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El perfil y la disciplina de ahorro, claves al elegir un plan
La necesidad de ahorrar de cara a la jubilación comienza a calar entre los ciudadanos españoles. Sin embargo, la falta de conocimiento financiero deja a los clientes en una posición de desventaja a la hora de acceder a planes de previsión
En numerosas ocasiones surge la cuestión de cuál es el motivo por el que no despegan los planes de ahorro financiero a largo plazo en España como complemento de la jubilación. Un punto en el que tanto los comerciantes como los clientes de estos productos tienen parte de responsabilidad: por un lado, se reclaman mayores esfuerzos por parte de la industria para ofrecer mayor rentabilidad, mientras que, por otro lado, la falta de cultura financiera entre la ciudadanía deja al potencial cliente en una posición de desventaja a la hora de seleccionar la mejor estrategia de ahorro. En contra de esto, Renta 4 Pensiones aumenta periodo tras periodo su patrimonio gestionado en Planes de Pensiones situándose ya en más de 3800 millones de euros. Parte de este éxito viene también gracias a los buenos resultados en rentabilidad. De hecho, la consultora independiente VDOS ha confirmado que, a 30 de septiembre de 2019, Renta 4 Pensiones es la gestora líder con un 10,5 por ciento de rentabilidad media ponderada, muy por encima de otras entidades. En este sentido, tal y como explica el asesor de inversiones de Renta 4 Banco, Francisco Palomino, son tres los aspectos fundamentales de los que se debe hacer cargo el cliente que acude a contratar un plan de pensiones: la elección del producto en función del perfil del inversor; la necesidad de guardar una disciplina de ahorro; y la ventaja que otorga al cliente el diversificar el capital invertido.
Elección del producto.
La elección del producto es el momento crucial que determinará el buen desempeño del ahorrador a futuro. Implica, por parte del cliente, la necesidad de tener un conocimiento financiero que al menos “le permita saber que el vendedor no le está engañando”, recuerda Francisco Palomo. En este sentido, sería conveniente saber el nivel de riesgo que se quiere asumir a la hora de invertir los ahorro y el tratamiento fiscal de los mismos para evitar sorpresas a la hora de realizar el rescate del capital acumulado en el plan de inversiones. “Hay que tener la seguridad de que la persona que tenemos delante tiene vocación de ayudarnos y no va a mirar exclusivamente por los intereses de su compañía”, apunta el asesor de inversiones de Renta 4 Banco señalando la importación de tener en cuenta factores como la edad con la que se inicia el plan de ahorro, clave a la hora de determinar el nivel de riesgo asumible.
Disciplina en el ahorro.
Si atendemos del número de cuentas de partícipes por tramos de aportación en 2017 –último dato disponible–, cabe destacar, un año más, que casi el 67 por ciento de los partícipes no hicieron ninguna aportación durante el año, según Inverco. La falta de compromiso con el ahorro privado es el paradigma de la situación que atraviesa el sector, y es que la mayoría de personas con un plan abierto no realiza ni una sola aportación, es decir, no utiliza la herramienta de ahorro. “A día de hoy la mayoría de las aportaciones se hacen en la campaña de Navidad y de declaración de la Renta”, explica Francisco Palomino asegurando que una regularidad de las inversiones aplica como un catalizador de la volatilidad que pueda tener la rentabilidad del producto ya que no se fía todo al rendimiento que ofrezca durante los dos periodos anteriormente mencionado.
Diversificar las inversiones.
Es el tercer elemento clave a la hora de contratar una herramienta de previsión complementaria a la hora de emprender la senda de ahorro para la jubilación es asumir la volatilidad de los mercados –con periodos de reducción de la capitalización–. Los expertos aconsejan diversificar las aportaciones a planes de pensiones de modo que incluso se opte por contratar dos: uno que invierta en renta variable y otro en renta fija. De este modo en periodos de pérdida de valor de los mercados financieros se podrían mantener los rendimientos de la inversión gracias a la estabilidad de la renta fija, mientras que en periodo de revalorización de los mercados bursátiles se ganaría por el lado de las inversiones en renta variable.