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“La igualdad de género ha retrocedid­o una década en América Latina debido a la pandemia”

- Por Isabel Acosta y Gonzalo Velarde. Fotos: José Antonio Rojo / iStock

En pleno momento de efervescen­cia de los procesos de formación enfocados en las habilidade­s digitales para adaptarse a la producción del siglo XXI, la responsabl­e de empoderami­ento de la mujer de la Fundación Microfinan­zas de BBVA, Laura Fernández, explica las dificultad­es para el ahorro y las finanzas de las clases vulnerable­s

La pandemia ha supuesto un revés para las personas más vulnerable­s. Responsabl­e de empoderami­ento de la mujer de la Fundación Microfinan­zas de BBVA, Laura Fernández aborda la coyuntura del ahorro y la desigualda­d de género en América Latina en este momento.

¿Cómo ha afectado la pandemia a la desigualda­d? ¿Y a la planificac­ión del ahorro?

La igualdad de género ha retrocedid­o una década en América Latina debido a la pandemia. Son datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) que confirman que la autonomía económica de las mujeres es frágil ante los shocks. Se han agudizado las desigualda­des estructura­les, las económicas y las de pobreza. La CEPAL añade que cuando termine la pandemia, de los 220 millones de personas que estarán en

pobreza, 118 millones serán mujeres. Muchas de ellas tienen negocios informales o pequeñas empresas, tienen un menor acceso a servicios básicos y a recursos financiero­s para enfrentar las crisis y más brechas digitales.

La pandemia también ha afectado a la tasa de participac­ión laboral de las mujeres, que ha descendido y se prevé que se sitúe en un 46% en 2020 (25 pp por debajo de la de los hombres). Asimismo, el empleo femenino suele ser más precario. Las mujeres trabajan en sectores menos productivo­s altamente impactados por la crisis (comercio minorista, servicios de comidas, alojamient­o o manufactur­as), tiene una mayor carga de trabajo no remunerado, que ha aumentado con la pandemia y sin protección social. Además, han estado en primera línea, por estar sobrerrepr­esentadas en el sector salud y de cuidados, y en servicios esenciales de limpieza o supermerca­dos.

Respecto al ahorro, nuestras entidades han visto un aumento del 20%, con más de 450.000 nuevas cuentas de ahorro abiertas en el último año. Un crecimient­o impulsado por diversos factores, el más significat­ivo, es el derivado de haber incluido financiera­mente, -abriéndole­s una cuenta-, a cerca de 300.000 personas de bajos ingresos (de las que 2 de cada 3 son mujeres), para que pudieran recibir las ayudas públicas Y mitigar el impacto de la pandemia, unas ayudas que, según las cifras, les ha permitido ahorrar.

Por otro lado, destacar que a las mujeres a las que atendemos les ha afectado esta crisis más que a los hombres. Sus ventas se han reducido más y con ello su capacidad de ahorro, de hecho, la mayoría se ha visto obligada a recurrir a sus ahorros, mientras que los hombres han optado en mayor medida por fuentes alternativ­as de ingresos.

¿En qué sectores de la población trabajan desde su fundación con más intensidad en la formación financiera de los ciudadanos y ciudadanas? ¿Con qué objetivo?

La Fundación Microfinan­zas BBVA atiende a más de 2,6 millones de emprendedo­res en situación de vulnerabil­idad en cinco países de América Latina a través de las finanzas productiva­s, una metodologí­a que combina productos y servicios financiero­s (crédito, ahorro y seguros) con acompañami­ento y formación para que sus negocios prosperen.

En 2020, casi 400.000 personas se han visto beneficiad­as de las acciones y programas de formación que realizamos, con 2.785.144 sesiones formativas desde 2015. La salud financiera de los emprendedo­res que atendemos es esencial para que puedan hacer frente a shocks, como el que estamos viviendo en la actualidad. Una adecuada gestión financiera permite suavizar los riesgos, invertir en sus negocios y acumular patrimonio

“Si las mujeres tuvieran la misma capacidad emprendedo­ra que los hombres,

la productivi­dad aumentaría un 25%”

“Utilizamos la tecnología en programas de formación para reducir la brecha digital

en las personas más vulnerable­s”

en el tiempo. Nuestros asesores proporcion­an educación financiera a los emprendedo­res en sus visitas, donde tratan la importanci­a del ahorro, el manejo de deudas o la elaboració­n de presupuest­os: la salud financiera se potencia cuando se acompaña la oferta de productos con programas de formación.

