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Acertar con el ‘timing’ del mercado, batalla perdida
Apenas quedan dos meses para dar las campanadas de fin de año y en 2019 todos los activos vuelan. Tanto renta variable como renta fija están a punto de firmar un complicado 2019 pero más que rentable. Rentabilidades de doble dígito para los activos de bolsa y de deuda y, ello a pesar del Brexit, de la guerra comercial, de la desaceleración económica a nivel global y de la falta de Gobierno aquí en España. ¿Repetimos?
Enero y febrero fueron de pura remontada tras el batacazo de 2018 por el miedo a una recesión global. La recesión no ha llegado, y cuando golpee nuestras puertas será más suave y más corta que las anteriores. Los bancos centrales han apoyado con manguerazos de liquidez, EEUU puso en marcha un ambicioso programa de rebaja de impuestos para fomentar el consumo, las inversiones y el empleo y..., ¿aquí en Europa? Los Gobiernos tendrán que poner en marcha un programa fiscal bien a través de políticas medioambientales o de inversión en infraestructuras. Lo liderará Alemania y permitirá que el resto de sus socios comerciales respiren con alivio.
A la espera de más concreción de estos estímulos fiscales, 2019 está siendo complicado. Funcionan los valores defensivos pese a estar caros, funciona la tecnología a pesar de las altas valoraciones, el mercado americano a pesar de los máximos históricos del Dow Jones, Nasdaq y S&P500, funciona la renta fija corporativa tanto high yield como investment grade; también la deuda gubernamental ¡quién hubiera pensado a principios de año que el bund llegaría al -0,70 por ciento! Año rentable, pero plagado de curvas y baches. Cuando no era un decepcionante dato de servicios en Europa, eran las manufacturas en EEUU, etc., cuando no era un tuit de Trump atacando a su homólogo chino, era la amenaza de impeachment o un arancel al aceite, la aceituna y al porcino de Europa. ¡Menudo año y siempre con la amenaza de un Brexit salvaje en la mesa!
Acertar con el timing ha sido imposible. Una batalla perdida. Por ello hay que ahorrar poco a poco, mes a mes: aportaciones periódicas y regulares desde el minuto cero. No hay secretos, hay rutinas de inversión que a largo plazo son rentables y a corto son poco dolorosas. ¿Quién dijo que el ahorro duele? Si se hace con cabeza, con rutina y de forma sistemática recompensa a largo plazo y pasa sin pena ni gloria a corto. Es uno de los mantras del ahorro a largo plazo, de la planificación financiera que busca preservar capital y rascarle décimas de rentabilidad a la inflación, este enemigo silencioso que mes a mes, año a año, carcome nuestros ahorros sin hacer ruido, pero haciendo daño.
Se han registrado rentabilidades de doble dígito para los activos de bolsa y de deuda y, ello a pesar del ‘Brexit’, de la guerra comercial, de la desaceleración económica a nivel global y de la falta
de Gobierno aquí en España