Depósitos a corto o largo plazo: ¿qué interesa más?
La parte psicológica en la inversión importa, y mucho. Por eso una de las preguntas más habituales que se hace el ahorrador de depósitos cuando contrata uno es cuánto tiempo quiere bloquear su dinero. Pero este no debería ser su único pensamiento en el contexto de mercado actual, en el que se observa ya el techo de la subida de tipos. La curva de tipos a corto plazo anticipa ya que dentro de un año las rentabilidades serán menores que las actuales. Por eso, lo más eficiente desde el punto de vista financiero es contratar depósitos a largo plazo, ya que lo más seguro es que a medida que vayan venciendo los nuevos depósitos renten menos.
Dentro de la industria hay una opinión generalizada de que los depósitos al 3% serán una rara avis pronto. Pero todavía los hay, sobre todo en los plazos fijos con vencimientos a 3 y 6 meses. Banco Big, BFF y Arquia ofrecen rentabilidades de al menos el 4% (ver gráfico). A largo plazo, el depósito más rentable entre los contratables directamente en una entidad lo comercializa Renault Bank, que ofrece un 3,85% a 24 meses para importes mínimos a partir de los 500 euros. Tras este, Banco Big y Banco Finantia pagan un 3,75% a doce meses, mientras que la Cuenta Facto de BFF renta un 3,55% a un año frente al 4,06% que ofrecía hace unas semanas. Ninguno está adherido al Fondo de Garantía de Depósitos español, aunque en la práctica los del resto de países garantizan el mismo importe en caso de quiebra de la entidad, 100.000 euros.
El depósito más rentable a un año que sí pertenece al FGD de España es el de EBN Banco, que entrega una remuneración del 3,4% en sus depósitos a 24 y 36 meses. A 18 meses, la rentabilidad cae al 3,55%.
El ahorrador también debe tener en cuenta que ya hay alternativas con poco riesgo más rentable que muchos depósitos, como los fondos monetarios o los de renta fija a corto plazo, que generan rentabilidades superiores al 3,5% este año, frente al 2,42% que de media pagan los plazos fijos a un año. La diferencia más grande es que la rentabilidad de los depósitos está garantizada, y la de los fondos no, pero estos últimos son más eficientes a nivel fiscal.