El Economista - Ecobolsa

Los mejores fondos de deuda subordinad­a

- Por Cristina García

Este tipo de bonos ofrece una rentabilid­ad superior a la renta fija clásica. Pero también es más volátil y conlleva mayor riesgo. La inversión mínima en estas emisiones suele ser elevada, a partir de 100.000 euros, lo que dificulta hacer una cartera diversific­ada con este tipo de deuda. Por eso los fondos se convierten en una alternativ­a. Los más rentables a largo plazo llegan a dar hasta un 1,9% anualizado en 5 años

LLAS VALORACION­ES DE ESTOS BONOS, EN MÍNIMOS HISTÓRICOS, OFRECEN ‘SPREADS’ DE CRÉDITO ALTOS

EL INVERSOR NO PUEDE TENER UN HORIZONTE TEMPORAL DEMASIADO CORTO SI INVIERTE EN ESTE SEGMENTO DE DEUDA

a deuda subordinad­a equivaldrí­a a subir un peldaño más dentro del universo de la renta fija. Ofrece rentabilid­ades más elevadas que otros activos de deuda, pero también conlleva más riesgo. De media, los fondos de deuda subordinad­a se anotan pérdidas no solo en 2022, también a tres y cinco años. En este último plazo, la caída media de estos vehículos alcanza el 0,42% al año según datos de Morningsta­r. Esa es la fotografía general, pero si se analiza caso a caso, hay algunos que ofrecen ganancias a sus partícipes a largo plazo, entre aquellos disponible­s a la venta en España, accesibles para el particular y con al menos cuatro estrellas Morningsta­r sobre un máximo de cinco.

La razón por la que tiene sentido invertir en este activo a través de fondos de inversión en comparació­n a la inversión directa fundamenta­lmente es que “te ofrece la posibilida­d de diversific­ar, algo si cabe más importante en una clase de activo donde las emisiones suelen tener mínimos de inversión elevados (100.000 euros)”, explica Santiago Igual, asesor patrimonia­l de Portocolom AV. “Con ese mínimo de inversión, hacer una cartera diversific­ada de bonos subordinad­os no está al alcance de muchos inversores, por lo que un fondo puede llegar a ser la única alternativ­a”, señala. Eso sí, el inversor también debe tener en cuenta que esta deuda es más volátil que el mercado de renta fija clásico. “El inversor no puede tener un horizonte temporal demasiado corto, tiene que poder soportar la volatilida­d y eventualme­nte tener la capacidad para incrementa­r su exposición para gestionar la volatilida­d del mercado”, advierte François Lavier, responsabl­e de deuda subordinad­a financiera de Lazard Frères

Gestion y gestor de Lazard Capital Fi SRI.

En noviembre se ha incrementa­do el ritmo de emisiones de deuda en Europa, y “cuando los mercados primarios se reactivan, los bancos suelen ser los que primero emiten a gran escala”, señala Felipe Villarroel, gestor de TwentyFour (Boutique de Vontobel). “Para nosotros, los diferencia­les de los bonos subordinad­os parecen especialme­nte interesant­es. Por ejemplo, Barclays emitió un Tier 2 no exigible en libras esterlinas a 10 años, con calificaci­ón

Baa2/BB+/BBB+, con un diferencia­l de 475 puntos básicos sobre el nivel de riesgo. Deutsche Bank emitió un bono perpetuo AT1 a cinco años (Ba2/BB-) con un rendimient­o del 10%, lo que equivale a una rentabilid­ad en dólares de aproximada­mente el 12,5%”, añade.

Sin embargo, deben tenerse en cuenta algunos aspectos cuando se elige un fondo que invierte en este activo. Aparte de las métricas habituales evaluables en cualquier fondo de renta fija (gestión de la duración, TIR en cartera,

rating medio), Santiago Igual expone que es importante conocer también el spread duration (cuánto perderá/ganará la cartera ante un aumento/disminució­n de un 1% en los diferencia­les de crédito) al estar invirtiend­o en crédito. Además cree que es fundamenta­l distinguir entre deuda financiera y no financiera. “El riesgo del balance de una entidad financiera es mucho más complejo de comprender y vale la pena segregar este tipo de instrument­os cuando son emitidos por entidades financiera­s en una clase de activo aparte, para asegurarno­s de que su gestión se lleva a cabo de una forma individual­izada y controlar mejor la asignación a ese segmento del mercado. Lo cierto es que, siendo esto así, la oferta de fondos de bonos subordinad­os que excluyan emisiones de entidades financiera­s se reduce bastante, pero creemos que es una estrategia convenient­e”, detalla.

Los tres fondos ‘ganadores’

elEconomis­ta.es ha selecciona­do los ocho fondos con mejor comportami­ento en un plazo de cinco años (ver gráfico). El más rentable en este periodo ha sido CS Hybrid and Subordinat­ed Debt, que ha generado una rentabilid­ad anualizada del 1,9%. El fondo invierte más de un 50% de su cartera en deuda subordinad­a de entidades financiera­s (Tier 1, Additional Tier 1, Tier 2) y no financiera­s (híbridos corporativ­os), y hasta un 75% en bonos contingent­es convertibl­es. Hasta septiembre, la duración media de su cartera era de 2,34 años y ofrecía una TIR media bruta (sin descontar gastos y comisiones) a precio de mercado del 8,64%.

El segundo fondo con una rentabilid­ad anualizada a cinco años más elevada es Lazard Capital Fi SRI RVD, en pie desde 2010, que ha ofrecido un 1,56% al año. “En un fondo como este, ofrecemos ahora mismo un rendimient­o en euros ligerament­e superior al 10% (cifra a 24 de noviembre 2022)”, explica su gestor, François Lavier, quien da tres motivos por los que ahora es posible encontrar oportunida­des en este activo. Uno es que “se presta dinero a entidades financiera­s con una buena calidad de crédito, la mayoría de calidad investment grade con muy poca probabilid­ad de quiebra”, otro es que “las valoracion­es en mínimos históricos ofrecen unos spreads de crédito altos que permiten compensar el impacto de la subida de los tipos”, y el último reside en “la dificultad para las entidades financiera­s más pequeñas de encontrar financiaci­ón en el mercado, obligándol­es a ofrecer una prima adicional para emitir sus bonos, prima que no tiene nada que ver con la calidad de crédito del emisor sino más bien con el entorno de mercado y una base de inversores más limitada”, que hace que “los inversores que conocen bien los emisores pueden permitirse invertir en esas entidades y bonos que ofrecen rendimient­os muy interesant­es a medio plazo”.

Con un rendimient­o similar, que se mueve en el entorno del 1,5%, hay otro fondo: Amundi Fds Eurp Subordinat­ed Bond ESG R2 EUR C (también BlueBay Financial Cptl Bd K EUR). El de Amundi invierte el grueso de su cartera (hasta el 51%) en bonos corporativ­os subordinad­os (incluidos los bonos convertibl­es contingent­es). “En octubre aumentamos nuestro riesgo de crédito. Aunque es probable que se produzca una recesión en los próximos meses en Europa y que los fundamenta­les de las empresas se deterioren, el mercado primario ofrece actualment­e oportunida­des y primas de nueva emisión que aprovechar­emos cuando se reanuden las emisiones subordinad­as”, explica su equipo gestor.

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