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Europa propone compensaciones por desigualdad en los salarios
impulsada por la creación de 3,2 millones de empleos femeninos equivalentes a jornada completa y por el aumento promedio de la productividad femenina de 1.301 euros.
De momento, a pesar de la progresiva incorporación de la mujer en el mercado laboral, el índice ClosinGap sitúa la brecha de género en el empleo todavía en un 35% y apunta a que se está reduciendo a un ritmo anual del 1,9% desde 2015 por lo que, de continuar esta tendencia, no desaparecía hasta dentro de 23 años, en 2043.
Conciliación, la mayor asignatura pendiente
Desglosado, si se equiparase la participación laboral de las mujeres a la de los hombres, el PIB español podría aumentar un 10,1% y si las horas trabajadas de las mujeres fuesen las mismas que las de sus homólogos masculinos, el PIB nacional podría crecer hasta un 7,5%. Por último, si se igualase la distribución sectorial del empleo femenino a la de los hombres, el PIB se incrementaría hasta un 1%. De todas las categoría analizadas, es la conciliación la que se sitúa a la cola del índice con una brecha del 56% aún por cerrar. Este dato, refleja el informe, pone de manifiesto que las mujeres siguen asumiendo la mayor parte del trabajo no remunerado, principalmente tareas del hogar y cuidado de hijos, por lo que registran unas tasas de inactividad y parcialidad laboral mucho más elevadas.
Sin embargo, la conciliación es la brecha que se estrecha a mayor ritmo anual (4,4% desde 2015) por lo que si se mantiene la tendencia, las diferencias en este ámbito serán inexistentes en 2040, tres años antes que la brecha de empleo.
En el ámbito de la Educación, el índice ClosinGap sitúa la brecha en el 32,1%. Según se explica, aunque las mujeres cuentan con mayor educación universitaria que los hombres tienen un acceso muy bajo a las carreras de Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM), que son el presente y futuro del mundo laboral. Este es el motivo por el que esta brecha es la única de las cinco que ha experimentado una evolución negativa en los últimos años.
En la categoría de Digitalización no se aprecian diferencias relevantes en el uso de nuevas tecnologías a nivel usuario entre hombres y mujeres pero aún así el porcentaje de mujeres especializadas en TIC en el mercado laboral es aún muy bajo, con una brecha del 28,7%. Y por último, en Salud y Bienestar se registra la menor brecha, de un 15,5%, y es el ámbito en el que España más ha evolucionado.
La CE ha presentado un paquete de medidas vinculantes para aumentar la transparencia salarial y atajar la brecha salarial existente entre hombres y mujeres del mismo nivel laboral y que a día de hoy se sitúa en el 14,1% en la UE.
Para Burselas, la transparencia salarial es uno de los principales obstáculos que impiden que el principio de “mismo salario por el mismo trabajo” recogido en los tratados europeos y en varias directivas se cumpla en todos los Estados miembros: “Hace que los trabajadores no conozcan cómo su salario se compara con el de otros colegas del sexo opuesto haciendo un trabajo por el mismo valor. Esto les pone en una posición donde ignoran información sobre si se les remunera de acuerdo con el derecho a un salario igualitario”, apunta la Comisión.
Para acabar con esta discriminación, Bruselas plantea medidas como aportar información sobre el salario inicial o su rango en la oferta de empleo antes de la primera entrevista de trabajo, momento en el que dejará de estar permitido preguntar al candidato por su historial de sueldos previos. O para las organizaciones con más de 250 trabajadores establecer la obligación de hacer públicos los datos sobre sueldos.
Eliminar las desigualdad laboral aportaría 230.847 millones de euros a la economía española