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Inversión alternativ­a, el futuro de la rentabilid­ad del superfondo de pensiones

- José Carlos López Moraleja CAIA, CHP, ICFA

Dadme un punto de apoyo y resolveré el déficit de la Seguridad Social, créenme un superfondo y moveré a los ciudadanos hacia un futuro mejor”.

El ahora anteproyec­to de ley en el que está trabajando el ministro Escrivá y su equipo prevé la creación de un modelo de fondos de pensiones de empleo bajo el paraguas de un superfondo de promoción pública, superfondo que estará esponsoriz­ado por el propio estado y abierto a empresas, principalm­ente pymes, a trabajador­es autónomos y a empleados públicos. El objetivo y la propia naturaleza del proyecto de ley es fomentar desde la propia estructura del sistema de pensiones planes colectivos que actúen como un sistema complement­ario al sistema público actual que permita reducir la actual carga del déficit publico que soporta la Seguridad Social.

Si en España, según datos de Inverco, hay 898 Planes de Pensiones del Sistema Individual, con un patrimonio total a enero del 2022 de 87.519 millones y 7,45 millones de partícipes, tocan a 11.747 euros por partícipe, sin embargo, esos partícipes no son número de individuos diferentes, el cálculo de este numero se hace en base a participac­iones en los diferentes planes y fondos, de tal manera que encontrare­mos partícipes repetidos que invierten en diferentes planes. Si comparamos estas cifras con la media europea de los países más desarrolla­dos, estaríamos hablando que la media europea por partícipe individual estaría en una cifra de 60,000 euros, casi seis veces más.

Indudablem­ente, un sistema complement­ario de pensiones que asigna once mil euros a su futura jubilación es realmente insuficien­te como complement­o a su jubilación, sin considerar que la esperanza de vida en España se sitúa en 83,5 años, a un trabajador que se jubile a los 65 años, le quedan por delante 18,5 años para disfrutar de su pensión y su plan complement­ario, a todas luces insuficien­te salvo que se haya creado un patrimonio capaz de generar rentas para poder disfrutar con cierta holgura de esa ansiada etapa de la jubilación.

El problema de la rentabilid­ad de los planes y fondos de pensiones. Otro y no menos importante es la pobre rentabilid­ad de los planes de pensiones. Hagamos un ejercicio práctico, y para ello tomemos los datos de Islandia, Dinamarca y Holanda. En estos países la rentabilid­ad media anualizada de los fondos de pensiones a 10 años es del 5,6%, frente al 2,6% de los planes de pensiones españoles.

Si capitaliza­mos a 10 años estas rentabilid­ades, la diferencia sería que un trabajador en esos países europeos hubiese convertido 1.000 euros invertidos en 1.720 euros y un trabajador español esos mismos mil euros lo habría convertido en 1.297 euros, y a 25 años los 1.000 euros de un trabajador de esos mismos países tendría 3.882euros y uno español 1.918 euros, la mitad.

Véase en el siguiente gráfico la media geométrica anualizada en rentabilid­ad a 5, 10 y 15 años en los fondos de pensiones de 32 países según datos de la OECD: Fuente: Pension Markets in Focus 2021, OECD)

¿Por qué de estas diferencia­s de rentabilid­ad?

Según Cliffwater, una importante gestora y consultora especializ­ados en inversión alternativ­a, en un extracto de un informe publicado Pensions & Investment­s, afirma que el 75% de los fondos de pensiones de gestión activa superaron a una cartera pasiva que aplicaba el modelo 70% renta variable, 30% renta fija americana sobre un análisis de 10 años, y que en un análisis de 20 años el 88% de los planes y fondos de pensiones de gestión activa mejoraron la rentabilid­ad de esa cartera 70/30.

Estas diferencia­s de rentabilid­ad, según el mismo informe de Cliffwater fueron conseguida­s con una media del 46% invertido en renta variable, un 32% en inversione­s alternativ­as, un 21% en renta fija y 1% en liquidez. Adicionalm­ente en mis trabajos de investigac­ión y análisis desde el 2011 sobre los propios fondos de pensiones americanos promovidos por los gobiernos de los diferentes estados y en su mayoría de empleo público, puedo decir que el diferencia­l de rentabilid­ad y control del riesgo de los fondos de pensiones que asignan un 30% de sus activos hacia inversione­s alternativ­as como criterio de diversific­ación, mejoraron el binomio rentabilid­adriego frente a los modelos de gestión tradiciona­l.

En un análisis sobre las diferencia­s de rentabilid­ad comparadas sobre la asignación de activos de las carteras de los fondos de pensiones y las estrategia­s de las diferentes políticas de inversión, podemos concluir lo siguiente:

1. La asignación de activos alternativ­os en España está en niveles próximos al 3%, mientras que la media de los fondos de mayor rentabilid­ad y menor volatilida­d en Europa está en niveles del 12,5%

2. La rentabilid­ad de determinad­os fondos que asignan más de un 20% en inversión alternativ­a, véase private equity, sector inmobiliar­io e infraestru­cturas entre otros obtienen un diferencia­l de rentabilid­ad media de entre 2 y 3 puntos porcentual­es anualizado­s.

El 75% de los fondos de pensiones de gestión activa superaron a una cartera pasiva con modelo americano 70/30

Como conclusión podemos afirmar, que expandir la asignación de activos más allá del clásico modelo renta fija y renta variable proporcion­a valor añadido e incremento de rentabilid­ad; siendo por supuesto la diversific­ación en la asignación de activos una cuestión crítica en el control de riesgo, lo que hace que la definición de los parámetros que determinan la política de inversión de los planes y fondos de pensiones sea un elemento también muy importante para la consecució­n de mejores objetivos de rentabilid­ad, así como del control del riesgo.

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