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La solución pasa, primero, por formar un gobierno estable
Las elecciones vuelven a ofrecer a los políticos la opción de hacer lo que se supone que deberían hacer siempre: política, y de apostar por soluciones a largo plazo que permitan afrontar los retos actuales a los que se enfrenta la sociedad
La sentencia del procés ha marcado la agenda mediática española desde principios de otoño. Al principio fueron las especulaciones sobre la fecha de publicación, después el debate sobre cuál debía ser el resultado. Al final, casi 100 años de prisión si se suman todas las condenas impuestas a los líderes independentistas, siendo Junqueras el que más duro ha recibido con 13 años de prisión y los mismos años de inhabilitación.
Inmediatamente después de darse a conocer la decisión del alto tribunal, las calles de Barcelona se llenaban de personas desconformes con su deliberación, colapsando primero el centro y después las principales vías de la ciudad, cortando más tarde algunas carreteras importantes y terminando con una región paralizada. A las dos horas de conocerse la sentencia, moverse por Barcelona era una quimera. Lo que sucedió los días anteriores ha vuelto a marcar la actualidad española, con los informativos dedicándole todo el tiempo posible a las protestas, pacíficas o no, y, en caso de violentas, a mostrar una y otra vez los desperfectos ocasionados por los manifestantes. Adoquines volando, marquesinas rotas y el colapso de infraestructuras clave como el Aeropuerto de Barcelona o varias estaciones ferroviarias han sido las imágenes más reproducidas por los telediarios este mes de octubre.
Paralelamente, los políticos se han batido en un cruce de declaraciones sin fin sobre las medidas que se deben o no tomar en Catalunya. Se acercan unas nuevas elecciones generales que son una gran oportunidad para empezar a desbloquear esta situación, primero con un gobierno central estable que conforme unos nuevos presupuestos para poder hacer frente a los retos actuales del país y después con un nuevo intento de encauzar las aguas en Catalunya. Entre ambos extremos, el de la independencia y el del 155, debe haber un punto medio de negociación y concordia que permita salir de esta situación de bloqueo, incertidumbre e inseguridad que se está viviendo desde el 14 de octubre. Las elecciones vuelven a ofrecer a los políticos la opción de hacer lo que se supone que deberían hacer: política, y de apostar por soluciones a largo plazo que vuelvan a convertir a Catalunya y Barcelona en una región y ciudad líderes en innovación y talento, que atraigan inversiones y que dejen de espantar a las empresas, que desde hace dos años optan por trasladar su sede social para evitarse problemas.