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Alquilar espacio, un negocio que ha explotado en dos años
El coworking ha explotado en los últimos dos años. Ese concepto asociado inicialmente a las startups, empresas pequeñas con un crecimiento exponencial y muy rápido que no se atrevían a comprometerse con un contrato de alquiler de oficinas demasiado largo, es ahora una parte muy importante del mercado de oficinas de Barcelona. Si en 2016 las operadoras de coworking apenas alquilaron 5.000 metros cuadrados de oficinas en la Ciudad Condal, en 2019 llevan ya 56.080 metros cuadrados, una cifra que supone el 22 por ciento del mercado total y que supera ya la del año anterior (46.700 metros). Pero, ¿cuál es el secreto de los espacios flexibles?
Actualmente, las grandes operadoras de coworking ofrecen espacio, equipamiento, servicios de ocio, networking y un ambiente productivo a cambio de una cifra relativamente asequible. Estos espacios incluyen muchas veces equipamientos como cafetería, terrazas, piscinas y hasta gimnasios. La cultura laboral ha cambiado y cada vez más gente trabaja por su cuenta y en casa. Asimismo, las grandes multinacionales han comprobado que el modelo ordenador privado y mesa estática puede cambiarse por otro más flexible no solo sin afectar a la productividad de sus
empleados, sino reforzando sus lazos y aumentando su productividad y efectividad. A su vez, hay compañías que apuestan cada vez más por invertir en zonas de ocio en la que sus trabajadores quieran estar.
Todo esto ha provocado una explosión del fenómeno coworking y Barcelona se ha convertido en una zona muy atractiva por su concentración de startups y precios competitivos. No obstante, hay un problema, no hay espacio y las compañías ya han empezado a alquilar edificios que ni siquiera han empezado a construirse. El riesgo en el caso de estas empresas es bajo, porque su negocio se basa en pagar un alquiler y cobrar otro alquiler a sus clientes un poco más caro. Si no funciona, adiós. El problema es el de siempre, Barcelona mantiene una posición de privilegio por su atractivo, y la tendencia apunta a que el coworking seguirá creciendo durante los próximos años. Si la ciudad no está preparada para atraer y alojar a todos los interesados en establecerse en la ciudad, no solo perderá empresas, sino también mucho talento joven y múltiples proyectos que ayudarían a mantener la imagen de Barcelona como una ciudad tecnológica, avanzada e innovadora. El coworking es una gran oportunidad que la ciudad no debe desaprovechar.
Barcelona tiene una gran oportunidad de atraer talento joven e innovación, usuarios habituales del ‘coworking’. No obstante, la demanda está superando la oferta y las operadoras han tenido incluso que prealquilar oficinas