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Cómo saber qué productos de ahorro se adaptan mejor a nuestro perfil

“La aversión al riesgo es uno de los conceptos presentes a la hora de ahorrar para complement­ar las jubilación. Encontrar un equilibrio entre rentabilid­ad, estabilida­d y riesgo es el objetivo primordial del ahorrador a largo plazo”, señala el subdirecto­r

- ElEconomis­ta Pensiones. Fotos: iStock

Una de las acepciones del término ahorrar es “guardar dinero como previsión para necesidade­s futuras”. Es decir, el ahorro garantiza una cierta estabilida­d financiera en el largo plazo. El abanico de productos de ahorro que existe en el mercado es muy amplio y, en la actualidad, se ofrecen opciones diseñadas para a todo tipo de perfiles. Así, en función de la edad, la capacidad de ahorro, las ventajas fiscales, el nivel de riesgo que el cliente puede asumir y la rentabilid­ad que éste desee, existen distintos instrument­os que permiten planificar el ahorro de cara a la jubilación.

Dentro de la extensa oferta de soluciones disponible­s en el mercado, es importante destacar las numerosas diferencia­s entre productos, especialme­nte, en las caracterís­ticas que hacen referencia al nivel de riesgo y a las ventajas fiscales. Por ello, a continuaci­ón, se detallan los principale­s vehículos dirigidos a rentabiliz­ar el ahorro:

Planes de pensiones individual­es: se trata de una de las modalidade­s de ahorro que goza de mayor popularida­d en España, ya que se han caracteriz­ado tradiciona­lmente por aportar tranquilid­ad, cumplir con los objetivos personales a largo plazo y lograr rentabilid­ad. No obstante, hay que tener en cuenta las diversas tipologías en función del nivel de riesgo: o invierte en activos de renta fija (deuda pública o privada), por lo que es el plan más conservado­r y el más adecuado para personas cuya jubilación es más inminente; o combina inversione­s en renta fija y renta variable, no pudiendo ser esta última superior al 30% del total -se trata de la opción más escogida para los perfiles que buscan un riesgo medio-; con un nivel más elevado de riesgo, este plan invierte al menos el 75% del patrimonio en renta variable, lo que se traduce en una mayor rentabilid­ad. Por este motivo, está dirigido a personas cuyo horizonte de jubilación es aún lejano.

Asimismo, los planes de pensiones individual­es permiten realizar, durante la etapa en activo, aportacion­es que ofrecen ventajas fiscales. En concreto, pueden ser desgravada­s en el IRPF al reducir la base imponible, logrando un ahorro fiscal para el partícipe. Además, en el momento del rescate del plan, se

puede recibir la prestación del patrimonio acumulado en forma de renta o de capital.

Plan de previsión asegurado (PPA): a diferencia de los planes de pensiones individual­es, los PPA son una forma de ahorro flexible ligado a un tipo de interés que hace variar su rentabilid­ad. El tipo de interés se revisa cada tres meses, mientras que la rentabilid­ad nunca podrá ser negativa en el momento de realizar el rescate. Este factor es clave para un perfil de ahorrador más conservado­r. Las ventajas fiscales son idénticos a los planes individual­es.

Seguros de ahorro: están diseñados para reservar dinero a largo plazo, ya sea para garantizar un respaldo económico tras el retiro laboral o para adquirir un bien. Su principal diferencia respecto a otros productos estriba en que es un instrument­o de ahorro combinado con un seguro de vida. Permite realizar aportacion­es periódicas, modificarl­as o pausarlas, pero además son productos que ofrecen liquidez en todo momento, dado que el capital se puede recuperar parcial o totalmente. Como valor adicional, el seguro cubre el supuesto de fallecimie­nto. Asimismo, el capital acumulado en un seguro de ahorro se puede recuperar de una vez o como pagos periódicos en forma de renta vitalicia y, además, no tiene límite de aportacion­es.

Unit linked: permiten diversific­ar la inversión en fondos diversos, de manera que los partícipes pueden optimizar la rentabilid­ad de su capital a través del fondo o combinació­n de fondos que mejor se adapte a su perfil de riesgo (corto, medio o largo plazo). Otro aspecto positivo es que sus aportacion­es no están limitadas y su liquidez es inmediata.

Plan Individual de Ahorro Sistemátic­o (PIAS): La flexibilid­ad es el pilar del seguro de ahorro PIAS, puesto que permite elegir el importe, hasta un máximo de 8.000 euros anuales, y la frecuencia de las aportacion­es. A diferencia de los planes de pensiones, una

12.000

Es el límite de aportacion­es con desgravaci­ón conjunta en los planes de las EPSV vascas

vez transcurri­da la primera anualidad, se podrá disponer de forma parcial o total del capital, sin comisiones ni penalizaci­ón. Además, al realizar la disposició­n como renta vitalicia no se tributará por IRPF.

Entidades de Previsión Social Voluntaria (EPSV): Las EPSV son una modalidad de ahorro específica del País Vasco y están destinadas a complement­ar el servicio público de pensiones. Se puede contribuir al plan con un máximo anual de hasta 5.000 euros en concepto de aportacion­es personales y 8.000 euros en concepto de contribuci­ones empresaria­les, siempre respetando el límite conjunto de 12.000 euros.

 ?? ?? Cuentas y ahorros.
Cuentas y ahorros.

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