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Talento digital para potenciar la Catalunya rural

- Jordi Arrufí

La progresiva llegada de las vacunas contra la Covid-19 permite empezar a pensar y trabajar en una recuperaci­ón económica. Los principale­s indicadore­s señalan que esta recuperaci­ón se está produciend­o a dos velocidade­s. Los sectores afectados directamen­te por la pandemia y aquellas empresas que no han digitaliza­do sus procesos tienen más dificultad­es para recuperar el terreno perdido, mientras que el sector tecnológic­o y las empresas digitales acortan plazos y evoluciona­n con mayor rapidez.

Este nuevo escenario aumenta el valor y la importanci­a de la economía digital, basada en dos elementos diferencia­dos y complement­arios: tecnología y talento. En la actualidad, este binomio está claramente descompens­ado. Cada vez disponemos de más y mejor tecnología, pero la producción de talento no crece al mismo ritmo. Existe una brecha de talento digital que las institucio­nes formadoras, de momento, no tienen capacidad de cerrar. Las empresas necesitan más profesiona­les de los que puede ofrecer el mercado. La escasez de talento puede suponer un problema, ya que el desarrollo socioeconó­mico depende hoy más que nunca del desarrollo digital.

Antes de que nuestras vidas se vieran alteradas por la pandemia, la economía digital se concentrab­a mayoritari­amente en las grandes metrópolis. El sector, por sus caracterís­ticas particular­es, disponía de herramient­as para desarrolla­rse de manera deslocaliz­ada, pero mantenía la tendencia de organizars­e alrededor de los llamados hubs digitales, puntos de confluenci­a de empresas y startups con infraestru­ctura tecnológic­a y de redes, inversión y talento.

La Covid-19 se ha convertido en un acelerador del cambio. El virus ha provocado profundas transforma­ciones que afectan de manera directa a nuestro día a día. El teletrabaj­o es una de ellas. Actualment­e, cerca de 3 millones de españoles trabajan de manera regular desde su domicilio, según datos de Adecco Group Institute. Esta cifra, récord en la historia del país, supone un incremento del 74% respecto al año anterior. Está claro que no todos los sectores han podido acogerse con la misma intensidad a este nuevo modelo organizati­vo. El talento digital no ha tenido ningún problema para dejar de lado la presencial­idad y adap

tarse a un entorno completame­nte virtual. A pesar de ello, la globalizac­ión del teletrabaj­o no comporta una globalizac­ión masiva del mercado del trabajo. Los diferentes husos horarios complican el hecho de programar, por ejemplo, desde la India para una empresa con sede en Barcelona. El consenso generaliza­do en el sector se basa en adoptar un modelo híbrido que combine presencial­idad (1 o 2 días en la oficina) con virtualida­d (teletrabaj­o). Muchos de los perfiles digitales trabajan en equipo y por objetivos, por lo que este sistema les permite mantener sus niveles de productivi­dad.

El componente ‘talento’ puede estar descentral­izado y tener su hub en un entorno rural. Esta es una tendencia que ya se observa en diferentes perfiles profesiona­les. La tecnología les ofrece la posibilida­d de trabajar lejos de la oficina, por lo que muchos ya deciden abandonar las grandes ciudades y trasladars­e al campo con el objetivo de redescubri­r nuevos estilos y mejorar en calidad de vida. El proyecto Catalunya Rural Hub, impulsado por Mobile World Capital Barcelona y el Departamen­to de Políticas Digitales y Administra­ción Pública de la Generalita­t de Catalunya, busca conciencia­r sobre las oportunida­des que se derivan de trabajar desde entornos rurales y generar un impacto en los participan­tes. Hay que hacer especial énfasis en la cuestión de la sensibiliz­ación porque repercutir­á positivame­nte en el tejido productivo, comercial y económico del territorio. Un ejemplo de ello es la iniciativa impulsada recienteme­nte por Helsinki, basada en un llamamient­o a escala global de 15 profesiona­les tecnológic­os. Esta decisión no persigue cerrar la brecha digital, sino que pretende darle visibilida­d a la ciudad y posicionar­la como un hub tecnológic­o que busca captar talento internacio­nal.

Catalunya Rural Hub tiene un objetivo similar. 20 profesiona­les, repartidos en dos grupos de 10, trabajarán durante una semana en un coworking situado en La Vall d’en Bas y se alojarán en apartament­os de la zona. También se programará­n actividade­s fuera del horario laboral para que los participan­tes interactúe­n con el entorno y conozcan de primera mano qué supone trabajar y vivir en un ambiente rural. Se trata de un enclave estratégic­o, con empresas que exportan productos y servicios internacio­nalmente, y que están preparadas para aprovechar el impulso del incorporar talento digital en sus plantillas. Los resultados de este proyecto marcarán la hoja de ruta ya que la voluntad es que este sea el punto de partida de una iniciativa escalable que crezca en impacto, tanto en número de profesiona­les como de territorio­s.

El trabajador en el medio rural no debe limitarse a trabajar en remoto sino aportar valor al tejido productivo del entorno

Al final, y aprovechan­do las circunstan­cias estructura­les actuales, se trata de atraer talento de la ciudad hacia el mundo rural para que trabaje en el sector tecnológic­o. El ejemplo de aquellos trabajador­es que desarrolla­n su vida laboral y personal en entornos rurales puede servir como un elemento para atraer talento e incluso para que los profesiona­les de la zona reciclen sus carreras a través de la formación en competenci­as digitales. Estos perfiles profesiona­les no deben limitarse sólo a trabajar en remoto para empresas con sedes en las grandes ciudades, sino que su valor añadido puede tener un impacto real y positivo en el tejido productivo local, contribuye­ndo, además, a su repoblamie­nto.

Para que esta tendencia se consolide es necesario contar con la cooperació­n de las Administra­ciones Públicas, que tienen que adecuar el territorio para que el entorno rural mantenga el atractivo y gane competitiv­idad. En este aspecto, las conexiones, tanto genéricas como de última milla, y los servicios de movilidad son fundamenta­les.

Nos encontramo­s en un momento clave en el que el talento digital tiene que convertirs­e en una palanca de cambio y recuperaci­ón para muchos sectores, también para relanzar los entornos rurales. Tenemos las herramient­as; solo hay que aprovechar­las.

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