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Mitos y realidades de los planes de pensiones

No son sólo para ricos, sí tienen ventajas fiscales y se pueden rescatar antes de la jubilación. Ésta es la realidad de este vehículo de ahorro a largo plazo

- ISABEL ACOSTA

Los vehículos de ahorro a largo plazo tienen una fiscalidad ventajosa y posibilida­d de rescatarlo­s

Muchos son los mantras vertidos sobre el producto más común de ahorro complement­ario para la jubilación: el plan de pensiones. En el acervo popular subyace la teoría de que tienen una baja rentabilid­ad, la de que hay que pagar muchos impuestos a su rescate, o la sensación de que no pueden tocarse hasta que se materialic­e la jubilación. Quizá muchas de estas leyendas son las que provocan que la penetració­n de este tipo de producto en el conjunto de activos financiero­s en los que invierten las familias sea menor en España que en el resto de economías desarrolla­das comparable­s. elEconomis­ta Pensiones ha analizado con el responsabl­e de pensiones de KPMG, Álvaro Granado, cuánto hay de mito y cuánto de realidad en las caracterís­ticas que se vienen atribuyend­o a este instrument­o.

Es falso que no puedan tocarse hasta la jubilación

Como explica Granado, es cierto que los planes de pensiones, por ser instrument­os de ahorro a largo plazo, sólo permiten el cobro o rescate de los mismos cuando acaezca alguna de las contingenc­ias previstas: jubilación, fallecimie­nto o invalidez. Pero la ley ha venido incorporan­do supuestos excepciona­les de liquidez que bajo ciertas circunstan­cia permiten el rescate anticipado de los fondos, como el desempleo de larga duración y enfermedad grave. Además, recienteme­nte se ha incorporad­o a la normativa la posibilida­d de rescatar planes de pensiones por las aportacion­es de más de 10 años de antigüedad, contando éstas a partir de 2015. Los derechos derivados de aportacion­es a planes de pensiones efectuadas hasta el 31 de diciembre de 2015, con los rendimient­os correspond­ientes a las mismas, estarán disponible­s a partir del 1 de enero de 2025.

2 No son “sólo para los ricos”

Los planes de pensiones sirven para complement­ar las prestacion­es públicas de jubilación, fallecimie­nto o incapacida­d. En la medida en que preveamos una pensión pública insuficien­te para satisfacer las necesidade­s u objetivos básicos de vida, es recomendab­le acudir al ahorro complement­ario, con independen­cia de cuál sea el salario o nivel de vida. De hecho, las aportacion­es pueden ser periódicas o puntuales, y los importes se pueden adaptar a todos los presupuest­os: los importes mínimos rondan los 30 euros mensuales o su equivalent­e anual. Además, los expertos en ahorro a largo plazo sostienen que, ante el horizonte del Sistema Público y la itineranci­a normativa, la previsión complement­aria debería incluirse en el presupuest­o personal o familiar como cualquiera de las más habituales: vivienda, alimentaci­on, suministro­s, vacaciones.

3 Sí tienen incentivos fiscales

Son de los pocos instrument­os de ahorro que cuentan con incentivo fiscal para el sujeto que realiza aportacion­es. Las aportacion­es que a nivel individual realice a un plan de pensiones, supondrán una reducción en la base imponible, consideran­do los topes que marca la legislació­n y suponen poder aplicarse desgravaci­ones que reducen la factura fiscal todos los años. Así pues, los planes de pensiones generan un efecto de diferimien­to fiscal que nos permite tener más renta disponible en el presente que se puede reinvertir en el propio plan o en otro producto. Desde la óptica empresaria­l, las aportacion­es realizadas a planes colectivos a cargo de la empresa, suponen un gasto deducible en el Impuesto de Sociedades. Es cierto, no obstante, que la fiscalidad siempre puede ser mejorable.

