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Solvencia política y reformas estructurales
subida de las prestaciones que desde 2022 queda sujeta a la inflación causada en el año anterior y no a la prevista en los 12 meses posteriores en virtud de la reforma aprobada recientemente en el Congreso de los Diputados, tendrá un coste para las arcas de la Seguridad Social de 3.000 millones de euros, lo que supondrá la revalorización más cara de los últimos 15 años.
Con esta revalorización del 2,5%, la pensión mínima de jubilación será en 2022 de 10.103,8 euros anuales (721,7 euros mensuales en 14 pagas) en el caso unifamiliar, frente a los 9.808,4 euros de 2021, y alcanzará hasta los 12.467 euros con cónyuge a cargo (en 2021, era de 12.103 euros). Por su parte, la pensión de jubilación máxima se situará el año próximo en 39.468,66 euros anuales (2.819,1 euros mensuales), 962,78 euros más que en 2021.
Desviación de precios
Además, el Gobierno ha confirmado hoy que los beneficiarios del ingreso mínimo vital (IMV) también recibirán, como los pensionistas, una paga compensatoria dado que las nóminas se revalorizaron un 0,9%, 1,6 puntos por debajo de la subida media de los precios. Según ha indicado José Luis Escrivá en alguna ocasión, la paguilla no va a desbordar la previsión de gasto porque la Seguridad Social está “recaudando claramente más” de lo estimado, porque la economía “está funcionando cada vez mejor”.
Estas revalorizaciones se suman a las ya anunciadas previamente del 3% para pensiones mínimas, pensiones no contributivas e IMV (la renta garantizada para la unidad familiar compuesta por un adulto se situará en 5.899,6 euros) que se aplicará en la segunda mitad de enero.
IPC medio
El INE cifró en un 3,1% el IPC promedio (el dato más alto desde 2011, cuando fue un 3,2%) en un año anómalo en cuanto a los precios se refiere. Este dato supone una carga extra para las cuentas de la Seguridad Social, que toman el IPC medio para revalorizar las pensiones públicas. El dato de diciembre será el primero que se utilice para calcular la subida en 2023. De cara a la revalorización de 2023, el presente año se teme con un carácter algo elevado en los precios. Por ahora, los economistas concuerdan en que al menos hasta primavera o verano el IPC se mantendrá elevado, si bien la inflación por ahora parece esquivar la persistencia de los precios. Por tanto, la inflación coyuntural de 2022 incidirá en la revalorización de las pensiones en 2023.
La agencia S&P Global Ratings señala la incertidumbre política como uno de los “puntos débiles” de la solvencia de España. “En nuestra opinión, esta situación afecta también a la profundidad de las reformas, lo que impide que estas sean más estructurales, como la del mercado laboral o de las pensiones”, indicó en su análisis, Marko Mrsnik, responsable de ratings soberanos para Europa de S&P Global.
En el caso de la reforma de las pensiones, el experto no ha dudado en afirmar que “no es suficiente” para contener el impacto del envejecimiento sobre las finanzas públicas, “no es estructural”.
De hecho, Mrsnik criticó que, al eliminar el factor estructural de sostenibilidad establecido en 2013, se trata más bien de una “reforma paramétrica que retrasa las reformas estructurales necesarias” para abordar un desafío irreversible como es el impacto del envejecimiento de la población en las cuentas públicas.
En su opinión, es un reflejo de la situación política desde hace años en España, donde parece que “falta fuerza política para enfrentarse a los problemas de manera estructural y con anticipación”.