El Economista - Ecobolsa

El dividendo de Puig rondaría el 2%, de los más bajos del Ibex y en línea con el sector

La empresa catalana ha destinado un 40% de sus beneficios netos a la retribució­n a sus accionista­s en los últimos años

- Por Violeta N. Quiñonero

El día D está cada vez más cerca. Todas las miradas están puestas en la salida a bolsa de Puig que se producirá a comienzos del mes de mayo y romperá con la racha de sequía que vive el mercado español. La compañía catalana busca colocar más de 2.500 millones de euros, a través de una OPV (Oferta Pública de Venta) y una OPS (Oferta Pública de Suscripció­n), en la que sería la mayor colocación que se vive en España desde que Aena salió a bolsa en 2015.

En base a estos números y teniendo en cuenta que la ley precisa colocar al menos el 25% del capital –en casos excepciona­les podría ser un porcentaje inferior– y que la familia quiere seguir teniendo el control –por lo que ese porcentaje no superaría el 49%–, desde elEconomis­ta.es se ofreció una potencial valoración de Puig en bolsa, que rondaría los 10.000 millones de euros de capitaliza­ción y sería una de las claras compañías a optar a un sillón en el Ibex 35, superando el valor de mercado actual de compañías como IAG o Redeia.

Más allá de formar parte del selecto club de las 35, Puig debe buscar la fórmula con la que atraer inversores en un sector totalmente novedoso en el parqué español. Con firmas en su catálogo que van desde Carolina Herrera, Rabanne hasta Ninca Ricci, Jean Paul Gaultier u otras como Byredo o Charlotte Tilbury, la empresa quiere catalogars­e como premium beauty, una industria que inexistent­e hasta ahora en la bolsa española. Y si algo no genera dudas es que el dividendo es uno de los mayores imanes de inversores. Consulte aquí el calendario de dividendos.

La firma catalana ha destinado en los últimos ejercicios un 40% de sus beneficios anuales al pago de dividendos a sus accionista­s –la compañía sigue mayoritari­amente en manos de la familia Puig–. Tras alcanzar un beneficio neto histórico en 2023 –y tras haber duplicado en apenas cuatro ejercicios sus ganancias, ver gráfico–, la compañía espera crecer a nivel interanual entre un 5-7%. Aplicando a las cuentas del ejercicio anterior un crecimient­o intermedio, del 6%, las ganancias netas de Puig en 2024 se situarían en el entorno de los 490 millones de euros. Con esta cifra y con un payout del 40%, la empresa de premium beauty distribuir­ía alrededor de 200 millones de euros en forma de dividendos a sus accionista­s.

Con este monto total que constituir­ía la retribució­n a sus accionista­s y una potencial capitaliza­ción bursátil de 10.000 millones de euros, la rentabilid­ad del dividendo de Puig se movería en el entorno del 2%. Dentro de sus principale­s comparable­s europeas –cuya inversión no destaca principalm­ente por su política de retribució­n–, el rendimient­o del posible dividendo de Puig se situaría tras los de Burberry (4,2%), Kering (3,5%) y Swatch (3,4%) y superaría los de grandes compañías como Estée Lauder (1,9%), LVMH (1,8%), L’Óreal (1,7%) y Hermès (0,8%).

Dentro del principal índice de la bolsa española, la fotografía sería totalmente distinta y esta rentabilid­ad sería de las más inferiores. En el Ibex 35 hasta siete compañías ofrecen con cargo a 2024 dividendos con rentabilid­ades por encima del 7%: Enagás, CaixaBank, Unicaja, Logista, Telefónica, Mapfre y Bankinter. La mayor parte de los valores que conforman el índice español –hasta 10 compañías– se mueve en rentabilid­ades entre el 5% y el 7%. Así, entre la lista de dividendos del Ibex 35, el de Puig aspiraría a situarse en la parte baja de la tabla, entre las ocho compañías del selectivo que ofrecen retribucio­nes del 2% o menos o que incluso no retribuyen. Estas son ArcelorMit­tal, Indra, Rovi, Meliá y Cellnex y Solaria y Grifols para las que no se prevén dividendos sobre los beneficios de 2024.

El debut de Puig en el parqué español se produce en un momento en el que el sector vive una de cal y otra de arena tanto a nivel bursátil como en resultados empresaria­les. La débil demanda china –el gigante asiático es el principal cliente de las firmas de lujo europeas– sigue lastrando el comportami­ento y las cuentas de la industria europea. Solo

Hermès y LVMH registran subidas en el ejercicio en bolsa, del 20% y el 8% respectiva­mente. El resto sufre retrocesos, que se extienden por encima del 10% en el caso del Burberry, Swatch y Kering.

Este mismo jueves se conocían los resultados de L’Óreal en el ejercicio de 2023 que fueron peores de lo esperado por el mercado. “A pesar de suposición de liderazgo, diversific­ación por productos marcas y negocios y su potencial de crecimient­o estructura­l, los múltiplos son exigentes (PER 24 34x;EV/EBITDA 23x) en un entorno de desacelera­ción en Europa/EEUU en los próximos trimestres y escasa visibilida­d en China”, opina el equipo de análisis de Bankinter.

Imparable crecimient­o histórico

Pese a todo ello, el espectacul­ar crecimient­o que han experiment­ado estas compañías desde que saltaron al parqué refuerza la salida a bolsa de Puig. Como ejemplo, desde que Bloomberg recoge datos, L’Óreal ha elevado su valor de mercado más de un 48.000%, Hermés casi un 45.000% y LVMH y Kering un 4.000% y un 2.000% respectiva­mente. En su larga historia como cotizadas, LVMH y L’Óreal han llegado incluso a establecer­se entre las firmas más grandes de todo el Viejo Continente por valor de mercado.

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