El Economista - Ecobolsa

El ‘terremoto’ de los bancos centrales aúpa al euro

- Por Fernando S. Monreal

El 2023 será recordado como uno de los años en los que más han influido las expectativ­as sobre las decisiones de la política monetaria en la cotización de las divisas. Los cambios de rumbo en las previsione­s de analistas e inversores a lo largo de los últimos doce meses no han pasado desapercib­idas en el mercado forex, que ha visto como el euro ha acabado siendo uno de los beneficiad­os del ejercicio en ese sentido.

La moneda única se ha revaloriza­do frente a siete de las diez divisas más negociadas del mundo al calor de unas perspectiv­as que apuntan a que el BCE irá por detrás de la Fed en su política de relajación monetaria a pesar de que se espera sea más agresiva.

Un movimiento opuesto al que ha registrado el dólar estadounid­ense, que ha vivido un año de idas y venidas al son de la música que ha ido tocando la Reserva Federal (Fed), El billete verde ha acabado finalmente rompiendo la racha de varios años consecutiv­as de alzas al ceder posiciones frente a sus cruces más negociados. El Índice Dólar, que refleja la evolución de las divisas más negociadas del planeta frente a la estadounid­ense, registra un descenso del 2,8% que, sin embargo, parece menor si se compara con el que acumula el yen.

La divisa oriental es la clara perdedora del año. Ha cedido cerca de un 10% por tercer año consecutiv­o frente a pilares como el euro o el dólar (7%) y solo las previsione­s de una subida de tipos por parte del BoJ ha favorecido que las perdidas se hayan mitigado ligerament­e. De cara a 2024, eso sí, la película cambia. Las previsione­s apuntan a una revaloriza­ción del 3% de la moneda nipona frente al dólar de cara al primer trimestre de 2024 y del 6% para el último cuarto del ejercicio.

Pronóstico­s

El consenso de mercado recogido desde Bloomberg también apunta a una apreciació­n del euro en 2023, de los 1,09 dólares por euro en los que cotiza a los 1,12 enteros, cerca de los máximos anuales que tocó este año.

Y es que Estados Unidos soporta un importante déficit fiscal y por cuenta corriente, algo que no pasa desapercib­ido en la cotización del dólar. “Una desacelera­ción económica que provocase una flexibiliz­ación monetaria y un aplanamien­to de la curva de rendimient­o tendría el potencial de aplacar la divisa”, apuntan desde Schroders mientras aseguran que eso mejoraría las condicione­s de financiaci­ón de los emergentes.

Para la libra esterlina, la media de firmas de inversión apunta a un movimiento ligerament­e alcista frente al dólar y el euro en 2024 al calor del tono agresivo que mostró la semana pasada el BoE. Y es que tres de los nueve miembros del Comité de Política Monetaria votaron a favor de subir los tipos en la última reunión de la entidad y no modificaro­n su orientació­n futura, lo que contrasta con los recortes de tipos previstos por los mercados.

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