El Economista - Seguros Magazine
El riesgo añadido de la agresividad al volante
El estrés, la ansiedad, la prisa puede jugar malas pasadas en la conducción. La agresividad al volante puede causar accidentes y es un riesgo añadido en la carretera. Instalar cámaras en los vehículos puede ayudar a reducirla
Son pocos, pero suponen un gran peligro para todos los conductores. ¿Cómo se puede evitar la agresividad al volante?
Una de las palabras de moda en Japón es aori unten, que viene a ser la versión japonesa de conducción temeraria/violenta, pero que engloba más cosas. Gente que te frena en la autopista, que te acosa por detrás, que circula de manera indebida, etc. En general, es una manera de culpar a los demás de conducción agresiva o incorrecta en vez de asumir que la persona al volante también podría estar haciendo algo mal. Pero lo interesante no son esos casos, que también ocurren en otros lugares del planeta, sino ciertas actitudes especialmente peligrosas que cada vez se ven más.
En muchos países, cada vez más gente utiliza cámaras para grabar mientras conduce. En Rusia es algo muy normal y en Estados Unidos también se están poniendo de moda, así como en Japón, donde este hecho nos deja ver estampas muy alejadas de la idea que muchos tienen de la sociedad nipona.
Conductores agresivos
Por ejemplo, hace un mes detuvieron a un conductor que paró a otro en medio de la autopista -literalmente en el carril central- para pegarle puñetazos a través de la ventanilla. Y mientras, la mujer del hombre que había cruzado el coche estaba grabando la escena con el móvil. Gracias a la cámara de a bordo que llevaba el conductor agredido pudieron encontrar al responsable. Era la sexta persona a la que atacaba en un periodo de un mes, y el coche no era suyo, sino que era cedido por un concesionario en Yokohama por tres días -llevaba 21 días con él-, mientras que él vivía en Osaka -a casi 500 kilómetros de distancia-.
Como este ejemplo hay varios más. Las razones por las que la gente hace estas cosas no las termino de entender, y más en el caso anterior. Tenían los datos de esa persona, su dirección, etc., y solo era cuestión de tiempo que alguien lo grabara, por lo que iba a ser fácil identificarlo.
La paciencia al volante
En otros casos, la gente con mucho estrés estalla al volante y se dan estos episodios de conducción agresiva. Muchas personas no quieren conducir en grandes ciudades porque se practica una conducción más agresiva, en muchos casos casi necesaria por la urgencia y las prisas de todo el mundo por querer pasar y llegar lo antes posible a su destino.
En España no tenemos especial paciencia al volante y enseguida tiramos de claxon para hacer notar que nos están haciendo esperar. Según el Intras (Instituto Universitario de Investigación de Tránsito y Seguridad Vial de la Universidad de Valencia), al menos el 10 por ciento de los conductores reconocen que han discutido y se han peleado con otros por disputas de tráfico. Y sobre este grupo, un pequeño porcentaje reconoce que ha tenido accidentes -algunos graves- a propósito, a la hora de vengarse de otros vehículos.
Este conjunto de conductores, aunque sea pequeño, suponen un elevado riesgo para los demás. ¿Cómo identificamos a los que potencialmente pertenecen a este grupo, pero aún no han generado ningún accidente? Conducir es un derecho adquirido; esto es, un derecho que se gana y se pierde. Es un acto que requiere de muchas facetas por nuestra parte. Necesitamos una coordinación mínima, vista, oído, saber entender las situaciones para pensar qué puede ocurrir en el futuro -como, por ejemplo, si habrá un accidente más adelante entre dos coches y reducir la velocidad por si acaso-, etc.
Al menos el 10% de los conductores ha tenido alguna disputa por el tráfico o la conducción
Autocontrol en la conducción
El saber controlarse al volante es otra de las cualidades que deberíamos poder valorar. Conducir es estresante, especialmente para la gente que tiene menor habilidad, y cualquier contratiempo lo va a poner más en alerta, más tenso. Todo ello sumado poco a poco hace a las ciudades más estresantes y violentas al volante. Por ese motivo, quizá sería bueno que se implantasen protocolos y pruebas de personalidad durante los ejercicios psicotécnicos.
Estas pruebas deberían ser algo más estrictas. Todos queremos que sea un proceso lo más ágil y cómodo posible para nosotros. No nos gusta tener que ir a renovar el carné de conducir, el pago de tasas, los test psicotécnicos, etc., pero tampoco queremos gente que no está en condiciones físicas o mentales de conducir con seguridad, así que habrá que buscar un término medio.
¿Puede grabar desde su coche?
Otro aspecto que avanzará en el futuro es el uso de cámaras en los vehículos. Como ya hemos dicho, es algo habitual en muchos otros países, pero en España tenemos un problema para implantarlo: la ley de protección de datos. Es legal tener una cámara en el coche y grabar, pero esas imágenes no se pueden usar como prueba en caso de accidente, ya que esa potestad solo le corresponde a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.
Bastaría con que se legalizara que lo que grabamos desde el salpicadero se pudiera usar en caso de accidente para que proliferaran las cámaras, y con ello surgirían seguros probablemente bonificados a cambio de compartir esa información. Las cámaras no sólo graban vídeo, también tienen GPS y saben nuestra velocidad y los lugares por los que circulamos, así como acelerómetros que comprueban la brusquedad de la conducción. Puede que los conductores violentos y agresivos, en número, no sean una gran proporción, pero los problemas que pueden generar son bastante serios.