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El cálculo de la pensión con 35 años cotizados implicará recortes del 5%
La propuesta que baraja el Gobierno no ha sido trasladada a la Mesa de Diálogo Social, pero los sindicatos y Unidas Podemos rechazan la medida de pleno porque supondría una merma en la cuantía de las pagas aunque el Pacto de Toledo pide avanzar y reforzar
La propuesta que baraja el Gobierno sobre un posible aumento del periodo de 25 años a 35 años cotizados para el cálculo de la pensión que ha trascendido en los últimos días tendrá un impacto heterogéneo entre los futuros jubilados de nuestro país. Si bien los expertos calculan que un trabajador medio, con una carrera de cotización ordinaria –con aumento progresivo de las aportaciones a la Seguridad Social– sufriría un recorte de la pensión inicial de un 5% de media, para otros empleados, la medida supondrá un balón de oxígeno y un incremento de la cuantía de la prestación respecto a lo que cobraría con la legislación actual.
La clave de que el impacto de la medida implique un recorte o un aumento de la pensión está en la casuística de cada carrera laboral. De este modo, en el primer caso, para un empleado que acumula una vida laboral ordinaria en la que su remuneración se incrementa con el paso de los años, de modo que en los últimos es en los que más cotiza, la ampliación de esos diez años para el cálculo de la base reguladora de la paga hace que se incorporen a la cuenta los años de menor cotización, los primeros, cuando el sueldo y las aportaciones eran menores, por lo que la cuantía de la pensión se verá reducida en el porcentaje proporcional.
Para este grupo de trabajadores, según los cálculos del Grupo de Investigación de Pensiones y Protección Social de la Universidad de Valencia y la Universidad de Extremadura, el recorte de la pensión sería cercano al 5%. Un volumen similar al retroceso que se experimentó con el salto de 10 años que se aplicó en la reforma de 2011, cuando se estipuló un periodo transitorio que finaliza en 2022, cuando el cálculo de la base reguladora se situará en los últimos 25 años, pasando de los 15 años que se cogían hasta el año 2013. En este sentido, si bien los expertos consultados por elEconomista aseguran que la caída de las nuevas prestaciones sería similar en este caso al efectuarse un salto de diez años, como en 2011, la dificultad de analizar las muestras de vida laboral de la Seguridad Social hace que se trate de un cálculo tentativo. Entonces, la caída por el paso de los 15 años a los 25 años de 2011, se traduce en un recorte del 5,5%.
En el otro extremo, estarían aquellos trabajadores que se beneficiarían de la medida hasta el punto de implicar este incremento del periodo para el cálculo de la base una ‘subida’ en comparación a la cuantía que percibirían con la legislación actual.
Este colectivo, más allá, está localizado y muy focalizado en aquellos trabajadores con carreras de laborales estables y remuneraciones elevadas que se vieron expulsados del mercado de trabajo durante la crisis de 2008. Estos, a la hora de volver al empleo lo hicieron en puestos peor remunerados, con contratos temporales. En definitiva, trabajos más inestables con sueldos más bajos que redujeron sus aportaciones a la Seguridad Social en sus últimos años antes del retiro. De calcular la pensión con los últimos 25 años cotizados solo se tendrían en cuenta los más inestables, mientras que ampliar a 35 años supondría reconocer en la pensión esos años de una alta cotización, con el consecuente impacto en la cuantía, que será mayor. Cabe recordar que el paro de larga duración ha acelerado su incremen