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LA LONGEVIDAD ELEVA EL GASTO SANITARIO
EN 3.500 MILLONES EN 2O21 El desembolso en pensiones será la principal componente del gasto, si bien, parte del incremento se deberá a la necesidad de mayores recursos para atender los cuidados de larga duración y las situaciones de dependencia, además de
El envejecimiento de la población debido al progresivo incremento de la esperanza de vida tendrá consecuencias en términos económicos no solo para el sistema de pensiones español sino que también se traducirá en una fuerte presión para el desembolso que efectúa cada año el Estado en sanidad y cuidados de personas dependientes, así como con en el coste de los productos farmacéuticos. En suma, el avance de la longevidad tendrá un efecto aparejado de incremento del gasto asociado a esta causa en todos los segmentos, siendo las arcas públicas responsables de sufragarlo en su mayor parte. Concretamente, el propio Gobierno estima que la partida para Sanidad de los Presupuestos Generales del Estado esté dotada con 76.600 millones de euros para el próximo año (un 6 por ciento del PIB) y con 78.000 millones de euros para 2021.
Sin embargo, el efecto del pernicioso rumbo adoptado por la demografía española, con cada vez más mayores de 65 años en el conjunto de la población puede provocar un desvío en esta estimación. Concretamente, este es el escenario que prevén tanto la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) como la patronal Círculo de Empresarios, tal y como aseguraba durante la presentación del libro Diez temas candentes de
el exministro de Sanidad y miembro de la consultora VP&R, Julián García Vargas, acerca de las previsiones con las que juega el Gobierno en el Programa de Estabilidad Presupuestaria. En este caso, la AIReF estima que por el efecto de la longevidad el gasto del Estado en Sanidad ascienda a 81.500 millones de euros para 2021, una cifra que es 3.500 millones de euros mayor que lo estimado por el Ejecutivo.
Gasto asociado al envejecimiento
En este sentido, el Gobierno estima que el gasto público total asociado al envejecimiento se situaría al final del periodo de proyección, en 2070, en niveles similares a los de 2016, próximos al 24 por ciento del PIB, con un aumento entre 2016 y 2050 de más de tres puntos y una caída entre 2050 y 2070 de similar cuantía.
Analizando la evolución de las distintas tipologías de gasto por envejecimiento, se observa que el gasto en pensiones es el que tiene un mayor peso. Durante la fase 2016-2050, el gasto en pensiones representa algo más de la mitad del gasto por envejecimiento. Sin embargo, durante la segunda fase de proyección su peso dentro de los gastos de envejecimiento cae ligeramente por debajo del 50 por ciento.