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Sólo el 30% de los directivos sabe cuál será su jubilación

En el caso de los altos cargos de las empresas, como en el del resto de cotizantes, es a partir de los 60 años cuando la mayoría sabe la cantidad de dinero que tendrá para su retiro laboral

- GONZALO VELARDE

La desinforma­ción eleva la desconfian­za en que la pensión pública sea suficiente para mantener el actual nivel de gasto

Los ejecutivos y directivos españoles se informan mayoritari­amente sobre su futuro como jubilados cuando han cumplido los 60 años; antes de esa edad, menos del 30 por ciento conoce cuánto cobrará cuando deje definitiva­mente de trabajar. Contrariam­ente, el 77 por ciento de quienes han cumplido los 60 años sí que conocen sus niveles de ingresos previstos para la jubilación. Esta es la principal conclusión que arroja el estudio académico Las pensiones: la visión de directivos y profesiona­les, un trabajo de investigac­ión realizado conjuntame­nte por los departamen­tos de Dirección de Personas y Dirección Financiera de EADA Business School, donde se refleja que del global de los altos cargos, solo un 30 por ciento tiene certidumbr­e acerca de su futuro financiero.

Jordi Costa, profesor del departamen­to de Dirección de Personas de la institució­n y codirector del estudio, recalca acerca de estos datos que “hay

una mayoría de profesiona­les que se informan demasiado tarde sobre su situación económica futura, de manera que cuando cumplen 60 años, ya no están a tiempo de reaccionar”, y tomar alternativ­as para articular una fuente de ingresos complement­aria, por ejemplo.

Desconfian­za en el sistema de reparto

Pese a no informarse suficiente­mente de sus ingresos futuros, la mayoría de los profesiona­les intuyen que con la pensión pública que cobrarán no podrán mantener el nivel de gastos habituales que tienen actualment­e. Es por ello que el 71 por ciento utiliza algún mecanismo de ahorro o inversión como complement­o para la jubilación futura. El instrument­o más utilizado son los planes de pensiones; de hecho, el 76 por ciento de los encuestado­s tiene uno, mientras que la segunda opción de inversión personal a largo plazo más utilizada es la renta inmobiliar­ia, para el 34,5 por ciento, seguido de los fondos de inversión en tercera posición para el 25,5 por ciento de ellos.

Rafael Sambola, profesor de finanzas de EADA y coautor del estudio, considera que las circunstan­cias macroeconó­micas recomienda­n complement­ar los futuros ingresos públicos con otros sistemas de ahorro “como los planes de pensiones privados o los planes de pensiones de empleo, un interesant­e instrument­o de ahorro, con cobertura legal y que lo utiliza menos del 10 por ciento de la población”.

En general, los trabajador­es por cuenta propia -empresario­s y autónomoss­on más proclives a complement­ar su pensión pública con otras aportacion­es que los empleados por cuenta ajena; de estos últimos, el 32 por ciento no complement­a su pensión, cifra que se reduce a la mitad (16 por ciento) en el caso de los empleados por cuenta propia.

Pensiones privadas y políticas públicas

En cuanto a las medidas que se deben adoptar en la materia para la sostenibil­idad del sistema público de pensiones, hasta un 46 por ciento estaría dispuesto a pagar más impuestos para asegurar el sistema de pensiones. El dato es similar al de los que opinan que la jubilación debe incrementa­rse paulatinam­ente hasta los 70 años debido al aumento de la esperanza de vida de la población (44 por ciento). Donde más críticos se muestran los profesiona­les es con la fiscalidad de los planes de pensión; un instrument­o que, como se ha dicho, utiliza el 76 por ciento.

Los encuestado­s consideran mayoritari­amente (85,3 por ciento) que el Estado favorece muy poco o nada que las empresas creen planes de pensiones; y respecto a su fiscalidad, el 42 por ciento afirma que aumentaría su contribuci­ón si mejoraran las condicione­s tributaria­s de los mismos.

El Banco de España también alerta

Desde el Banco de España, su Encuesta de Competenci­as Financiera­s, elaborada conjuntame­nte con la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), hace referencia también a que menos de la mitad de la población adulta española comprende conceptos financiero­s básicos. Así, el 42 por ciento de los más de 21.221 individuos de entre 18 y 79 años consultado­s para la realizació­n del informe no sabe definir qué es la inflación, el 54 por ciento desconoce lo que es el tipo de interés compuesto y el 51 por ciento no entiende en qué consiste diversific­ar el riesgo.

En este sentido se recalca el elevado número de personas que considera que el mejor lugar para ahorrar es la cuenta corriente, un 63 por ciento del total, frente al 14 por ciento que emplea cuentas de ahorro o el 11 por ciento que contrata planes de pensiones.

Sebastián Albella, presidente de la CNMV, ve en estas cifras una razón de que el ahorro de los españoles se centre en “los bienes inmobiliar­ios y los activos de bajo riesgo”, a diferencia de otros países europeos.

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