Qué importancia tiene el alquiler imputado

Concepto

El alquiler imputado es uno de los conceptos más desconocidos en las estadísticas de consumo de las familias, pero a la vez uno de los más importantes. Representa una estimación del coste de vivir en una vivienda o del precio del arrendamiento que bajo condiciones de mercado tendría la vivienda familiar en propiedad. Cuando ésta está en régimen de alquiler, es una estimación de la renta pagada, mientras que cuando la vivienda está en régimen de propiedad, es un ‘proxy’ a cuánto se estaría pagando por estar alquilado a precios de mercado.

Medida del esfuerzo financiero

Dado que la inmensa mayoría de las familias españolas tienen su casa en propiedad, el alquiler imputado sería un coste simulado pero que incluso aunque no se pague alquiler real, no pierde sentido dicha métrica, puesto que puede usarse como medida del esfuerzo financiero que tiene que realizar una familia cada mes para pagar su vivienda cuando están hipotecados. Y aunque se suele asociar una hipoteca a las familias jóvenes, no es menor el porcentaje de familias mayores de 65 años que poseen una carga hipotecaria y unas finanzas familiares bastante lejos de estar saneadas. Aproximadamente el 60 por ciento de las familias en España mayores de 65 años gastan más de lo que ingresan cada mes, descontando los intereses de los préstamos hipotecarios en el año 2015, según los datos de la ‘Encuesta Financiera de las Familias’ del Banco Central Europeo (BCE).

Indicador de riesgo y desigualdad

Y, en esta coyuntura, el alquiler imputado influye de forma extraordinaria en métricas tan importantes como el riesgo de pobreza o la desigualdad de ingresos.

Del 43,75 por ciento de presupuesto familiar que supone todo el gasto en vivienda, de media un 20 por ciento corresponde al alquiler imputado, según el desglose de partidas que brinda la ‘Encuesta de Presupuestos Familiares’. Al contrario que en el resto de los gastos familiares donde no hay demasiadas diferencias, en el capítulo del alquiler imputado se registran las mayores variaciones entre regiones de España. Entre 2006 y 2015, las variaciones entre la autonomía con mayor porcentaje de vivienda en propiedad (País Vasco) y con menor proporción (Cataluña) en términos de alquiler imputado supera los 5 puntos porcentuales.

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