El Economista - elEconomista Pensiones
Dejen de prometer que pueden pagarlo todo, señores políticos: no se sostiene
Está claro que los votos valen más que la estabilidad del país. Así lo demuestra el nuevo Gobierno socialista que encabeza Pedro Sánchez, dispuesto a mantener su hoja de ruta de revalorización de pensiones con el IPC, y también lo demuestra el PP, que impuso la reforma de 2013 pero que ahora se sube al carro de revalorizar las jubilaciones con la inflación. No perdamos de vista que, en mayo de 2019, nos jugamos las habichuelas en las elecciones autonómicas y municipales. Y que también coincidirán con las europeas.
Repitan conmigo, señores políticos: no se sostiene. ¡Díganlo! Hagan pedagogía, dejen de decir medias verdades. No se sostiene. Se pongan ustedes como se pongan, revalorizar pensiones con el IPC es inviable a medio plazo, más allá de que este año solucionemos el apaño con un impuesto a la banca y de que el próximo nos inventemos la tasa Google. Para mantener el poder adquisitivo de los mayores habría que reclamar tal esfuerzo fiscal, que ya les digo yo que la sociedad les va a decir que no es no, como bien apuntó Pedro Sánchez.
Tienen ustedes todo el derecho del mundo a intentarlo, a prometer, a sondear al público con gravar a los más ricos. Pero, ¡sean honestos! Digan al menos que, como sucede en el resto del continente europeo, quienes se jubilen a medio plazo no van a poder seguir cobrando más del 80 por ciento de su último salario. No hay dinero para pagarlo. Ni lo va a haber, porque aunque haya cierta razón a la hora de cuestionar el dibujo apocalíptico que el INE traza sobre la pirámide poblacional, ni siquiera un desvío grande sobre esa senda garantizaría que el sistema goce de los recursos financieros necesarios.
Envejecemos a ritmo de vértigo, y gracias. Vivimos más por los avances médicos. Cotizamos menos de lo que un día aspiramos a cobrar desde el retiro dorado. Y eso resulta inviable. Tendremos pensiones, no nos alarmemos. Las tendremos. Pero no las de ahora. Habrá que subir impuestos. Y habrá que tomar decisiones más dolorosas, sin descartar que el denostado 0,25 por ciento vuelva a la palestra. Y lo peor es que llegará de la noche a la mañana, cuando las costuras del sistema revienten y no quede más remedio.
Tendremos pensiones, pero no las de ahora, y habrá que subir impuestos