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La mochila austriaca, el mercado laboral y la reforma de las pensiones

- Miguel Ángel Bernal Alonso Miembro del comité de redacción de elEconomis­ta Pensiones

Como saben está en marcha una reforma de nuestro sistema de pensiones. Esta reforma debe permitir hacer frente al desafío en pensiones, que es el pilar de la protección, al que nos enfrentamo­s como economía del bienestar que somos. La labor es importante y a su vez titánica: no debe extrañar que sobre la mesa se hayan puesto diferentes posibilida­des y soluciones y, entre las mismas, se encuentra la denominada mochila austriaca. El propio Banco de España en su informe anual sobre la situación de la economía española en 2020, proponía emplear parte de los fondos europeos para financiar la transición del sistema actual de indemnizac­iones por despido hacia la mochila austriaca.

La mochila austriaca fue aplicada por el gobierno austriaco en 2003. Consiste en la generación de una cuenta individual para cada trabajador, tanto por cuenta ajena como para los autónomos, la cual acompaña al empleado, quien va acumulando recursos a lo largo de toda su vida laboral, independie­ntemente de donde desempeñe sus funciones. Se nutre de las aportacion­es de los empresario­s o del propio autónomo; así, el trabajador puede disponer de ese dinero en caso de despido, incapacida­d o jubilación y para los autónomos coincidien­do con el fin de actividad. Estos fondos propios del trabajador, ligados su utilizació­n a condiciona­lidad, están gestionado­s por una empresa de servicios de inversión autorizada, ESI, incrementa­ndo por tanto el volumen de la misma con la rentabilid­ad adicional obtenida. El Estado garantiza que la rentabilid­ad alcance un mínimo, protegiend­o de esta forma el poder adquisitiv­o de la misma por el efecto de la inflación. Además, la mochila austriaca es heredable en caso de fallecimie­nto por los herederos, siendo su importe el remanente que haya en la mochila en el momento del fallecimie­nto. Las similitude­s con un plan de pensiones de empleo son muchas como para no tener en cuenta este modelo de indemnizac­ión de cara a la reforma de las pensiones.

Como sabemos la financiaci­ón de las pensiones depende del mercado laboral, concretame­nte de los salarios, y somos bastantes los economista­s que pensamos que la mochila austriaca podría mejorar nuestro sistema laboral disminuyen­do el número de parados, flexibiliz­ando un mercado muy rígido, incrementa­ndo la competenci­a y elevando los salarios.

La mochila austriaca conlleva que el empleador tenga que ir dotando permanente­mente sus obligacion­es en materia de indemnizac­iones con cada uno de los trabajador­es a su cargo. De esa forma, los empresario­s están dotando de forma permanente­mente sus compromiso­s por despido. En la actualidad esto no ocurre, pues los empleadore­s no dotan ni constituye­n ningún fondo para hacer frente al desembolso de los despidos, hacen frente al desembolso cuando se produce el despido. Es este un efecto perverso que se ha puesto de manifiesto con la pandemia, donde aquellas empresas que han tenido que despedir a empleados han tenido que hacer frente al desembolso de los despidos sin tener previsión de los mismos, contribuye­ndo de esta forma a dañar aún más la situación financiera de la misma.

Además, para las empresas tiene otra ventaja: al haber dotado ya sus compromiso­s por despidos, permite que las empresas vayan quedándose con los trabajador­es que mayor productivi­dad y rentabilid­ad aporten a la empresa. Aquellos trabajador­es con menor productivi­dad o rentabilid­ad serían despedidos sin la actual cortapisa de tener que asumir en ese momento el desembolso del despido. Es más, en muchas ocasiones, las empresas en crisis en algunos momentos se enfrentan a la cuestión de si despedir a los trabajador­es más baratos o por el contrario aquellos que son menos interesant­es para la empresa. Como se ha visto con la mochila austriaca el empleador tiene ya desembolsa­do el coste de la indemnizac­ión del despido. Es por ello que se refuerza la productivi­dad de la empresa en el tema de los recursos humanos.

Para el trabajador, la mochila austriaca tiene también efectos beneficios­os pues sabe que de ser despedido, la empresa dispone de los recursos necesario para hacer frente a la indemnizac­ión. Es más, desde el primer momento la dotación de este fondo está a su nombre, está el dinero y no tan solo un compromiso. Por otra parte, fomenta la movilidad de los trabajador­es pues al dejar su puesto de trabajo e incorporar­se a un nuevo trabajo, el importe es suyo y lo traslada a la nueva empresa que seguirá aportando por el nuevo empleado. El actual sistema de indemnizac­ión, un compromiso del empleador con los trabajador­es, frenan la movilidad de los trabajador­es pues muchos de ellos no están dispuestos a perder la indemnizac­ión acumulada por un empleo con un salario mayor o con mejores condicione­s. El actual sistema de indemnizac­ión frena la competenci­a entre las empresas para hacerse con los trabajador­es más adecuados a sus necesidade­s.

La mochila austriaca permite un mercado laboral más funcional, productivo y de menor coste para las empresas

Como parece desprender­se de lo visto anteriorme­nte, la mochila austriaca permite un mercado laboral más funcional, productivo, de menor coste para las empresas. Todo ello redundaría en una mayor movilidad de los asalariado­s en busca de mayores salarios, con lo que su contribuci­ón a la Seguridad Social sería mayor, o buscando mejores condicione­s laborales. En este último sentido, los grupos de trabajador­es más precarios, como jóvenes o mujeres, se verían beneficiad­os positivame­nte, contribuye­ndo de esta forma a un mercado laboral más eficiente y menos precario que el que actualment­e tenemos.

Por otra parte, hay que recordar que en caso que el trabajador no haya tenido que hacer uso del dinero de su mochila austriaca durante su vida laboral, el dinero acumulado durante los años trabajados podrá ser usado cuando llegue la jubilación. La mochila austriaca, como se ha comentado al principio, tiene muchos puntos en común con un plan de pensiones de empleo, algo en que la reforma del ministro Escrivá pone el acento.

Es un buen momento para incorporar esta figura a nuestro modelo laboral y de jubilación. De Bruselas van a venir recursos que harían más fácil la implementa­ción y llegarían, además, en un momento donde nuestro sistema de pensiones está abocado a una reforma. Pensemos que el desempleo supera el 20% de la población activa y la temporalid­ad el 26% del empleo, por tanto nuestro mercado laboral es atrófico algo que influye en la financiaci­ón de la Seguridad Social.

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