Es ineludible abordar el ahorro complementario

La presión demográfica anticipa un mayor gasto en pensiones y anuncia nuevos impuestos. Pero el futuro jubilado no puede estar a expensas de la itinerancia normativa y por eso ha de incluir el ahorro a largo plazo en su planificación

Es para todos obvio y patente que el sistema público de pensiones afronta diversos retos económicos y demográficos que presionan al alza el gasto en jubilaciones y que, por tanto, anuncian nuevos impuestos y mayores cotizaciones. A la vez, esta situación anticipa el hecho de que se percibirán pagas menores en el futuro, lo cual obliga a que los futuros pensionistas acudan desde ya al ahorro complementario para garantizarse la suficiencia de los ingresos mensuales y, sobre todo, para evitar que estos dependan de medidas de última hora acordadas por el Gobierno de turno.

La presión demográfica no es un problema exclusivo de nuestro país, ni el mayor gasto en pensiones obedece a una mala gestión. De hecho, aqueja a todas las economías del planeta. La mayor esperanza de vida supone un desafío para todos los sistemas públicos de pensiones, como viene avisando desde hace años el Fondo Monetario Internacional. Máxime, si esta provisión pública se canaliza a través de un sistema de reparto, como sucede en el caso español, donde los actuales cotizantes pagan no su pensión futura, sino la de los actuales jubilados.

Todo ello exige un esfuerzo estratégico adicional por parte de los gestores públicos, que deben cuadrar las cuentas sin menoscabar los derechos adquiridos por los trabajadores que, con sus aportaciones, nutren el sistema y generan su ulterior derecho a percibir una pensión. No faltan herramientas para apuntalar la supervivencia del modelo desde la esfera pública, y en esa tarea trabaja el Pacto de Toledo, así como los sucesivos Gobiernos con ayuda de los expertos en la materia. Pero para equilibrar las cuentas hacen falta medidas de medio y largo plazo cuyos efectos no son inmediatos, y además la itinerancia normativa suscita dudas en los trabajadores sobre cuál será la pensión que realmente recibirán al término de su vida laboral.

Por todo ello, los expertos consultados por elEconomista Pensiones llaman la atención sobre el hecho de que es absolutamente necesario que, en el ámbito privado e individual, se asuma la realidad de que hay que incluir la previsión complementaria en las decisiones diarias de consumo, del mismo modo que se aparta dinero para las vacaciones, la vivienda o el transporte. El ahorro a largo plazo es la única manera de amarrar unos ingresos mensuales que cumplan las expectativas del trabajador.