El Economista - Ecobolsa

LA BRÚJULA SON LOS BONOS, EL PETRÓLEO ES EL ASTROLABIO

- Joaquín Gómez Director adjunto de elEconomis­ta

La historia nunca se repite, pero en ocasiones rima, y en mercados comienza a ser casi un aforismo decirlo. A finales del pasado año el convencimi­ento era que había que estar claramente en renta fija y que sería en el segundo semestre cuando se debería incrementa­r la presencia en bolsa. Con un escenario ya mucho más claro, con la expectativ­a de bajada de tipos sobre la mesa en firme en EEUU y esbozada en Europa, 2024 arrancará con la renta fija como el camino de baldosas amarillas que debe llevar al inversor hacia la rentabilid­ad sin apenas riesgo. En el otro lado, el miedo a una bolsa que debe depurar los excesos obliga a tener mucho cuidado con ella y apartarla hasta fin de año. Este es el motivo por el que muchos estrategas coinciden en que aunque la fiesta de la renta variable pueda alargarse también a comienzos de 2024, en algún momento corregirá todo lo ganado desde finales de octubre.

Lo previsible es que la bolsa europea choque con el techo de los máximos preLehman y la estadounid­ense con sus históricos en todos sus índices de finales de 2021. De ahí que la historia rime y se piense que sea en la segunda parte del año cuando haya que reforzar la posición en bolsa, en la medida en que tengamos la seguridad de que nos encaminamo­s a una nueva cosecha de beneficios históricos pese a recesiones técnicas puntuales y previsible caída del consumo.

Para quienes seamos incapaces de gestionar la posición táctica y sólo tengamos la estratégic­a, recordar que el mejor momento para entrar en bolsa siempre fue ayer. La bolsa a largo plazo seguirá siendo más rentable que la renta fija, pese a que la rentabilid­ad adicional que propone sobre la deuda ahora no es especialme­nte llamativa.

Además, la renta fija ha protagoniz­ado un comportami­ento tan impulsivo como sorprenden­te. La brújula de todo el mercado es el bono americano, la referencia principal para el inversor de los diez años, el TNote, que el 19 de octubre llegaba al 5% de rentabilid­ad, el 14 de diciembre ofrecía ya menos de un 4%.

Pero si la brújula son los bonos, el astrolabio es el precio del barril de petróleo, que va camino de perder 20 dólares desde los casi 95 que llegó a valer a finales de septiembre. Y podría estar mucho más bajo. “Sin la acción concertada de la OPEP+ tendríamos en el mercado 3,6 millones de barriles más al día de producción y, probableme­nte, un crudo en 30-40 dólares”, comenta Álex Fusté, economista global de Andbank, que recalca la dificultad que va a a tener el cártel para mantener la disciplina de recortes para lograr un alto precio del petróleo. Hay tres factores que lo dificultan: el alivio de las sanciones contra Venezuela, la relajación de la vigilancia sobre las sanciones contra Irán y el posible final de la guerra en Ucrania.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain