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El Covid-19 se ceba con el trabajo de los jóvenes

- Àlex Soler. Fotos: Luis Moreno

Los jóvenes catalanes, como en el conjunto del Estado, son uno de los colectivos a los que más les cuesta encontrar trabajo. La poca oferta laboral, las condicione­s del poco trabajo que hay y la hiperprepa­ración de un gran número de jóvenes, provocan que la media de edad de emancipaci­ón en la región sea de las más altas de Europa y que la confianza de las personas de entre 18 y 29 años esté, literalmen­te, por los suelos. Este hecho es lo normal en Catalunya, por lo que, en épocas de crisis, sanitaria en este caso, son además los que más sufren sus efectos, perdiendo el trabajo, reduciéndo­se sus oportunida­des y menguando, todavía más, sus expectativ­as vitales. Según datos ofrecidos por el sindicato CCOO, tras un año de pandemia, el paro ha subido en Catalunya un 30%, una cifra dramática, alcanzando los 512.290 parados en la región. En la población

Los jóvenes son los que más empleo pierden y menos esperanzas tienen de conseguir uno en épocas de crisis como la que ha provocado el coronaviru­s

menor de 25 años, la cifra es del 43%, siendo 12.602 los jóvenes de entre 18 y 25 años sin empleo. En total, en la comunidad hay 41.879 jóvenes que buscan trabajo sin éxito. Con datos del mes de febrero, en comparació­n con enero, el paro juvenil se incrementó un 1,8% con 750 jóvenes más sin trabajo.

Pese a que el paro juvenil podría considerar­se un problema endémico de la sociedad catalana y española, las crisis agravan esta situación, como agravan también el paro general. Sin embargo, la provocada por el Covid-19 está afectando más que nunca a la población con menos experienci­a. Según explica Barcelona Activa, desde la irrupción del virus, “se ha observado una mayor afectación de los Erte, el paro y la precarieda­d laboral en la población joven”. La entidad detalla que el virus ha afectado, sobre todo, a sectores como el ocio y la hostelería, que ocupan a muchos jóvenes en etapa de formación. El cierre de múltiples locales por las restriccio­nes ha provocado un desplome de la ocupación juvenil. En Barcelona, según sus datos, el paro juvenil creció un 53,8% en 2020 respecto a 2019, registránd­ose también una caída de la contrataci­ón de la población de jóvenes de entre 16 y 19 años. Barcelona Activa reclama “nuevas herramient­as y programas para mejorar sus competenci­as digitales, con un nuevo enfoque basado en la equidad y la proximidad, para aprovechar las nuevas oportunida­des laborales”.

Planes de ocupación

Parece, entonces, imperiosa la necesidad de poner en marcha planes de ocupación para motivar la contrataci­ón de población joven, así como planes de formación para que estos conozcan las alternativ­as de las que disponen, que no siempre están ligadas al modelo que siempre se les ha inculcado desde pequeños. A los jóvenes de hoy en día se les prometió una vida idílica si cumplían con sus deberes escolares, que, en caso de los universita­rios, les deja, a sus 22 años, con formación superior pero sin experienci­a laboral y muy pocas posibilida­des de ocupación. La alternativ­a que encuentran es la de seguir estudiando, hiperprepa­rándose para un futuro sin trabajo.

Desde el Servicio Público de Ocupación de Catalunya (SOC), se puso en marcha en marzo el programa Nuevas Oportunida­des, que apuesta por un acompañami­ento para jóvenes de entre 16 y 24 años con el objetivo de que entren en el

mercado laboral o recuperen la motivación para seguir estudiando. Este plan parte de un diagnóstic­o personaliz­ado de cada joven para definirse un plan de acción individual para guiarlo durante su participac­ión en el programa. Durante este tiempo, el joven recibe formación en competenci­as básicas.

En Barcelona, el Ayuntamien­to ha presentado un plan de Fomento de la Ocupación Juvenil dotado con 12 millones de euros, aportados por el SOC, por Barcelona Activa o la Fundación Barcelona FP, entre otros, para atender a 15.000 personas jóvenes, casi el 100% de los desemplead­os de Barcelona. En este caso, el plan, además de acompañar al joven durante el proceso de búsqueda de empleo, también quiere ofrecer las herramient­as y recursos que ofrece la ciudad para impulsar nuevos negocios.

Estos son algunos ejemplos de planes bien organizado­s que ponen al joven en el centro. No obstante, hay muchos más, algunos que, lamentable­mente, incentivan la precarieda­d. Es el caso del Programa Singulars Joven, ¡tu decides! de AEBALL, el Consejo Comarcal del Baix Llobregat y diez ayuntamien­tos.

Las ferias de ocupación son una opción.

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Jóvenes en una manifestac­ión..
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