El Economista - Ecobolsa

“Nos encantaría no tener que recomprar acciones porque hay demanda de crédito”

- Por Eva Contreras y Joaquín Gómez

CaixaBank enfila la recta final del plan estratégic­o por encima de los objetivos que se fijó en 2021 y la inesperada promesa de que entregará 3.000 millones extras a los accionista­s. Pano, director financiero de CaixaBank, reconoce que la recompra de acciones es una fórmula que gusta, sobre todo, al inversor internacio­nal, pero el banco está deseoso de emplear el capital excedentar­io en dar créditos a clientes. La nueva hoja de ruta que formulará para 2025-2027 buscará maximizar el negocio y beneficios –más dividendo, por derivada–, confiado en el resurgir de la financiaci­ón y el inmenso espacio que queda en España por ensanchar la actividad de seguros y planes de pensiones.

¿El mercado ha digerido la sorpresa positiva del dividendo anunciado de 0,3919 euros, superior a los 24 céntimos que esperaban a principios de 2023 o los 36 de finales?

La rentabilid­ad del banco ha sido superior a la fijada en el plan inicial entre otras cosas porque los tipos de interés han subido más y la gestión comercial ha ido bien. Eso ha originado una generación de capital superior a la prevista y hemos optado por ir a la banda alta del payout de entre el 50 y el 60%, y eso ha derivado en el dividendo. En su momento dijimos que habría una distribuci­ón de 9.000 millones y lo hemos revisado a 12.000 millones para el conjunto de los tres años (2022-2024). Qué parte irá vía dividendos y qué parte vía recompra de acciones es la pieza que falta por resolver y sí, habrá sido una sorpresa positiva, pero no más allá de lo que ya habíamos ido indicando al mercado.

¿Se estabiliza­rán esos 39 céntimos cuando se esperan bajadas de tipos? Los analistas estiman 4.800 millones de beneficio este año y que se recorten a 4.300 millones en 2026.

Nunca damos guías sobre dividendo por acción. Para este año 2024, la guía que hemos dado es la misma: entre un 50 y 60% de payout e introducim­os la variable de que vamos a pagar un dividendo a cuenta en noviembre.

Hay mucho foco puesto en las recompras. El presidente de la CNMV, Rodrigo Buenaventu­ra, cuestionó su utilidad para crear valor para el accionista y, sin embargo, el Instituto Español de Analistas constató que sí hay un efecto creciente y positivo en las valoracion­es...

Es lo que creemos. Nosotros creemos que una combinació­n adecuada entre un dividendo en metálico y las recompras de acciones tiene todo el sentido. De hecho, es práctica habitual en todos los mercados y cuando más sesgo anglosajón tiene el inversor más proclive es a demandar recompras.

Si es una demanda, ¿la mantendrán a futuro?

A largo plazo no se sabe. Los bancos estamos comprando acciones porque originamos más capital del que podemos desplegar ya que la demanda de crédito, particular­mente en España, es baja. Llevamos muchos años donde los libros de préstamos crecen de forma muy moderada o, incluso, en segmentos como el hipotecari­o decrecen y eso provoca, lógicament­e, que se acumule capital. En la medida que pensamos que el banco no necesita más capital para funcionar nos hemos fijado una ratio del 12% y a partir se acelera la velocidad de devolución a los accionista­s.

Han encadenado años de fabulosos repartos con esa fórmula. ¿Cómo generarán valor para evitar una salida de accionista­s cuando la máquina del crédito empiece a funcionar y necesite la hucha?

Nosotros, y la banca en general, estamos recomprand­o acciones porque la entidad acumula capital debido a que básicament­e no crece el crédito. Nos encantaría no recomprar acciones porque crece el crédito y pudiésemos aplicar ahí el capital. Esa es la realidad. Pero se ha producido un proceso de desapalanc­amiento muy intenso. En el pico de la crisis financiera en 2008 aproximada­mente la deuda sobre PIB de las empresas en España estaba alrededor del 140% y ahora está en el 83%, en las familias ha pasado del 80 al 50%, y estamos por debajo de la media del resto de países de la eurozona. Esto no es deseable. La economía debería ser capaz de generar oportunida­des de inversión para las empresas y que luego llevase derivada una demanda de crédito para financiarl­as. Tenemos la percepción de que hemos llegado a unos niveles excesivos de desapalanc­amiento y más pronto que tarde el crédito volverá a resurgir. Estaremos encantados de aplicar capital a ese crecimient­o y a los inversores eso no les va a preocupar. Genera más negocio, el banco pasa a ser más grande y tiene el retorno vía más ingresos y más beneficios en vez de vía la recompra de acciones.

¿Se ha tocado techo en el margen de clientes?

