El Economista - elEconomista Pensiones
Nuestra exclusiva capacidad de previsión
Hace un tiempo leí un artículo en el que se hacía referencia a que los seres humanos somos los únicos vertebrados con noción de futuro. Ningún otro animal tiene desarrollada esa facultad y, en consecuencia, somos la única especie con capacidad de previsión, con capacidad de actuar ahora para atender a las necesidades futuras, de preparar los medios para las futuras contingencias que pueden venir.
Esta afirmación me hizo reflexionar sobre cómo materializamos esa capacidad de previsión hoy en día, cuando vivimos en una sociedad que evoluciona cada vez más rápido, en la que los objetivos que nos marcan y que nos marcamos tienen cada vez plazos más cortos, una sociedad en la que queremos cada vez más cosas y las queremos ahora, las queremos ya.
Una reflexión que, llevada al ámbito de ahorro y las pensiones, todavía tiene más sentido, ya que enfrenta el presente y el futuro, el corto y el largo plazo en un mismo paradigma, la elección del ser humano.
Hablamos de futuro, nos inquieta saber qué será de nosotros el día de mañana, y queremos hacer todo lo posible
para que ese mañana sea el mejor. Sin embargo, vivimos en el presente, en el corto plazo, preferimos disfrutar de las cosas hoy y no tener que esperar. Y, en muchas ocasiones, esto hace que pasemos de lado ante problemas que están ahí y son o serán una realidad, esperando que se solucionen por sí solos.
Anteponemos nuestros intereses inmediatos a nuestro bienestar futuro, por lo que realmente no nos estamos preparando para el porvenir que deseamos. Entonces, ¿dónde está nuestra capacidad de previsión? ¿La estamos perdiendo? Confío en que no.
Vemos algunas medidas que se han tomado a nivel global para cuestiones que nos afectan como sociedad, tales como la reducción de emisiones de CO2 y el reciclaje para luchar contra el cambio climático, o la reducción de azúcares y grasas en los alimentos para reducir el índice de obesidad en la población. Pero todas ellas son medidas que se han implantado cuando ya estamos viviendo las consecuencias de no haber activado a tiempo nuestra exclusiva capacidad de previsión.
Y con respecto a nuestra sociedad de bienestar, ¿estamos haciendo algo?
Anteponemos nuestros intereses inmediatos a nuestro bienestar futuro, por lo que realmente no nos estamos preparando para el porvenir que deseamos. Entonces, ¿dónde está nuestra capacidad de previsión? ¿La estamos perdiendo?