El bono estadounidense sube al 4,3% tras el último ‘golpe de realidad’
El mercado de deuda experimentó una fuerte presión vendedora el pasado martes que llevó al bono estadounidense a diez años por encima del 4,3%. Y a pesar de que las compras retornaron a media semana, el bono de EEUU a diez años se mantuvo por encima de ese 4,3% al cierre de la misma. Se evidencia, de nuevo, que los datos de inflación siguen siendo el elemento más sensible a la evolución de los bonos soberanos y recuerda a los inversores que la evolución de los precios sigue siendo el principal obstáculo para ver en el corto plazo un recorte de tipos en las principales economías del mundo.
El consenso de mercado que recoge Bloomberg sigue considerando la reunión de junio como el momento en el que se ejecutará la primera bajada de tipos en el país, casi al cierre del semestre, porque los precios caen pero no al ritmo deseado y con el IPC subyacente atascado en el 3,9%. La contundencia del índice de precios al consumidor en Estados Unidos, por encima del 3% para disgusto de los inversores que pensaban en un descenso mayor de los precios, muestra de nuevo que cualquier dato que aleje a la Reserva Federal de Estados Unidos de su objetivo del 2% supondrá una política monetaria más restrictiva por más tiempo. “Lo que hay que mirar es si la inflación seguirá bajando suavemente o la última milla hasta el 2% sea un calvario. Y es importante aclarar que no hace falta que llegue al 2% para que la Fed empiece a bajar los tipos de interés, basta con una tendencia clara hacia ese nivel”, explica Víctor Alvargonzález, de NextepFinance.
Esto arrastró al resto del mercado de deuda, que está pendiente de todos los movimientos y discursos que vienen tanto de la Fed, como del Banco Central Europeo o del Banco de Inglaterra. Las previsiones para este último son las menos halagüeñas para el mercado, ya que los recortes de tipos esperados