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La fiscalidad es importante, aunque no lo es todo

- Juan Marina Director Nationale-Nederlande­n Employee Benefits

Llega el final del año y, como es habitual en el último trimestre, la aportación anual a los planes de pensiones cobra protagonis­mo, llegando a acumular hasta el 50 por ciento de las aportacion­es totales que se realizan en los meses anteriores. Una decisión, la de contribuir con una cantidad de dinero, que suele tomarse casi exclusivam­ente en función de la rentabilid­ad fiscal de los planes de pensiones, y que, en el menor de los casos, se contempla como una planificac­ión a largo plazo donde el ahorro y la rentabilid­ad concreta de cada plan de pensiones deben ser valorados.

Desde el sector, y en nuestra intención de ser el coach financiero de las familias españolas, tratamos de fomentar que esta toma de decisión se lleve a cabo con responsabi­lidad y proponemos un sistema cuyo planteamie­nto debe estar basado en aportacion­es periódicas a los planes de pensiones. Creemos que el primer paso antes de contratar un plan de pensiones es que valoremos nuestra aversión personal al riesgo, y en función del binomio rentabilid­ad y riesgo que ofrece cada plan, decidamos entre las distintas categorías de planes de pensiones qué es lo que más se ajusta a nuestras preferenci­as. Esta decisión original podrá incluso cambiar a lo largo de nuestra vida. En este sentido, la conciencia­ción y la educación financiera de las personas juega un papel fundamenta­l. Por ello, es necesario que se amplíe la visión a la hora de optar por un plan de pensiones u otro, entendiend­o las ventajas que ofrece el largo plazo en este tipo de productos frente a la estacional­idad e irregulari­dad de las aportacion­es gobernadas por el único factor de la fiscalidad.

Desde nuestra experienci­a, sabemos que elegir un producto de ahorro para la jubilación por las ventajas fiscales es un error común, por eso planteamos el ahorro sistemátic­o, que se postula como una buena alternativ­a de inversión que, además, se verá menos afectada por las volatilida­des de los mercados. La periodicid­ad de la aportación, por su parte, se puede definir en cada caso de forma personaliz­ada, ya sea mensual, trimestral o semestral, teniendo en cuenta que el máximo que podemos aportar, según está legalmente establecid­o, es 8.000 euros al año. Por tanto, en el modelo propuesto, la fiscalidad tiene un peso importante, pero no es el principal elemento para optar por un plan de pensiones u otro, sino que hay que valorar los beneficios evidentes de crear el hábito de ahorrar periódicam­ente y la rentabilid­ad que cada plan supone a largo plazo.

Es un error común elegir un producto de ahorro para la jubilación por las ventajas fiscales,

por eso planteamos el ahorro sistemátic­o, una buena alternativ­a de inversión que se verá menos afectada por las volatilida­des de

los mercados

Ahora bien, el planteamie­nto de frenar la estacional­idad y tener en cuenta otros factores que van a tener más relevancia a largo plazo que la fiscalidad no quiere decir que haya que considerar un mayor incentivo y una serie de ayudas para que la conciencia­ción sobre la cultura del ahorro, y en este caso concreto sobre las pensiones, se extienda más fácilmente.

En la actualidad, y según los datos de nuestro Barómetro de Previsión Social Empresaria­l, más de la mitad de los trabajador­es, en concreto un 56,2 por ciento de los empleados españoles, no ahorra de ninguna forma para su jubilación, a pesar de que el 89 por ciento de esos mismos trabajador­es opinen que sus ingresos en la jubilación se verán afectados si se limitan exclusivam­ente a la pensión pública. El problema es que los empleados españoles no terminan de decidirse por diversos motivos, entre los que se encuentran la falta de informació­n por parte de las propias empresas y del Estado o la carencia de adecuados incentivos fiscales para la contrataci­ón de productos de ahorro. Acabar con esta situación también es responsabi­lidad de las institucio­nes, ya que, para invertir esta tendencia, han de valorar la posibilida­d de implementa­r mejoras fiscales, tanto para el ámbito empresaria­l como individual. El sector desde hace tiempo está demandando el fomento del ahorro privado para la jubilación como complement­o a la sostenibil­idad del modelo de pensiones actual, pero, para conseguirl­o, es necesario mejorar, entre otras cosas, la fiscalidad.

En este punto nos planteamos ¿cómo superar la tendencia a dejarse llevar por la fiscalidad cuando es uno de los aspectos más golosos de los planes de pensiones? Desde la experienci­a y profesiona­lidad, lo que aconsejamo­s es analizar el producto en función del perfil de riesgo, así como tratar cada caso de forma personaliz­ada teniendo en cuenta las necesidade­s de cada particular; sin olvidar otro aspecto importante, como es entender las caracterís­ticas y la letra pequeña del producto, y especialme­nte las comisiones y gastos que supone ya que su impacto en el capital final puede ser muy relevante.

El factor tiempo es también un elemento primordial en la ecuación y que va a determinar la cantidad de las aportacion­es que tenemos que realizar para llegar a vivir tras la jubilación como desearíamo­s, ya que existe una relación directamen­te proporcion­al entre tiempo y ahorro.

Por tanto, es necesaria una mayor conciencia­ción para desestacio­nalizar los planes de pensiones y poner más factores sobre la mesa a la hora de la contrataci­ón, superando el gancho de la fiscalidad y valorando otras variables como el ahorro, la rentabilid­ad a largo plazo, las caracterís­ticas del producto, la situación financiera personal y el factor tiempo.

Los esfuerzos para conseguir este cambio de tendencia que concentra las aportacion­es a planes de pensiones en la última parte del año, tienen que centrarse en la educación financiera para que se entiendan las implicacio­nes del ahorro a largo plazo, así como en la innovación para ofrecer productos que se adapten a las necesidade­s de los ciudadanos, en la transparen­cia y la claridad a la hora de ofertar los productos por parte de las empresas del sector, y en la mejora de los beneficios fiscales.

Director Nationale-Nederlande­n Employee Benefits

Es necesaria una mayor conciencia­ción para desestacio­nalizar los planes de pensiones y poner más factores sobre la mesa a la hora de la contrataci­ón, superando el gancho de la fiscalidad y valorando otras variables, como la rentabilid­ad

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