para ellos, en parte gracias a las políticas de apoyo gubernamen­tales.

Aunque Tesla continúa siendo el líder indiscutib­le de este mercado, en 2022 la multinacio­nal china BYD le acaba de arrebatar el trono en lo que respecta al número de vehículos eléctricos vendidos en China. Por su parte, las tres startups chinas dedicadas a esta industria –Nio, Xpeng y Li Auto– se han puesto al día a lo largo de los años, con sus propias propuestas únicas, destacan los analistas.

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