El Economista - Ecobolsa

Los bancos centrales doman a la inflación

- Por Víctor Blanco Moro

En el frente de la política monetaria, el año 2023 ha estado marcado por el final del proceso de subida de tipos por parte de la Reserva Federal y el Banco Central Europeo que dio comienzo en 2022. Los dos grandes bancos centrales brindarán esta nochevieja por haber sido capaces de meter en vereda al monstruo inflacioni­sta sin haber hecho descarrila­r la economía, el gran peligro que se percibía para este año. Aunque la economía de la zona euro ha sufrido la recesión durante el ejercicio, se ha conseguido evitar una crisis grave, que tuvo su mayor exponente en abril con la crisis bancaria en Estados Unidos, representa­da por Sillicon Valley Bank, y en Europa, con la quiebra de Credit Suisse. Así, en su papel de supervisor­es del sector bancario el BCE y la Fed también han conseguido su objetivo y se pueden dar por satisfecho­s en el cierre de 2023.

Este año el BCE ha subido los tipos en seis ocasiones, con un aumento de 200 puntos básicos en total, mientras que la Fed lo ha hecho en 4 ocasiones, con un incremento de 100 puntos básicos. El organismo estadounid­ense finalizó el proceso en julio, y el BCE hizo lo propio en septiembre, gracias a las señales de relajación de la inflación y de enfriamien­to del crecimient­o económico, una tendencia que tiene perspectiv­as de continuar durante el año que viene. Aunque ambos bancos centrales son consciente­s de que están en el camino correcto para cumplir su mandato, han mantenido una actitud prudente, evitando pillarse los dedos y cantar victoria antes de tiempo. De hecho, aunque las perspectiv­as de subidas de tipos ya están fuera de la mesa, el proceso de reducción del balance, una subida de tipos encubierta, continúa a buen ritmo, y seguirá así en los próximos años hasta que se normalice la cantidad de deuda que mantienen en balance.

En el caso del BCE, el recorte de balance ha sido de más del 12% en el comienzo del año, desde los 7,95 billones de euros en los que empezó el año, hasta los 6,98 billones en los que se mueve en la actualidad. La Fed lo ha reducido menos en 2023, en parte por el incremento de activos en balance que generó la crisis bancaria, al acudir las entidades del país al banco central a por liquidez durante la quiebra de Sillicon Valley Bank.

El cierre de año ha estado marcado por las reuniones del mes de diciembre de ambos bancos centrales, en las que han adoptado dos posturas diferentes de cara al año que viene. La Fed ha asumido públicamen­te que el recorte de tipos de interés está cerca, y que se tendrá que acometer el año que viene, mientras que el BCE ha optado por tomar el camino opuesto, al confirmar que los miembros del Consejo de Gobierno del organismo ni siquiera han debatido sobre la cuestión del recorte de tipos en el último encuentro del año. Esta postura del BCE, frente a la de la Fed, no encaja con el escenario que están descontand­o los inversores en este momento, que apunta a siete recortes de tipos de 25 puntos básicos el año que viene por parte del organismo europeo, frente a seis bajadas del mismo calibre por parte de la

Fed. Esto demuestra que los mercados no se creen en este momento el mensaje de Lagarde, que parece apuntar a un año 2024 con menos bajadas de tipos en Europa que en EEUU. En ambos casos, los mercados compran que el recorte empiece en marzo.

Incluso si los datos de inflación experiment­an un repunte en los próximos meses, una posibilida­d que ha reconocido el propio Luis de Guindos, vicepresid­ente del BCE, entre bambalinas los miembros del Consejo de Gobierno parecen tener claro que se acabó la subida de tipos, algo que se vio claro en las actas de la reunión de octubre del organismo.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain