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¿DÓNDE INVERTIR? PLANES DE PENSIONES O FONDOS
La diferencia entre ambos productos con una aportación anual de 8.000 euros puede alcanzar los 6.353 euros a favor del plan ante unos ingresos similares de entorno a 65.000 euros brutos
La pensión de cara a la jubilación es una de las principales preocupaciones de los españoles. Se palpa en muchas de las conversaciones que surgen sobre todo en las celebraciones de Navidad, en medio de los bombardeos de las campañas sobre planes de pensiones. Sin embargo, en España, la cifra de partícipes en planes de pensiones ha caído a 9,5 millones. Si un ahorrador de 48 años comenzase a destinar 8.000 euros al año a un plan de pensiones que le diera una rentabilidad media anual del 4 por ciento y otro invirtiese la misma cuantía en un fondo de inversión con el que obtuviera el mismo
rendimiento, el primero tendría acumulados 70.413 euros más a los 65 años si reinvirtiese la parte que se ahorra fiscalmente en otro producto que le diera la misma rentabilidad -si dejase quieta esa parte, serían unos 50.000 euros más-. Hasta aquí la diferencia es enorme. Pero, claro, al retirar el dinero habría que tributar por ello. En el peor de los escenarios posibles, en el que se rescatase todo de golpe, elevando mucho el tipo que correspondería en el IRPF, la diferencia entre ambas inversiones, según calculan en Abante, sería de 6.353 euros a favor del plan en un supuesto en el que ambos tuvieran unos ingresos de 65.000 euros y una pensión de 37.000 euros. Es decir, que, “incluso haciendo el rescate como capital, un plan de pensiones compensa fiscalmente”, concluye Paula Satrústegui, socia de Asesoramiento Patrimonial de Abante.
Aprovechar las aportaciones
Fiscalmente, la gran ventaja del plan es que las aportaciones realizadas ese año reducen la base imponible del IRPF. Tan simple como que Hacienda devuelve parte de lo invertido -si se aportasen 1.000 euros, se recuperarían 370 con un tipo del 37 por ciento-. Hay un límite para aportar: 8.000 euros o el 30 por ciento de la suma de los rendimientos del trabajo y actividades económicas. Alejandro Galera Pozo, abogado del Departamento Tributario de Montero Aramburu, destaca un beneficio adicional, un “efecto financiero positivo, en la medida en la que la reducción del IRPF habrá elevado el patrimonio financiero, que a su vez habrá podido generar nuevos rendimientos”. Es decir, que puede aprovecharse ese ahorro fiscal para reinvertir el dinero en otro vehículo, como en el fondo del supuesto anterior.
A la hora de elegir entre un plan de pensiones o un fondo de inversión desde un punto de vista fiscal, este experto matiza que “depende de la situación económica”, ya que el plan es “un producto fiscalmente muy eficiente para aquellos contribuyentes que durante su vida laboral generan una renta integrable en la base imponible general del IRPF elevada y que, sin embargo, esperan obtener una renta de este tipo muy inferior en el retiro laboral”. Así, con rentas altas lo ideal es exprimir al máximo el límite, ya que la tarifa del IRPF es mayor.
Los expertos ven una fiscalidad más favorable en los planes de pensiones
individuales
Hacer bien los rescates
En general, la tributación hace más interesante a un plan frente a un fondo -a igual rentabilidad-, pero este resultará más o menos atractivo también en función de cómo se recupere el capital. Y eso es algo que no siempre se hace bien. “La fiscalidad supone una ventaja competitiva innegable frente a otros productos de ahorro”, refuerza Miguel Ángel Larruga, director de negocio de Unicorp Vida (Grupo Unicaja Banco), quien reconoce que “hay un gran desconocimiento del producto por parte de los clientes. Se utiliza correctamente la ventaja fiscal de las aportaciones, pero se descuida la forma de cobro”. Los rescates pueden ser en forma de capital o de rentas periódicas, o mezclando ambas. Cada una implica una tributación diferente de cara a la Hacienda pública.