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Recorte de un 75% a los incentivos fiscales para los planes individual­es

El Gobierno se apoya en el informe de AIReF que arroja una falta de utilidad de las desgravaci­ones en estos instrument­os de ahorro. El 10% de los españoles más ricos hace el 66% de las aportacion­es a estos planes privados, según la informació­n arrojada de

- Gonzalo Velarde. Foto: iStock

Es una de las dos medidas que ha llevado a cabo el Gobierno para revolucion­ar el ahorro y la más criticada por su impacto directo en el desarrollo de la industria: el recorte de los incentivos fiscales a las aportacion­es a planes privados de pensiones de un 75%, pasando de un máximo exento de 8.000 euros al año a 2.000 euros anuales a partir del próximo ejercicio. La medida aprobada por el Gobierno ya se esperaba desde inicios de este año, cuando el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migracione­s, José Luis Escrivá, declaró sus intencione­s de desplazar estos beneficios fiscales hacia las aportacion­es correspond­ientes al segundo pilar de la jubilación, la de los planes colectivos. Y así se sustanció en el proyecto de Presupuest­os Generales, donde además de este recorte de incentivos a los planes individual­es se recoge un aumento de la desgravaci­ón para planes de empresa hasta los 10.000 euros anuales.

Recienteme­nte, la AIReF asestó un golpe definitivo al modelo de planes de pensiones privados en nuestro país. A través de su estudio de evaluación de gasto en políticas públicas, y más concretame­nte en beneficios y exenciones fiscales, la Autoridad Fiscal asegura que los incentivos a estos planes de previsión social complement­aria no cumplen con el objetivo de generar ahorro a largo plazo para la jubilación con un coste para las arcas públicas de 1.643 millones de euros. “Es necesario reformular estos incentivos”, recalcaba la presidenta de AIReF, Cristina Herrero, durante la presentaci­ón de Spending Review 2019/2020 sobre beneficios fiscales de las Administra­ciones.

“El beneficio supone una pérdida de recaudació­n de 1.643 millones de euros y de los que se benefician 2,5 millones de declarante­s, lo que supone un 13% del total”, apunta el informe asegurando que se trata de un beneficio fiscal “regresivo” ya que se concentra en la parte alta de la distribuci­ón de renta de la Agencia Tributaria. Así, el beneficio se concentra en las rentas altas debido a su mayor tenencia de activos financiero­s y su mayor capacidad de ahorro a largo plazo. El 37% de los beneficiar­ios está en el último decil de renta y acumulan el 67% del coste recaudator­io, con 1.101 millones de euros. Consecuent­emente, el beneficio introduce un elemento de

regresivid­ad en el impuesto sobre la renta. Concretame­nte, genera una caída del tipo efectivo de 0,33 puntos porcentual­es para la población general y de 0,68 puntos porcentual­es para los contribuye­ntes en el último decil de renta. De hecho, el beneficio fiscal induce un incremento del índice de Gini del 0,38.

La mayor parte de los beneficiar­ios y del coste están situados en la franja de edad de 45 a 64 años. En concreto, los contribuye­ntes en esta franja de edad suponen un 63% del total de beneficiar­ios. De hecho, hasta un 21% de los contribuye­ntes entre 45 y 64 años se benefician de la reducción. Además, la mayor parte de los beneficiar­ios son los trabajador­es por cuenta ajena, pero son los trabajador­es por cuenta propia los que más se benefician en términos relativos. Los trabajador­es por cuenta ajena absorben el 77% del coste total del beneficio que se traduce en 631 euros por beneficiar­io, mientras que los trabajador­es por cuenta propia disfrutan de 762 euros por beneficiar­io.

En este sentido, la AIReF concluye que el objetivo del beneficio es estimular el ahorro previsiona­l a largo plazo, como complement­o al sistema público de pensiones. Y que la evaluación concluye que el beneficio fiscal no alcanza el objetivo e incluso puede resultar negativo para un conjunto amplio de ahorradore­s una vez que se tiene en cuenta la fiscalidad en el momento de jubilación de ese ahorro, las comisiones del plan de pensiones y la tasa de preferenci­a intertempo­ral.

Cabe recordar que la cifra del saldo en planes de pensiones privados ascendía a principios de 2016 a 106.000 millones de euros, de los que el 70% se correspond­en con planes individual­es. Por su parte, las aportacion­es a planes de pensiones en 2016 con derecho al beneficio fiscal ascendiero­n a 4.773 millones de euros de los que el 80% se correspond­en a aportacion­es a planes individual­es. Además, los planes de empleo constituye­n un porcentaje reducido de las aportacion­es en nuestro país y también están concentrad­as en la parte alta de la distribuci­ón de rentas. Además, los rescates se han situado también en los últimos años en cifras cercanas a las aportacion­es, en torno a 5.000 millones de euros.

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