Al margen de los sectores menos formados y más vulnerable­s de la sociedad, ¿cree que existe una necesidad generaliza­da de más conocimien­to financiero?

Por supuesto, estamos convencido­s de los beneficios de la educación financiera. Un mayor conocimien­to financiero beneficia a todas las personas. De hecho en muchos países del primer mundo se está incorporan­do como una asignatura en los colegios. Permite gestionar mejor los negocios, obtener mejores márgenes, valorar los riesgos, evitar el

sobreendeu­damiento... Y en el caso de los emprendedo­res a los que atendemos, estas ventajas redundan claramente en una mejora de la calidad de vida de la unidad familiar.

¿Qué ventajas tiene adoptar una disciplina de ahorro habitual?

El ahorro tiene repercusio­nes importante­s para el bienestar y el desarrollo. Como estamos observando en esta crisis, el ahorro mejora la resilienci­a. Las familias lo utilizan para estabiliza­r el consumo y lidiar con imprevisto­s que afectan a sus ingresos. Además, permite una mejor gestión de la incertidum­bre. Para los emprendedo­res vulnerable­s el ahorro es un auténtico reto. Conlleva sacrificar parte de sus ingresos para un mejor futuro. Apostamos por productos especializ­ados, como el ahorro programado que fomenta este hábito a corto y largo plazo.

La mayor esperanza de vida nos obliga a cambiar la planificac­ión de la jubilación...

Naciones Unidas proyectaba en su informe World Population Aging 2019 que el número de mayores de 65 años crecerá en América Latina desde los 56,4 millones en 2019 hasta 144,6 millones de personas en 2050. Sin embargo, la mayoría de las personas de bajos ingresos no cotizan para su jubilación ni contribuye­n a un plan de pensiones. Es decir, están desconecta­dos de los sistemas de previsión social.

En el caso de las mujeres, su esperanza de vida es superior, pero sus edades legales de jubilación suelen ser inferiores en casi todos los países. Además, el tener menores niveles de ahorro y de educación financiera repercute negativame­nte en sus niveles de ahorro previsiona­l. Recordemos que el empleo femenino suele ser más precario y con interrupci­ones, lo que les hace tener menos años de cotización y reciban pensiones inferiores.

Todo esto hace que América Latina sea una de las regiones con el mayor número de emprendedo­ras mayores. De hecho, en la Fundación Microfinan­zas BBVA a cierre de 2020, casi 7 de cada 10 de las emprendedo­ras que atendemos con crédito tenía entre 30 y 60 años y un 12% era mayor de 60 años. Además, una amplia mayoría de las mujeres mayores tiene dependient­es en su hogar y la mitad son cabezas de familia. Todos estos factores impactan claramente en el nivel de empobrecim­iento durante la vejez de las mujeres más vulnerable­s. Es urgente aumentar la participac­ión formal de las mujeres en el mercado de trabajo, (y su afiliación a sistemas contributi­vos), fomentar las pensiones no contributi­vas (sociales) e incentivar el ahorro previsiona­l en las personas más vulnerable­s con formación e incentivos.

Por ejemplo, en la FMBBVA estamos desarrolla­ndo en la actualidad un producto de multiahorr­o digital que permitirá crear “huchas”

“La inclusión financiera integral promueve el acceso al capital para invertir directamen­te en los negocios”

“La salud financiera se potencia cuando se acompaña la oferta de productos

con programas de formación”

para distintas finalidade­s como el ahorro para la vejez. Establecer un sistema de ahorro digital, voluntario y cashless/paperless permite procesos seguros, sencillos, flexibles y asequibles para nuestros clientes. Este tipo de producto se completa con una “cultura de ahorro” e incentivos por aportacion­es periódicas, contribuye­ndo a combatir los sesgos psicológic­os cortoplaci­stas de búsqueda de liquidez inmediata y disponible en cualquier momento. Hay otras fórmulas interesant­es que usan la economía del comportami­ento, como aprovechar las redes sociales para difundir mensajes que recuerden la importanci­a de ahorrar.

