El aumento de rentabilidades de los bonos abre otra oportunidad de entrada
Los expertos creen que con la subida de los precios esperada a medio plazo llegarán otra vez las ganancias para los inversores
No hay mal que por bien no venga, cuando se cierra una puerta se abre una ventana... Ejemplos de frases manidas que hablan de que siempre surgen nuevas oportunidades hay muchos. Y el mercado de renta fija se está caracterizando por acumular ocasiones, una detrás de otra. El último repunte de las rentabilidades de los bonos soberanos en lo que va de año se traduce en pérdidas para el inversor que haya centrado todos sus esfuerzos en la compra de deuda. Los bonos estadounidenses a diez años superan de nuevo el 4,7% que implica un rápido incremento de su rentabilidad y precios a la baja. No obstante, los expertos ven poco probable que pueda ir más allá y con la subida del precio de los bonos que se espera en el medio plazo llegarían de nuevo las ganancias para sus tenedores.
La aversión al riesgo en el mercado de deuda está alineada con las expectativas de las políticas monetarias de los bancos centrales, la inflación y el crecimiento de las grandes economías globales. En concreto, la lectura de expertos e inversores de los últimos meses se ha centrado en esperar menos recortes de tipos de interés en 2024 por parte de la Reserva Federal que a comienzos del año. Esto tensa a los bonos estadounidenses y, por extensión, a la renta fija en general. De media, los principales bonos soberanos a diez años incrementan su rendimiento en estos casi cuatro meses 60 puntos básicos. Dicho de otra forma, si un inversor compró deuda soberana el primero de enero a día de hoy soportaría pérdidas del 5,3%, según el índice de Bloomberg que replica a una cesta de bonos gubernamentales globales. Y lo mismo ocurre con otros tipos de deuda. Por ejemplo, en el caso de una cesta representativa de renta fija mundial, las pérdidas ascienden hasta el 4,5% desde principios de enero.
En el cierre de la semana ya se publicaron datos macroeconómicos que hicieron pensar al consenso de expertos en que se vayan a realizar menos de dos recortes de tipos este 2024 en Estados Unidos. Por otra parte, el Banco Central Europeo sí tiene previsto reducir su referencia del coste de financiación en la eurozona desde su nivel más alto en más de dos décadas a partir de junio. “Tenemos una oportunidad histórica. Estamos en los niveles más altos de tipos de interés desde hace prácticamente 15 años, en el punto en el que deberían empezar a producirse las bajadas de tipos de interés. Creemos que es una buena oportunidad tanto por el nivel de tipos, como por la posibilidad de empezar a alargar los plazos”, explicó el consejero delegado de Santander AM, Nicolás Barquero.
Ya se dio una oportunidad para obtener ganancias en el mercado de deuda al cierre del año pasado. Cuando el bono estadounidense cayó desde el 5% de rentabilidad hasta situarse bajo el 3,8% (120 puntos de diferencia), un tenedor de estos títulos de deuda se habría embolsado un 8% en apenas dos meses. Es cierto que en ese momento se esperaba un recorte de tipos de interés en Estados Unidos de hasta 150 puntos básicos en 2024 frente a los 50 que se esperan ahora. De hecho, el consenso de expertos espera que el bono estadounidense a diez años caiga al 4% al cierre de diciembre (más de 60 puntos básicos por debajo de los niveles actuales) que implicaría una ganancia del 6% en seis meses. Y los tipos de la Reserva Federal aún tendrían que seguir cayendo en 2025.
Aun así, el experto de Edmond Rothschild AM, Benjamin Melman, considera que el recorte de diferenciales sigue siendo una oportunidad. “Los tipos son más altos en términos absolutos, por lo que ofrecen cierta protección ante cualquier incidente económico. Unos tipos más bajos compensarán cualquier ampliación de diferenciales”, explica Melman. Los vientos en contra que puede encontrar el mercado de renta fija para ver una caída de los precios (un repunte de las rentabilidades) es una inflación más resiliente que impida a la Reserva Federal mantener su política monetaria sin cambios o una economía que no cede a los tipos de interés altos.
A pesar de las continuas caídas en el precio de los bonos, que han ido abriendo distintas oportunidades de entrada para el inversor, el dinero no ha parado de fluir hacia los fondos de renta fija este año, siguiendo la misma estela que en el anterior. Desde enero, este tipo de productos ha conseguido suscripciones netas superiores a los 6.700 millones de euros. La gran diferencia con el año pasado es que el grueso de ese dinero se ha canalizado hacia los fondos de renta fija a corto plazo, en lugar de en aquellos con vencimientos más largos. A pesar de que la proximidad de la bajada de tipos invitaría a alargar la duración, lo cierto es que los plazos más cortos todavía ofrecen rentabilidades más altas que los largos (es lo que se conoce como la curva invertida). Y a medida que se han ido retrasando esas bajadas, la deuda a largo plazo ha dejado esas importantes pérdidas.
Quien quiera aprovechar esa corrección puede hacerlo a través de fondos. Los que siguen una estrategia flexible están en positivo en el año, con una rentabilidad media del 0,6%. Por definición este tipo de productos tiene la capacidad de adaptar su cartera a los diferentes momentos de mercado. Existen 49 a la venta en España, según datos de Morningstar, y en algunos de ellos las rentabilidades se estiran hasta el 4,3% (ver gráfico).