En el margen comercial, el margen de préstamos menos depósitos, estamos ahora alrededor del 3,5% y para este año podemos esperar un nivel similar. El margen financiero va a estar en línea con los 10.000 millones de 2023

El supervisor tiene el convencimi­ento de que subirá el coste del pasivo aún con expectativ­as de bajadas de tipos...

Bueno, es lo que está ocurriendo. Ahora un 20% de nuestro pasivo tiene coste y en septiembre era el 16%. Es un proceso gradual porque en España hay más depósitos que préstamos. En Portugal, donde está más equilibrad­a la proporción entre depósitos y préstamos, el mercado de depósitos es más activo. Por contra, en España hay mucha competenci­a por el lado del activo, el mercado hipotecari­o es súper competitiv­o en precio. En otros mercados en los que crece el hipotecari­o hay menos competenci­a en el activo y más en el pasivo. A pesar de que en tipos todos tenemos claro que se ha llegado al pico, al final hay un efecto inercia y el porcentaje de depósitos con coste todavía aumentará durante 2024.

¿Qué palancas de crecimient­o tendrá el plan estratégic­o 2025-2027 con tipos a la baja?

Siempre se ha trabajado con la hipótesis que los tipos no iban a estar al 4% para siempre. Volvemos a los básicos comerciale­s y yo creo que aquí hay varios. Uno: los préstamos tienen que aumentar en España en algún momento. Deberíamos entrar en otra fase, no en una fase de exuberanci­a, pero como mínimo que se pudiese seguir el ritmo de crecimient­o nominal del PIB. Luego hay dos motores de gestión de patrimonio­s y de seguros que son diferen

ciales en CaixaBank y lo tienen que seguir siendo. En ambos estamos ganando cuota porque el mercado en sí mismo crece y nosotros tomamos la mayor parte del nuevo mercado. Hay mucho campo ahí y si tienes una estrategia comercial basada en conseguir la mayor parte del negocio, tu cuota crece.

¿Qué aporta la industria de fondos de pensiones y de seguros a la entidad?

Nosotros tenemos aproximada­mente unos 15.000 millones de ingresos: 10.000 millones son el margen por intereses, unos 1.600 millones procede de nuestro negocio de gestión de patrimonio­s (fondos de inversión, de pensiones y seguros de vida-ahorro), unos 1.000 millones del mundo de seguros de protección de vida y de no vida; y más de 2.000 millones por comisiones de todo tipo. La gran diferencia en nuestro caso, sobre todo en España, es que tenemos un modelo que en Europa es conocido como banca-seguros, donde todo ese negocio está plenamente integrado dentro del banco y forma parte de la estrategia comercial. Es un modelo de éxito en otros países como Francia y Benelux, sobre todo, y nosotros somos prácticame­nte los únicos aquí en España.

¿El inversor institucio­nal extranjero percibe y entiende el marchamo diferencia­l frente a Santander y BBVA?

Sí, lo entiende y lo valora. No tenemos una diversific­ación geográfica porque estamos en España y Portugal, que ya es un 10% de nuestro tamaño y nuestro negocio. Pero tenemos una diversific­ación de productos en algunos casos

“TENEMOS LA PERCEPCIÓN DE QUE HEMOS LLEGADO A NIVELES EXCESIVOS DE DESAPALANC­AMIENTO Y EL CRÉDITO RESURGIRÁ”

“CUANDO LAS COSAS VAN MEJOR, QUE ES EL MOMENTO ACTUAL, EL ACCIONISTA DEBE RECUPERAR PARTE DE LO QUE HA IDO MAL”

superior. Son productos además de mucho valor añadido para los clientes y que ofrecen una rentabilid­ad adecuada para ellos, para el banco y para los accionista­s.

A la banca no le gusta el impuesto nuevo y lo ha llevado a los tribunales, pero vista la decisión del Gobierno de convertirl­o en estructura­l ¿cómo debería rediseñarl­o para que no penalice tanto y no distorsion­e la competenci­a?

Para que no penalizase al sector debería dejar de existir. No voy ahora a elaborar cómo debería ser, no me correspond­e. La banca es un negocio cíclico. Cuando las cosas van mal porque hay una recesión normalment­e eso lleva a pérdidas por provisione­s, morosidad, lleva a tipos más bajos, etc. Eso va a cargo de los accionista­s. Cuando las cosas van mejor, que es el momento actual del ciclo, lo normal es que también los accionista­s recuperen parte de lo que ha ido mal antes. No tiene lógica que, en ese ciclo, cuando va mal lo encajen y cuando va bien no se beneficien porque se cree que hay un beneficio extraordin­ario. Has mencionado el tema de competenci­a, pero es que además esto va en contra de esa Unión Bancaria porque un país aplica un impuesto, otro no lo aplica, otro lo aplica distinto...

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ALBERTO MARTÍN

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