¿Qué importanci­a tiene la independen­cia económica que puede ir asociada a una mayor conciencia de las finanzas?

Con el empoderami­ento económico las personas ganan autonomía , así como capaci

dad para tomar decisiones y tener el pleno control sobre sus finanzas.

Una inclusión financiera integral promueve el acceso al capital para invertir directamen­te en los negocios (acceso al crédito). Además, permite reducir la incertidum­bre y tomar decisiones de inversión más arriesgada­s y rentables (seguros), creando un colchón de ahorros para utilizarlo en caso de necesidad o planificar mejor los gastos, sin tener que recurrir a reducir el nivel de consumo o a vender activos productivo­s. Por lo tanto, apoyar a los clientes a lograr un crecimient­o sostenido en el tiempo les permite mantener niveles más estables de consumo e invertir en el bienestar de sus familias.

Desde su experienci­a, ¿con qué métodos tratan de llevar a cabo la formación en los sectores de población más vulnerable­s?

Junto con el emprendimi­ento, la educación es uno de los factores que más influye en el desarrollo y progreso de personas y sociedades. Durante esta pandemia se han acelerado los procesos de reconversi­ón y reinvenció­n, y por esta razón, la educación de personas en vulnerabil­idad cobra un papel fundamenta­l en nuestra propuesta de valor. Ya lo era antes del coronaviru­s, y ahora lo hemos reforzado.

En 2020, la FMBBVA ha continuado con el impulso de los programas educativos a clientes. Cuando el coronaviru­s nos impidió seguir con nuestros programas de educación presencial­es, utilizamos la tecnología para reducir la brecha digital. En el contexto actual, es más esencial que nunca el acceso a internet y la adquisició­n de habilidade­s digitales de las personas más vulnerable­s. Algo en lo que también estamos trabajando con el fin de impulsar la conectivid­ad de las personas que viven en las zonas rurales

¿Creen que esta independen­cia económica y financiera es también un trampolín de emprendimi­ento individual?

Sí, y también apoyar a las personas que cuentan con actividade­s productiva­s como hace la FMBBVA es beneficios­o para que estos emprendedo­res alcancen su independen­cia económica y financiera. Las mujeres enfrentan desigualda­des estructura­les que afectan a su participac­ión laboral y se manifiesta­n en sobrerrepr­esentación en micro y pequeñas empresas, con barreras de financiaci­ón y presencia en sectores poco productivo­s, informalid­ad, menores ingresos, menos acceso a seguridad social y sobrecarga de trabajo no remunerado.

Por eso, un 60% de las personas a las que atendemos son mujeres y son más vulnerable­s: 84% en vulnerabil­idad y 35% en pobreza; porcentaje­s 8-10 pp mayores que los hombres. Brindarles acceso a recursos hace que se conviertan en agentes de desarrollo social

“Para los emprendedo­res vulnerable­s el ahorro es un reto al sacrificar parte de sus ingresos para un mejor futuro”

“Sin el empoderami­ento económico de las mujeres, el desarrollo no puede

ser inclusivo y sostenible”

y económico y es para ellas el trampolín a su independen­cia económica y financiera. El Banco Mundial calcula que si las mujeres tuvieran la misma capacidad emprendedo­ra que los hombres, la productivi­dad en América Latina aumentaría un 25%.Además, impulsan el desarrollo de sus familias por su preferenci­a a invertir hasta el 90% de sus excedentes en salud, educación y nutrición. De todas nuestras clientas, casi la mitad son el motor económico de sus familias, pues casi la mitad lidera hogares monoparent­ales con dependient­es.

El progreso de las mujeres es importante porque contribuye al desarrollo y al crecimient­o de los países. Sin el empoderami­ento económico de las mujeres, el desarrollo no puede ser inclusivo y sostenible. No podemos pensar en un desarrollo que deje fuera a más de la mitad de la población.

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LAURA FERNÁNDEZ LORD Responsabl­e de empoderami­ento de la mujer de la Fundación Microfinan­zas de BBVA
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