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El valor de un producto de proximidad y de calidad
La gran mayoría de la población de las comarcas del Baix Camp y el Alt Camp, Tarragona, conocen a Coselva, que vende sus productos en localidades tan importantes como Reus, que cuenta con más de 100.000 habitantes. Los productos de la cooperativa son muy valorados por su calidad y además ofrecen los beneficios de los productos de proximidad. Aun así, Pere Ferré, director de Coselva, admite que aún queda mucho por hacer. “El producto de proximidad está muy extendido, pero creo que nos queda mucho por hacer para llegar a una situación ideal”, dice Ferré antes de lamentar que “a veces los consumidores ven a los productos de fuera con mejores ojos que los de aquí”. “Mucha gente en Catalunya busca, por ejemplo, vinos de Denominaciones de Origen de otros lugares, cuando aquí tenemos grandes vinos, desde blancos excelentes a tintos que están al nivel de los mejores del mundo”, añade. “Por descontado”, dice, “tenemos aceites impresionantes”. “El consumidor debería ser todavía más consciente de lo que hay porque es poner en valor el trabajo de los productores locales y garantizar su trabajo y una calidad excelente. Seguiremos promocionando estos productos para que la gente apueste por ellos”.
El trabajo, a veces, es mucho más que el modo de conseguir un salario con el que vivir. El trabajo, en ocasiones, es justo lo que necesita una persona para normalizar su vida, para integrarse en un colectivo y disfrutar de lo que consideramos ‘una vida normal’. Las personas con discapacidad valoran mucho la oportunidad de poder trabajar y ganar el dinero con el que mantenerse, que a la vez les hace ganar en autonomía. Gracias a entidades como la Fundació Joia, que cuenta entre sus proyectos el centro especial de trabajo Apunts, muchas personas con discapacidades pueden disfrutar de un trabajo digno. Julio Castillo, gerente de Apunts, explica que el centro de trabajo “es un espacio protegido para la gente que tiene discapacidad con problemas de salud mental y que se organiza en varias líneas de negocio, como la mensajería”.
Según sus cuentas, en Apunts trabajan 87 personas con el certificado de discapacidad de más del 33%.
Castillo expone que Apunts lleva “30 años funcionando, desde que nació por una necesidad que la Fundació Joia detectó en su momento”. “Se detectó que hay gente que necesita un espacio especial de trabajo y la fundación lo hizo. Al principio lo vinculó a una copistería en una universidad, pero ha ido evolucionando y con el tiempo se han generado nuevas líneas de negocio, nuevas oportunidades de trabajo”, añade. En total cuentan con 107 empleados, de los cuales 87 tienen el citado certificado de discapacidad. Apunts, además de servicios de copistería, ofrece servicios de creatividad, diseño, impresión digital, merchandising, gran formato y postimpresión. Como a todas las empresas, 2020 ha sido un frenazo a todos sus planes, pero Apunts ha conseguido superar la peor parte de la pandemia sin la necesidad de buscar soluciones traumáticas como el Erte o los despidos. No obstante, en casos como los de Apunts no es el dinero lo más importante, sino cómo han superado sus trabajadores este príodo. “Ha sido muy duro”, reconoce Castillo. En el plano económico, el gerente de la emprea explica que “se cayeron muchas líneas de negocio, quedando
Apunts pudo superar las primeras olas del virus sin la necesidad de presentar Erte
paralizadas algunas como la parte de impresión”. Sin embargo, otras como la de paquetería subieron para sostener la economía de Apunts. “Estamos vinculados a la red de GLS, que con la primera ola disparó los envíos. Pasamos de 700 diarios y 1.200”, dice antes de poner una cifra a la caída. “Perdimos un 15% de la facturación durante la primera ola”.