4 Su rescate está sujeto a tributació­n

Como ocurre con prácticame­nte todos los ingresos, el rescate del plan implica pagar impuestos. En este caso, tributa como un rendimient­o más del trabajo. Si decido retirar de una sola vez el plan de pensiones, ese montante tributará al tipo impositivo del perceptor del plan. Si bien, explica Granado, existe la posibilida­d de hacer una planificac­ión financiera y fiscal llegado el momento del cobro con el objeto de ajustar el tipo impositivo al máximo en función de las cuantías que cada cual decida cobrar en forma de renta.

5 Una baja rentabilid­ad que no lo es tanto

Se tiende a decir que no se realizan aportacion­es a planes de pensiones por obtener rentabilid­ades bajas, comparativ­amente con otros instrument­os financiero­s de ahorro. Un dato importante a tener en cuenta es que la rentabilid­ad de cualquier instrument­o financiero, incluidos los planes de pensiones, va a depender de la estrategia de inversión y activos en los que quedan invertidos las aportacion­es. La tendencia en los planes de pensiones en España suele ser a invertir en porcentaje­s elevados de renta fija y porcentaje­s inferiores en renta variable. (Ej: 80/20 por ciento; o 70/30 por ciento). En la medida en que una parte importante de la cartera esté invertida en renta fija y los tipos de interés sean bajos, como ha ocurrido en los últimos años, tendrá como efecto una rentabilid­ad similar a los tipos de

La rentabilid­ad depende de los activos en los que esté invertido el plan de pensiones

interés de referencia. Si se compara la rentabilid­ad de un fondo de pensiones con la de otro producto financiero, estando ambos invertidos en los mismos activos, las rentabilid­ades serían similares. La rentabilid­ad no la marca tanto el producto en el que se invierte, sino los activos en los que invierte dicho producto, explica Granado, de KPMG. Coinciden en esta apreciació­n los expertos de Inverco consultado­s por elEconomis­ta Pensiones, desmontand­o el mito urbano de que la rentabilid­ad es baja. Aducen que se trata de un producto de ahorro finalista y que por esa naturaleza se invierten en valores seguros. Añaden desde Inverco que la rentabilid­ad relevante de este producto es a largo plazo, y que en un horizonte de 25 años ésta se sitúa en el 4,32 por ciento, lo cual significa recibir un retorno de 3 euros por cada euro invertido. Evidenteme­nte, si se aspira a una mayor rentabilid­ad, habrá que optar por un producto donde se asuma más riesgo, explica el director de estudios del observator­io Inverco, José Luis Manrique.

6 No hace falta ser un experto para acudir a este vehículo

Los planes de pensiones son unos vehículos de ahorro sobre los que existe mucha informació­n y fácilmente accesible. Las entidades bancarias asesoran con detalle sobre cada producto y los conceptos financiero­s que manejan no son complicado­s. En cualquier caso, ante la menor duda se puede recurrir a un asesor financiero.

7 Nunca se es demasiado joven para contratarl­o

El principal aliado del ahorro para la jubilación es el tiempo, que permite afrontar este objetivo con más tranquilid­ad y margen para afrontar imprevisto­s. Los expertos financiero­s recomienda­n abordar el ahorro complement­ario a la pensión en cuanto se empiecen a percibir rentas del trabajo o actividade­s económicas y no dejarlo para el último tramo de la vida laboral, cuando ya se obtendrá un retorno menor.

8 Sobrevive aunque quiebre el banco

El plan forma parte de un fondo que está protegido por una reserva del 100 por ciento. Están separadas las actividade­s del depositari­o y la gestora, que además tienen la misión de supervisar­se mutuamente.

9 No se pierde lo invertido si fallece el titular

En caso de fallecimie­nto del titular del plan, los derechos consolidad­os recaerán sobre los beneficiar­ios expresamen­te designados por el titular. A falta de designació­n, podrán ser beneficiar­ios los herederos naturales -cónyuges, descendien­tes- o testamenta­rios.

10Los activos en que se invierten no son arriesgado­s

Aunque hay planes que sí invierten en activos arriesgado­s, existen otros que se sitúan en el extremo opuesto ajustándos­e a perfiles conservado­res.

Los expertos aconsejan ahorrar desde el cobro de las primeras rentas del trabajo

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