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Fin de curso tibio como antesala de un otoño ‘calentito’
Termina el curso político con una remodelación en el Gobierno central. Nuevas caras para afrontar la nueva etapa que supondrá la tan ansiada llegada de los fondos europeos y el inicio de la transformación necesaria de la economía.
Unos fondos que también Euskadi espera con inquietud: el plan Euskadi Next recoge proyectos concretos que podrían suponer un impacto total de inversión de 18.286 millones, fondos europeos y recursos propios públicos y privados. Se aspira a recibir unos 6.400 millones, de los 70.000 millones de subvenciones que recibirá España.
Ante estos cambios en el Ejecutivo de Sánchez, el lehendakari Iñigo Urkullu ha manifestado su intención de mantener “el diálogo, la negociación y el acuerdo” de cara a lograr el cumplimiento íntegro del Estatuto de Gernika.
Un periplo el de las transferencias pendientes que suma su tercer interlocutor este año: empezó Carolina Darias, siguió Miquel Iceta -con quién se firmó el traspaso de Prisiones- y ahora es ya Isabel Rodríguez la nueva ministra de Política Territorial. Sus primeras palabras al recibir su cartera han sido para reivindicar “el acuerdo y el pacto” como una “buena fórmula de trabajo”, en línea con los deseos del Gobierno vasco.
El próximo 8 de septiembre se cumplirá un año de la puesta en marcha del Gobierno PNV-PSE, configurado para afrontar la pandemia y avanzar en autogobierno aunque en este segundo objetivo ha sido más complicado avanzar, debido a la virulencia del coronavirus y a las continuas olas que han mantenido en vilo a la economía y a la sociedad.
En cualquier caso, se prevé un otoño calentito con varias cartas sobre la mesa entre el Gobierno central y vasco. Entre ellas despunta el traspaso del Ingreso Mínimo Vital a Euskadi, que cumplirá en octubre un año de retraso en su cesión. Un gran escollo en las relaciones entre el PNV y el PSOE que, de no solventarse, pondrá en peligro el apoyo nacionalista a Sánchez en diferentes iniciativas, entre ellas los Presupuestos Generales del Estado.
Ampo, fabricante de válvulas de alto valor tecnológico para el sector energético, continuará con la ejecución de su plan de expansión con la puesta en marcha de una nueva planta de fabricación de válvulas en Dammam, una de las principales ciudades industriales de Arabia Saudí. Esta implantación productiva permitirá a la cooperativa estar más cerca de sus clientes en Oriente Medio y aumentar su capacidad productiva global.
Con esta expansión la compañía guipuzcoana contribuirá además a fortalecer el programa de diversificación Saudi Vision 2030 de Arabia Saudí, cuyo objetivo es diversificar la economía y superar la dependencia del petróleo del país. En la planta de Dammam Ampo fabricará válvulas de alto valor tecnológico para sectores como el oil & gas, química, petroquímica, agua y minería.
La cooperativa cerró 2020 con un crecimiento aproximado del 20% respecto a 2019, con una cifra de negocio de 153 millones. Ampo exporta el 95% de su producción a los mercados de los cinco continentes (el 70% de las exportaciones fuera de Europa), entre ellos Estados Unidos, Japón, Corea, China, Rusia, Reino Unido, Oriente Medio, Australia.